martes, 29 de septiembre de 2020

El que Abre el Camino

El que Abre el Camino (The Opener of the Way) es un relato pulp de terror del escritor norteamericano Robert Bloch, publicado en la edición de octubre de 1936 de la revista Weird Tales, convirtiéndose rápidamente en parte central de los relatos de los Mitos de Cthulhu.

Un antiguo papiro revela el secreto enclave del inmemorial y profano culto al Dios Anubis que espera siglos enterrado en la arena a ser resucitado. De nuevo egiptología y cosmogonía lovecraftianas se confabulan en este trágico relato.

Robert Bloch (1917-1994) quedó cautivado por las historias fantásticas y de terror desde que, a los nueve años, descubriera a Lon Chaney en la versión muda de la película El fantasma de la Ópera (1925). Semejante revelación pronto daría paso a la febril lectura de Poe, Arthur Machen y los relatos publicados en la revista Weird Tales, en especial aquellos firmados por H.P.Lovecraft, con quien empezó a cartearse a los dieciséis años. Pronto esta revista vería aparecer su primer relato, El secreto de la tumba (1934). Bloch escribió más de trescientos cuentos de terror, misterio y ciencia ficción, así como veinticinco novelas –entre otras la famosa Psicosis (1959)–, pero también tuvo un papel relevante en los comienzos de la televisión como guionista de doce capítulos para la teleserie La hora de Alfred Hitchcock o, posteriormente, como autor de tres historias originales para la mítica serie Star Trek en su primera época.


domingo, 27 de septiembre de 2020

Adolfo Bioy Casares

Adolfo Bioy Casares (Buenos Aires; 15 de septiembre de 1914 - Ib.; 8 de marzo de 1999) fue un escritor argentino que frecuentó las literaturas fantástica, policial y de ciencia ficción.

Es considerado uno de los escritores más importantes de su país y de la literatura en español, habiendo recibido la mención de Caballero de la Legión de Honor en 1981, el Premio Internacional Alfonso Reyes, el Premio Miguel de Cervantes (ambos en 1990) y el Konex de Brillante en 1994. Colaboró literariamente en varias ocasiones con Jorge Luis Borges bajo distintos pseudónimos. Fue esposo de la escritora Silvina Ocampo.

Según el genealogista Narciso Binayán Carmona, era descendiente del conquistador, explorador y colonizador español Domingo Martínez de Irala (1509-1556); sus antepasados tenían un remoto origen mestizo guaraní, que compartía con muchos próceres de la época de la Independencia y con grandes personajes paraguayos y argentinos. Perteneciendo a una familia con una clase social alta, pudo dedicarse exclusivamente a la literatura y, al mismo tiempo, apartarse del medio literario de su época. Escribió su primer relato, Iris y Margarita, a los once años. Cursó sus estudios secundarios en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza de la Universidad de Buenos Aires. Luego, comenzó y dejó las carreras de Derecho, Filosofía y Letras. Tras la decepción que le provocó el ámbito universitario, se retiró a una estancia —posesión de su familia— donde, cuando no recibía visitas, se dedicaba casi exclusivamente a la lectura, entregando horas y horas del día a la literatura universal. Por esas épocas, entre los veinte y los treinta años, ya manejaba con fluidez el inglés, el francés (que hablaba desde los cuatro años) y, naturalmente, el español. Entre 1929 y 1937 Bioy publicó algunos libros (Prólogo, 17 disparos contra lo porvenir, Caos, la novela La nueva tormenta, La estatua casera, Luis Greve, muerto) que más tarde repudiaría, prohibiendo su reedición y rehusándose a comentarlos, calificando toda su obra anterior a 1940 como «horrible».

sábado, 26 de septiembre de 2020

La Casa Vacía

        Desde hacía meses tenía una extraña sensación. Ya no sufría los achaques físicos que tanto me afectaban en el pasado. La casa estaba sola y vacía como siempre. Cómo echaba de menos a Silvia; anhelaba su delicioso modo de respirar y de reír, su manera de amar la vida pese a las adversidades. Cuánto hubiese dado por ver de nuevo con ella algún atardecer en la playa, pero una cruel enfermedad se la llevó de mi lado y ya nada ha sido igual desde entonces. Quizás por eso cualquier ruido, por pequeño que fuera, me inquietaba. Llevaba, además, unas semanas en las que casi no podía dormir. Para paliar esa situación, solía levantarme a media noche y me dirigía siempre a la biblioteca. Cogía uno de los libros al azar y me ponía a leerlo hasta altas horas de la madrugada. Así se iban repitiendo los días, uno tras otro, sin haber apenas modificaciones. Llegué incluso a pensar que estaba viviendo en una especie de bucle del que me era imposible salir. Al principio esa idea no me importaba demasiado, pero acabé obsesionándome. Tendría que haberme ido de allí hace años; sin embargo, esa morada ejercía sobre mí una rara influencia. Lo peor era que el tiempo continuaba pasando muy despacio y que las paredes de la vivienda me resultaban cada vez más angostas y opresivas. Cuando se ponía el sol, el universo que me rodeaba se volvía asfixiante y me daba pánico moverme entre aquellos largos pasillos, pues en cualquier instante creía que iba a cruzarme con algún ser tan desesperado como yo. 

      Una noche noté que un frío intenso se apoderaba de mi cuerpo a pesar de que estábamos en primavera. Jamás había percibido nada semejante. Como no podía dormir, acudí de nuevo a la biblioteca. Deseaba coger un libro para relajarme pero hubo algo que me lo impidió. Pronto supe que no estaba solo. Había sin duda otra persona, pero ¿de quién podría tratarse? Intenté tranquilizarme y pensar de una manera racional. Vivía en esa casa desde hacía años y, salvo las visitas ocasionales del cartero y de mi empleada del hogar, nadie más había entrado. ¿Era normal que a las cuatro de la madrugada tuviera la percepción de que un desconocido estuviese a escasos metros de donde yo me hallaba? Creí que me estaba volviendo loco, por eso inspeccioné todas y cada una de las habitaciones. Sólo oí una especie de respiración entrecortada. Imaginé que podría tratarse de un ente invisible que  habría realizado una visita transitoria.

      A raíz de esa experiencia, el miedo comenzó a apoderarse de mí y ya no me atrevía a ir a la biblioteca por temor a encontrarme con una sorpresa desagradable. Los muros seguían haciéndose más estrechos y me ahogaba sin poder evitarlo. 


martes, 22 de septiembre de 2020

La Apuesta

"The Bet" (en ruso: "Пари", translit.  Pari ) es un cuento de 1889 de Anton Chéjov sobre un banquero y un joven abogado que apuestan entre sí sobre si la pena de muerte es mejor o peor que la vida en prisión.

El 17 de diciembre de 1888, Nikolai Khudekov le pidió a Chéjov que escribiera una historia para Peterburgskaya Gazeta, de la que era editor. A Chéjov se le ocurrió "El zapatero y el diablo" (publicado el 25 de diciembre) e informó a Alexey Suvorin de eso. Suvorin, la Nóvoie Vremya ' editor de s, tomó casi como un insulto, por lo que Chéjov se comprometió a producir un tipo similar de fábula para este periódico antes de la víspera de Año Nuevo. Empezó a escribirlo el 22 de diciembre y el día 30 envió el artículo por correo.

Dividido en tres partes, apareció en el número 4613 del 1 de enero de 1889 de Novoye Vremya, titulado "Cuento de hadas" (Сказка). Con un nuevo título, "La apuesta", revisado y recortado (la tercera parte del texto original ya no existe) se incluyó en el Volumen 4 de las Obras completas de Chejov, publicado en 1899-1901 por Adolf Marks. “Mientras leía las pruebas, me llegó a disgustar el final, se me ocurrió que era demasiado frío y cruel”, explicó el motivo de la omisión en 1903.

A medida que comienza la historia, el banquero recuerda el motivo de la apuesta quince años antes. Los invitados a la fiesta que estaba organizando ese día entraron en una discusión sobre la pena capital; el banquero argumentó que la pena capital es más humana que la cadena perpetua, mientras que el joven abogado no estuvo de acuerdo e insistió en que elegiría la cadena perpetua en lugar de la muerte. Aceptan una apuesta de dos millones de rublos a que el abogado no puede pasar quince años en régimen de aislamiento. La apuesta estaba hecha y el abogado se aisló durante quince años.


lunes, 14 de septiembre de 2020

El Retrato de Dorian Gray Podcast

Desde hace unos días ha comenzado la grabación para el podcast Cuentos y Relatos de la obra maestra de Oscar Wilde titulada: El Retrato de Dorian Gray. Fue publicada por primera vez en 1890 y se trata de la única novela escrita por el autor irlandés, quien tuvo una prolífica obra como dramaturgo y cuentista. Es, al mismo tiempo, una reflexión sobre la naturaleza del arte y la estética.

La novela estará dividida en un total de 6 audios de una duración de hora y media cada uno aproximadamente. El retrato de Dorian Gray es una novela filosófica que representa la obsesión sobre el poder de la juventud y la belleza. Muy pronto aquí, en Cuentos y Relatos Podcast. Muchas gracias por tu presencia.

domingo, 13 de septiembre de 2020

Los Advertidos


El relato del diluvio es uno de los mitos fundadores que arraigan a la comunidad en su territorio y participan de manera relevante en la conformación de su especial modo de ser. Sin embargo, esta identidad que se desarrolla en torno al eje de un mito fundacional excluye a otras realidades culturales diferentes como participantes en su constitución. Pero el mito de la gran inundación está presente en casi todas las culturas del mundo. Alejo Carpentier se vale de este hecho para construir su relato "Los advertidos" como una travestía burlesca, narrada desde la perspectiva de Amaliwak, el héroe amazónico del diluvio. El centro estructural de su narración lo constituye el encuentro de los héroes de los diferentes mitos del diluvio en alta mar. Esta coincidencia le permite resaltar la múltiple ocurrencia y las semejanzas entre las diferentes manifestaciones del mito. El autor termina riéndose de toda pretensión de superioridad que puedan ostentar los respectivos protagonistas del mito, cuando lo piensan como definitivamente único, de pertenencia exclusiva y exigen que sea universalmente aceptado en su versión.

No obstante, también sugiere a partir del encuentro entre los héroes fundadores, la posibilidad de una conducta sustentada por la inclusión y no por la exclusión de las otras realidades culturales. Toda la obra de Carpentier aparece atravesada por el problema de la identidad latinoamericana. El propósito que persigue Carpentier con su reescritura del mito de la gran inundación es "reclamar para América su lugar dentro de la unidad universal de los mitos". Conjuntamente con ello concibe a la identidad como un proceso abierto, en permanente desarrollo, orientado y actualizado por el encuentro entre los individuos y las culturas.

Fuente:
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-04622003048700006



jueves, 10 de septiembre de 2020

Cuentos Completos

Alejo Carpentier (Lausana, 1904 - París, 1980). Gran novelista cubano. Intelectual excepcional y descollante figura de la vanguardia estética y el pensamiento cubanos. Hijo de padre francés y madre rusa, desde joven mostró una temprana vocación artística, estuvo ligado desde su fundación al grupo minorista donde se concertaban voluntades de cambios y esfuerzos de integración en la realidad cubana. Fue uno de los integrantes de la protesta de los trece liderada por Rubén Martínez Villena.

A pesar de su corta edad ya va siendo un escritor reconocido en la capital cubana. Por esta época colabora en el “Diario de la Marina” y es uno de los cinco escritores que aparecen en el primer número de la “Revista de Avance”, vocero del vanguardismo en Cuba, donde publicó su poema «Liturgia». Escribe “La hija del ogro”, acción coreográfica en un acto y tres episodios con música de Amadeo Roldán. También escribe dos poemas afrocubanos: “Marisabel” y “Juego Santo”, musicalizados por Alejandro García Caturla. Colaboró en “Revista de La Habana” y “Aventura en Mal Tiempo”, esta de Santiago de Cuba. A lo largo de la obra de Alejo Carpentier se formula toda una teoría de lo que ha de ser la novela latinoamericana en la actual etapa de su evolución, y al mismo tiempo se realiza una novelística que en todo responde a esa formulación teórica.

El libro recoge una series de relatos escritos por Alejo Carpentier. Contiene siete de los más famosos y leídos cuentos del autor, diferentes historias muy tristes y atrapante pasa por varios puntos de reflexión.

Estos relatos constituyen una profunda reflexión sobre el mundo de la modernidad y la situación en la que vive el ser humano, todo ello dibujado a través de lo real maravilloso y de un lenguaje barroco que Carpentier, como nadie, llevó hasta sus últimas consecuencias; en definitiva, una obra maestra de la literatura.


Alejo Carpentier

Alejo Carpentier y Valmont (Lausana, 26 de diciembre de 19042​ – París, 24 de abril de 1980) fue un escritor cubano que influyó notablemente en la literatura latinoamericana durante su período de auge. La crítica lo consideró uno de los escritores fundamentales del siglo XX en lengua española, y uno de los artífices de la renovación literaria latinoamericana, en particular a través de un estilo que incorpora varias dimensiones y aspectos de la imaginación para recrear la realidad, elementos que contribuyeron a su formación y uso de lo «Real Maravilloso».

También ejerció las profesiones de periodista, durante gran parte de su vida; y musicólogo, con investigaciones musicales y organizaciones de conciertos, entre otras actividades; sin embargo, alcanzó la fama debido a su actividad literaria.

Su nacimiento tuvo lugar en Lausana, Suiza.​ Su padre fue el arquitecto francés Georges Álvarez Carpentier y su madre Lina Valmont, profesora de idiomas de origen ruso. Su infancia estuvo marcada por un profundo «mestizaje cultural».

La familia se mudó a La Habana porque el padre tenía interés por la cultura hispánica y ansias de habitar en un país joven que le permitiera escapar de la decadencia europea.​ Así, Carpentier creció en trato cercano con campesinos cubanos blancos y negros, «hombres mal nutridos, cargados de miseria, mujeres envejecidas prematuramente; niños mal alimentados, cubiertos de enfermedades».​ Una realidad que posteriormente plasmaría en sus obras.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Sangre y Sillar

  "Sangre y Sillar"
 Jull Antonio Casas Romero


“Con mucha precaución merodeo alrededor de lo profundo, le sonsaco algunos vértigos y me escabullo como un estafador de abismos.”
Emil Cioran. Silogismos de la Amargura.



Su nombre es Glauco y es hermano de mi abuela Alicia. Siempre intenté imaginar el rostro de mis antepasados, por medio de las facciones de mi abuela y su hermano, muy parecidos entre ellos, perfiles que ya no existen ahora, como diríamos, caras antiguas enmarcadas en lugares añejos, en los cuales podemos imaginar faroles, casonas antiquísimas y anécdotas del siglo pasado. Incluso opinaba que eran gemelos, pues salvando la diferencia de género, todo lo tienen semejante: sus ojos tan verdes, la mirada profunda, la nívea palidez de sus rostros, sus formas tan antiguas y exquisitas, en fin, hasta la manera de pensar, pues Tío Glauco es una copia en vida de mi querida abuela y exhibe la calvicie incipiente que ella siempre ocultaba en sus últimos años bajo hermosos gorritos de lana que tejía primorosamente. 

La imagen de Tío Glauco joven es difusa en mis evocaciones de niñez, allí hay solamente retazos de su mirada profunda, la delicadeza que siempre tuvo al hablarme, sus formas tan antiguas muy protocolares y grabada en mi mente la ocasión que lo vi por primera vez. Fue un día que estaba de visita por vacaciones en la casa de mis abuelos y jugaba a los soldados con mi primo Miguel, en la huerta, una mañana en la cual, luego de haber cavado agujeros entre las flores, procedimos a esconder profundamente en la tierra algunos soldados de madera que mi abuelo tallaba finamente en su taller; por cierto, nunca volví a desenterrar los muñecos de aquel escondrijo, allí deben estar, esperando que mis hijos o sobrinos los hallen jugando algún día, en ese lugar de nuestra niñez. 

Este juego infantil olvidado por esta generación, trata de esconder un tesoro, para luego elaborar un mapa que guíe, hasta donde se ha escondido; los dos leímos en detalle La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson y esa aventura permaneció indeleble muchos años en nuestra mente, inclusive hurtamos pedazos de cuero pulido, para imitar la cartografía corsaria, con marcas de pasos, lugares, promontorios y calaveras, acabando con la señal tradicional en el punto secreto, lugar donde se encontraría el tesoro oculto muy profundamente debajo de un esqueleto, todo al más puro estilo pirata. 



viernes, 4 de septiembre de 2020

La Noche de Margaret Rose

La obra de Francisco Tario permite abordar la literatura fantástica desde otra perspectiva. Su obra, descuidadamente clasificada como fantástica, construye un universo donde, si bien lo fantástico sí puede presentarse, los elementos sobrenaturales se relacionan de un modo tan distinto que demanda que la obra de este escritor sea clasificada de otra forma. Esta forma de definir la obra de Francisco Tario se denomina lo antifantástico.

Un cuento de este primer libro que se entiende como el mejor ejemplo para definir lo antifantástico es “La noche de Margaret Rose”. Este texto parece acercarse más a la condición que Todorov estableció para la literatura fantástica, pues existe en él un posible encuentro con lo sobrenatural. Margaret Rose, joven casada con un multimillonario yanqui, invita a un viejo amigo, Mr. X, a un juego de ajedrez. Dudoso por las circunstancias que rodean la invitación, Mr. X acepta asistir al encuentro y emprende el viaje. La cita se da en la noche, en una habitación de la casa de la joven Rose, iluminada por el fuego de una chimenea. Margaret Rose parece una ilusión: es un resquicio, es un dejo de nostalgia, es un terrible recuerdo: 

“Cierro los ojos, con objeto de acoplar bien sus rasgos fisonómicos y, en cambio, evoco intempestivamente un ademán suyo, olvidado por completo” (Obras completas i, Tario 86).

El camino a la casa, lugar de la cita, cumple con las características de un escenario propio para lo fantástico, pues es oscuro y solitario: De la obscuridad total de la noche emergen a ambos lados del camino aisladas luces muy débiles, a cuyo resplandor, sin embargo, el follaje adquiere una vivacidad submarina y misteriosa. Los caballos, en pleno galope, se internan por regiones profundas, inusitadamente sombrías, y cuyo murmullo es en extremo agradable.

«En "La noche de Margaret Rose”, un auténtico cuento de fantasmas (como lo reconoce Jacobo Siruela al incluirlo en la "Antología universal del relato fantástico"), ya hay ese equilibrio entre la sensualidad y el horror que será, a la vez, el punto de arribo en la escritura de Francisco Tario.»



jueves, 3 de septiembre de 2020

Colección Completa Libros de El Club de los Cinco

Los Cinco (título original The Famous Five) es una colección de libros publicados por la escritora inglesa Enid Blyton. En estos, un grupo de dos chicas y dos chicos, en compañía de un perro, ejercen como detectives ante numerosas situaciones en las que se combina el misterio y la aventura. La colección fue escrita a lo largo de las décadas de 1940, 1950, y 1960.

Los protagonistas de la trama son Julián, Dick y Ana, hermanos entre sí, más su prima Jorgina (Jorge) y el perro de ésta, Tim. Los episodios suelen desarrollarse cuando el grupo de primos de Jorgina se desplaza hasta el pueblo de Kirrin con ella durante las vacaciones. Las escenas varían según los libros: en ocasiones en la propia casa de Jorgina, en otras en la Isla de Kirrin (propiedad de Jorgina), en casas de otros amigos, páramos, hostales, etc. A lo largo de la colección "Los Cinco" se encuentran con misterios tales como contrabando, robos, secuestros, tesoros, etc.

Los Cinco ha sido una de las colecciones de literatura juvenil más populares del S.XX.



Dorian Gray

Dorian Gray es una novela gráfica del historietista español Enrique Corominas de 2011 basada en la única novela escrita por Oscar Wilde, The picture of Dorian Gray (1890).

Corominas regresa al cómic para demostrar porqué es uno de los grandes nombres de la historieta española. Nunca la gran obra de Oscar Wilde, tuvo ninguna adaptación en ningún medio, que consiguiera transmitir el espíritu de la misma como lo consigue el “Dorian Gray” de Corominas. Cada página de este libro en edición de lujo es una auténtica obra maestra del dibujo.

El retrato de Dorian Gray es un drama fantástico cuyo tema esencial es la moralidad del arte y que plantea un vínculo entre la belleza y la responsabilidad; es la crónica de una corrupción que termina aniquilando el objeto que se quiere exaltar.




martes, 1 de septiembre de 2020

Francisco Tario

Francisco Tario, seudónimo de Francisco Peláez (Ciudad de México, 9 de diciembre de 1911 – Madrid, España, 30 de diciembre de 1977),​ fue un escritor mexicano.

Tario es considerado como un autor marginal por no haber formado parte de ninguna corriente literaria ni haberse integrado a grupo literario alguno, y por ser desconocido durante muchos años. Cultivó el cuento, la novela y el teatro. Se le ha comparado con Rulfo por el mundo personal que se inventó para sus escritos, así como por las características de sus personajes, los cuales, no obstante, tienen su propia originalidad. Sus temas abarcan la limitación sensorial del hombre para percibir la vastedad del mundo que lo rodea, pero sin perder de vista el sentido del humor, la aparición de lo insólito, lo extravagante y lo grotesco, que lo alejan del tradicionalismo de otros autores, razón por la que es considerado precursor de la narrativa fantástica mexicana de los años cincuenta.

En la mayoría de los cuentos de La noche le da el habla a objetos y animales para contar desde su punto de vista y, cuando se trata de seres humanos son seres enajenados, al borde de la locura o, inclusive desde la muerte, en tanto son fantasmas, que pueden ignorar que lo son, como en el caso de La noche de Margaret Rose.

Individuo de intereses múltiples (fue portero de fútbol semiprofesional, astrónomo y pianista), publicó la novela Aquí abajo (1943) y el libro de cuentos La noche (1943), Tapioca Inn: mansión para fantasmas (1952) y Una violeta de más (1968), entre otros. De forma póstuma fueron editadas su novela Jardín secreto (1993) y las piezas teatrales de El caballo asesinado (1968). Su obra cuentística completa se halla en Francisco Tario, Cuentos completos (2 volúmenes, 2003).

En 2011 su hijo Julio comparte en distribución gratuita, con ayuda del Instituto Nacional de Bellas Artes, Dos guantes negros, librito que contiene un poema y dos cuentos de consumo casero dedicados a sus hijos Sergio y Julio; los textos fueron encontrados en una cómoda de estilo barroco y colonial que pertenecía a Francisco y donde guardaba algunos álbumes fotográficos, recortes periodísticos, grabaciones, entre otras muchas cosas, y de donde también salieron a la luz El caballo asesinado y la novela Jardín secreto.

Soy la Unica


       "Soy la Unica"
        Vicente Ortíz Guardado


    En cuanto me vio llegar, la enigmática joven me miró profundamente. Luego, pareciendo ignorarme miró al frente y levantó los brazos diciendo algo incomprensible. Entonces aparecieron cientos, puede que miles de pájaros negros que apenas dejaban ver el cielo. La chica volvió a mirarme sin parar de hablar, pero entre los graznidos y el aleteo me fue imposible oír lo que decía. Nos separaban unos cuatro metros, pero su mirada cada vez era más penetrante y aunque en ningún momento me vi amenazado por ella, la impresionante bandada de pájaros empezó a sugestionarme. Cuando ella volvió a mirar al frente aproveché para salir corriendo. No quería seguir allí ni un segundo más. Buscando protección, me oculté tras el enorme tronco de un viejo árbol. Me senté en el suelo, apoyé la espalda y cerré los ojos un instante, quizá unos minutos, no estoy seguro. Quería desaparecer de allí, pero ¿cómo?

    El diabólico sonido de aquellos pajarracos empezó a desvanecerse poco a poco. Abrí los ojos. Respiré profundamente y miré a mi espalda. La chica ya no estaba y los pájaros se veían avanzar en el horizonte como una enorme nube negra preparada para descargar. Sin pensarlo me levanté y salí corriendo. Después de bajar la loma de aquel monte paré para coger aire. Sudaba. Tras una llanura casi desértica, a unos dos o tres kilómetros se veía un pequeño pueblo. Antes de continuar miré atrás para asegurarme que estaba solo. Tras confirmarlo, comencé a correr de nuevo respirando con más dificultad. Mis piernas cada vez estaban más agarrotadas y cada paso que daba era un pequeño castigo. Al poco rato empecé a toser y tuve que parar de nuevo.
No había sido buena idea quedar a través de internet con aquella chica misteriosa. Desde que nos conocimos todo había sido muy raro, pero algo en ella me atrajo desde el primer saludo y tras unos días de insistencia acepté aquella estúpida cita. Me aseguró que no me iba a olvidar de ese día, pero a cambio yo tenía que desplazarme hasta aquel remoto lugar en el que lo único que quedaba eran las ruinas de un viejo castillo olvidado al que algún estúpido había llenado de pintadas con símbolos que no había visto antes.