martes, 18 de diciembre de 2018

Sueños Húmedos

 "Sueños Húmedos"
Jull Antonio Casas Romero



"Desnudar es propio de la Muerte. También lo es la incesante contemplación de las criaturas por ella desposeídas".
Alejandra Pizarnik.



Voy por la entrañas del abismo, reptando, en busca de luz, casi arrastrándome con mis hermanos, resbalando por nuestro líquido amniótico, empujados por el hambre inmemorial de putrefacción, ciegos pero vivos, luchando unos con otros, venciendo los más fuertes, quedándose los débiles, recorriendo pasajes insondables hasta sentir bajo nuestros alelos agotados, el nacimiento del aborto final.
Despierto, empapado aun con el viscoso exudado de aquel sueño recurrente, suena el teléfono y escucho por fin tras la línea, la voz anhelante y urgente que espero desde el génesis de mi debacle eterna.
- Es hora, ven lo más pronto posible.
Cuelgo sin responder, luego, demoro en mis ritos de catarsis, sin querer pensar más en aquella pesadilla, pero el agua que me empapa, rememora en mi subconsciente ese líquido que me arrastra nuevamente hacia el abismo de la vorágine, cada gota que acaricia mi cuerpo es como el contacto de la legión envolviéndome, llevándome hacia mi destino. 

…Ya somos pocos en la miríada, la mayoría queda dispersa en los obstáculos del  cáliz primordial, aún llevamos el impulso inicial, pero algo cambia con cada recodo, en cada abismo que vamos superando de forma casi milagrosa y que al ser atravesado desaparecerá de nuestra memoria colectiva. Vamos cambiando con cada movimiento, mudamos de piel y de forma, el exudado tibio que nos envuelve invita a descansar, disolviendo a los rezagados entre el ácido de su contenido, debo continuar moviendome, pero me adormezco y luego al despertar me hallo de nuevo bajo el potente chorro de la regadera matutina, envolviendo cada poro primigenio en la viscosidad del silencio.
Termino mis abluciones, luego me visto y salgo con un portazo de despedida, llego a mi destino en pocos minutos, la puerta esta abierta, un denso vaho fétido, casi palpable envuelve mis sentidos rechazándome, retrocedo violentamente para luego obligarme a penetrar al lugar boqueando, separando la bruma tangible con los dedos entumecidos, ganando cada pulgada tal como lo hacemos con la miríada, obligados por el rito indecible en lo último del proceso de iniciación temprana.
…Con un último esfuerzo rompo el amnios e ingreso a la cavidad prohibida, no puedo ver nada, aunque puedo sentir como cada detalle del habitaculo me habla desde la memoria de mis ancestros, la obscuridad del medio no muestra lo críptico del lugar, soy portador del secreto, tengo que revelarlo esta noche, no sé el significado, pero entiendo que al revelarlo, mi espíritu libre será la clave de su transcripción perpetua y finalmente quedara inscrita para futuras invocaciones de condenación sagrada.

Me capturan apenas ingreso al lugar prohibido, velan mis ojos con un lienzo y amarran mis manos a la espalda, soy conducido entonces por pasadizos indescriptibles, nunca hollados por ojos profanos y aún jamas convocados para los iniciados, son desconocidos tambien para mis guardas ya que al atravesar los portales, los pasajes cambian, dando lugar a que cada momento equivoquen el camino y entonces, con gran confusión consultan entre si, sobre la ruta correcta en aquel averno, lo sé por qué llegamos a esquinas sin salida, y tenemos que volver nuestros pasos, lo sé por lo agotador que resulta aquel calvario que nos lleva toda la noche hasta que amanece y entonces cuando se filtra la claridad entre mis ligaduras, llegamos a una gran sala profusamente iluminada y allí me devuelven los sentidos.
…La humedad se evapora de mi piel primigenia, voy mudando de conciencia como si mi cobertura fuera interna más que exterior, marcando el compas de la sensación al ritmo de convulsiones fisiológicas, la textura de mis élitros cambia y de ellos dependo para comprender el medio por el cual nos arrastramos, aún al ser empujados sin vuelta atras por la miríada que pulsa de forma intermitente hacia su destino inexorable.
En la sala reina el más impoluto silencio, puedo ver a la concurrencia, rodeando una mesa de sacrificios, donde seré ofrecido a la eternidad, una abertura en el techo rezumante de viscosidad gotea directamente sobre el tálamo y hasta parece que la multitud se convulsiona en cada paso con que me dirigen hacia el destino.
…La luz que era incipiente comienza a inundar a raudales la cavidad donde me arrastro penosamente, más que verla la siento, porque todavia mi envoltura no ha formado sus apéndices visuales y la luz sólo se filtra entre mis párpados vestigiales, el medio cada vez es más frío y me rodea la soledad del silencio, empiezo a sentir como mi cuerpo se desgarra y quedó en piel viva listo para el nacimiento final.

Desnudan mi cuerpo, adormecen mis sentidos con un brebaje desconocido y me acuestan  en la losa desnuda para luego acercar el cuchillo ceremonial a mi corazón y comenzar con el culto, de nuevo estoy húmedo, la abertura sobre mi cuerpo gotea a un ritmo vital, un balsamo que me va envolviendo suavemente, cierro los ojos y me sumerjo en el abismo, resbalando fácilmente en él.
…Llegamos con la miríada al esfínter final, donde luego de un último pujo, brotamos por fin al paraíso de luz eterna, nuestra piel nueva y húmeda intenta secarse lentamente con el calor del astro original, no podemos evitarlo, principiamos a morir, somos pocos los que logran desplegar alas e inician vuelo postrero hacia la fuente prometida, ya nos acercamos a ella, a aquella luz que atrae, es cada vez más cercana, ya siento su fuego, ya comienzo a morir.
El cuchillo insensible, abre mi tórax, lacera mis sistemas, no hay compasión ni ternura en el proceso, al finalizar el culto, el verdugo levanta mi corazón rezumante al vacío y lo pone sobre las brasas para que se una con la voluntad divina. Entonces, desde el orificio de la eternidad, junto a la miriada, mi alma volátil llega atraída por el fulgor eterno y se funde con la ofrenda que aun late débilmente, formando un nuevo cuerpo que esta vez será eterno e inmutable, pero aun así solo por un momento, hasta que llegue el nuevo ciclo de la eterna absolución final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario