lunes, 13 de mayo de 2019

Los Mejores Relatos de Ciencia Ficción

La Tierra ha sufrido una invasión, una conquista. No se trata de humanoides marcianos provistos de cinco ojos, ni de insectos venusianos superdesarrollados, no. Se trata de la conquista lograda por un nuevo género literario: Ciencia-Ficción o Fantasía Científica, como quizá sea más exacto denominarlo.

Desde luego, hay muchos críticos que, por no conocerlo a fondo, lo clasifican como «refrito moderno de los mismos temas en que se basan los relatos del Oeste y las novelas policíacas»; afirman que el monstruo extraterrestre que rapta a la muchacha es sólo un nuevo disfraz del eterno traidor al que tantas veces hemos conocido como asesino sádico recorriendo las cloacas de Londres, o como pistolero sin escrúpulos que siembra terror y muerte en un pacífico pueblo norteamericano. En resumen, aseguran que la Ciencia-Ficción es sólo un nuevo género literario muy popular y, por lo tanto, carente de calidad. Un nuevo género popular, sí, de acuerdo, pero falto de valor o de calidad, no.

Para defenderlo de quienes lo atacan o para presentarlo a aquellos que lo desconocen, es interesante señalar que se trata de un género nacido a la sombra del progreso, ese progreso de cohetes y satélites, de aviones supersónicos y helicópteros increíbles que nos obliga cada vez más a mirar al cielo. Y ahí radica la diferencia y el mérito de la Ciencia-Ficción: hacernos mirar al cielo, darnos un cauce donde liberar nuestra imaginación, nuestra fantasía. Y, ¡qué curioso!, son precisamente los científicos, los hombres que a través de fórmulas y cifras hacen culto de la exactitud y de los hechos concretos, los que hoy día nos toman de la mano y nos dicen: «Todo lo que imaginen, todo lo que sueñen, por absurdo que sea, es probable que el futuro lo convierta en realidad. Por eso, den rienda suelta a su fantasía, imaginen extrañas naves interplanetarias, imaginen visitas a las más apartadas galaxias, emborráchense de estrellas…, porque es posible que algún día las alcancemos…»

Esa es la Ciencia-Ficción, esa es la diferencia; una literatura popular, sí, pero que ha logrado lo que ningún otro género literario consiguió: hacer que muchos de sus autores, como Heinlein, Bradbury o Lovecraft, de tanto mirar al cielo buscando allí argumentos para sus libros, dejaran de ser novelistas para convertirse en poetas.

La intención de este libro es darles a conocer algunos de los mejores autores del género. Sus historias puede que hoy resulten absurdas, fantásticas, pero mañana… sí, recuerden que mañana… pueden ser verdad.

Narciso Ibáñez Serrador



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