"La Posada de las Dos Brujas" (En el inglés original, The inn of the two witches) es un relato de misterio y terror escrito por Joseph Conrad. Esta pequeña historia fue escrita en 1913 y publicada dos años más tarde en una colección de relatos titulada Dentro de las mareas (en inglés, Within the tides). Joseph Conrad advierte en el relato que él no es el autor original, y que lo encontró casualmente en una librería antigua de Londres dentro de una caja llena de libros. A esto lo denominó «Hallazgo»: «Ese escrito -el relato- es el hallazgo que se menciona en el subtítulo. El título es de mi propia cosecha (no puedo llamarlo invención) y posee el mérito de la veracidad.»
La posada de las dos brujas está situada en España, concretamente en uno de los muchos montes asturianos, y está protagonizada por dos marineros ingleses: Tom Corbin y Edgar Byrne.
Firmado en “Junio de 1913”, el cuento está narrado por un alter ego de Joseph Conrad que evoca el encuentro de un manuscrito, no “en un libro” —tal y como canta el sonoro título del poema “Manuscrito hallado en un libro de Joseph Conrad”, que Borges en 1943 agregó a su segundo poemario: Luna de enfrente (Proa, 1925)— sino en el fondo de “una caja de libros comprada en Londres, en una calle que ya no existe, en una tienda de libros de segunda mano en la última fase de su decadencia”. Así, tal alter ego narra y reconstruye, con comentarios y reflexiones, el contenido de ese manuscrito incompleto redactado a mediados del siglo XIX, y cuyo autor, un tal Edgar Byrne, entonces sesentón, comenzó su historia apuntando: “En 1813 tenía 22 años”. Y tal es la fecha en que ocurre su aventura, cuando era un joven “oficial de la flota de Su Majestad”, quien al mando de una corbeta inglesa, en la costa “septentrional de España”, envía un bote, en el que Cuba Tom, un fuerte y diestro marino, tiene por misión llevar un mensaje a los guerrilleros independentistas del entorno de un empobrecido caserío asturiano; pero, luego de que Cuba Tom se ha internado en ese territorio guiado por un astroso guía, los malos augurios e indicios inducen al joven oficial Edgar Byrne a desembarcar en solitario e incursionarse en esa peligrosa región a merced de ladrones, forajidos y esbirros de José Bonaparte, cuyo punto culminante empieza a gestarse en la posada del título, donde descubre un cadáver oculto en un armario y un artilugio mecánico y asesino (descendiente del lecho de Procusto) camuflado en lo que una gitana llama “la habitación del arzobispo”.