Entre 1952 y 1953 Juan Rulfo escribió "Luvina". La palabra proviene del zapoteco actual y tiene el significado etimológico de “cara de la pobreza”. Aunque, también existe un lugar en Oaxaca llamado San Juan Luvina, al que se accede por el camino de Tuxtepec-Oaxaca, mientras que, al otro, a ese Luvina de Rulfo se entra por el recuerdo de un profesor sin rostro.
El intervalo es un espacio temporal o territorial, entre el uno y el otro la frontera es el relato. En ese momento se encierra un lugar posible, un tiempo que se recorre con la boca seca, una mala trazada brecha generacional donde se cosecha la tradición y se transmite la memoria. Ese espacio es una miniaturización imaginaria que nos permite encontrar el punto de inflexión irreductible al que se acude sin esperar nada, porque entonces sólo encontraríamos nada, como el cuento (a un paso de ser el canon hispanoamericano) llamado Luvina de Juan Rulfo.
En esta obra existe un vínculo de aversión entre un personaje y el espacio poético: lugar recreado por el autor para desarrollar las acciones, además es el sitio que se relaciona casi como origen con el personaje; como el que existe entre Luvina y el maestro (que es la única característica que le conocemos). A través del recuento memorioso, el narrador nos permite conocer su experiencia malograda en ese lugar vivido, pero olvidado por factores independientes y que se sustenta yerto en la permanencia voluntaria de sus habitantes.
Luvina es un lugar hecho relato, es la soledad como forma de los pueblos alejados de la centralización, es en sí el ensayo creativo que le permitirá escribir a Juan Rulfo Pedro Páramo, bajo la misma sospecha, la de una respuesta social a la ¿Revolución?, una acción que debería ser de todos para todos, por eso los rasgos particulares de sus personajes son desconocidos, puede ser cualquiera o en la impersonalidad estamos todos.
La estructura de este relato experimenta en el orden narrativo, proponiendo niveles de lectura para hacer de sus personajes y espacio la muerte, la soledad y la memoria. La relación entre los distintos niveles permite que el lector tenga una múltiple posibilidad de interpretación.
El relato va abriendo sus cajas chinas como de lo especifico a lo general, para ir descubriendo en el nivel narrativo del testimonio la condena a no formar parte del sistema estatal y la condena del cuidador que procura llevar el progreso y desde siempre fracasa, porque individualiza el problema social.
En la distancia, Luvina, es una expresión literaria que me propuso como lectura la imposibilidad del cambio en esta necesaria cuarta transformación. Su tópico, la soledad, está vinculada con la cultura y la idea como motor de búsqueda, por eso encuentro desolados los caminos austeros de quienes no han creído en mejores mundos posibles, sino en la permanencia, en la estancia de la inactividad para cuidar a los (partidos/políticos) muertos. Esa idea es la que atrapa al maestro y le da paso a su testimonio, es la que se puede leer en la forma del cuento o traer a una realidad palpable y la que lo obliga a su viaje al inframundo y no para salir victorioso como un cualquiera, sino, como un cualquiera, es derrotado: huérfano, herido por el fallo individual de la participación ciudadana.
Fuente:
https://www.elretruecano.com/luvina-de-juan-rulfo-la-memoria-del-espacio-el-progreso-y-la-muerte/