viernes, 13 de octubre de 2017

Obras Incompletas

El amor, la vida humana, el cotidiano sentir y palpitar dictan a la autora las claves de su mundo poético en donde alientan sus gozos, sus penas y sus esperanzas que ella pone al alcance de sus lectores. Poesía personal y popular a la vez, cuyos rasgos difícilmente caben en etiquetas y clasificaciones.
Con versos sencillos, ágiles como el discurrir de una conversación, Gloria Fuertes nos habla del amor (en sus muchas manifestaciones), la injusticia social, la soledad...

La "poeta", como le gustaba que la llamaran, escribe desde el barrio, la escuela, las chabolas del arrabal.

La suya es una voz consciente y comprometida, sin moralinas ni lugares comunes; es la voz de alguien que forma parte de una realidad popular y la expresa, denuncia, celebra... con ironía, inteligencia y ternura.

Como decía, al igual que toda la producción de su autora, este libro está formdo por versos fáciles, accesibles; acordes con la cercanía a la cotidianidad que reflejan sus poemas.

Gloria escribe sin grandes alardes de técnica poética, con sencillez y una sorprendente capacidad para condensar en pocas palabras muchísimas y variadas sugerencias.

El humor es una de las constantes en este poemario. A pesar del tono profundamente meláncolico de muchos poemas, la autora se mira a sí misma y a todo lo que le rodea con una sonrisa tierna y juega con la realidad de forma ingeniosa.


Puede ser, y dependiendo de los gustos o de cómo se entienda el arte, que Gloria Fuertes no estuviese destinada a encontrarse entre las mejores poetisas españolas. Sin embargo, sí debemos entenderla como una superviviente en el entorno del franquismo; o también como una mujer no heterosexual, feminista y combativa en la época de un patriarcado no cuestionado. También, su éxito como poetisa y escritora infantil, sirvieron a fines de invisibilización y silencio de una mujer sin miedo ni pelos en la lengua. Igualmente, tras un duro cáncer de pulmón, falleció a los 81 años (en 1998), donando su herencia a la CeMu (Ciudad de los Muchachos), una institución en Leganés de apoyo, formación e integración de menores y jóvenes con riesgo de exclusión social. Gloria Fuertes hizo mucho, aunque pocos lo recuerden o reconozcan, y para muches de nosotres, seguirá siendo un gran referente.

Su poesía podría clasificarse en tres temas principales: el amor, la soledad y la espiritualidad. Mucho escribió, tanto para niños como para adultos, pero quiero mostrar esa faceta tan desconocida para la mayoría. Tanto en amor como soledad no puede hablarse de Gloria como mujer demasiado positiva, pero su entorno no era ni de lejos el más favorable. Siempre con un halo de nostalgia, transmite esa sensación de que algo le falta. Representa a la perfección cómo es un alma incomprendida; ama demasiado, y a veces, pareciese que sin quererlo. Tanto la categoría ‘amor’ como ‘soledad’ bien podrían ser una sola categoría, sin pertenecer del todo a nada ni a nadie. Eso es lo que a mi me transmite a través de su poesía.

También resultan llamativas sus constantes referencias a la espiritualidad. Si no encuentra en su vida diaria una solución o esa alegre felicidad cotidiana que parece desear, es comprensible que la busque más allá, en el incomprensible misterio de la fe. Es evidente que el nacional-catolicismo fascista del franquismo impuso una creencia única en contra del multiculturalismo y el respeto entre iguales. Pero lo curioso es cómo vive y relata esta poetisa su fe, al margen de lo que la religión impone que tiene que ser la mujer, la experiencia de la sexualidad (sólo heterosexual) y los roles sociales. Es interesante reflexionar sobre ese conflicto entre lo que se cree, lo que dicen quienes controlan el negocio de la fe y lo que se es (es decir: la fe católica, la Iglesia católica y una mujer no heterosexual que desea llegar a ser ella misma).










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