sábado, 30 de diciembre de 2017

El Año Nuevo

Pedro Antonio de Alarcón y Ariza (Guadix, 10 de marzo de 1833 - Madrid, 19 de julio de 1891) fue un narrador español que perteneció al movimiento realista, en el que destacó como uno de los artífices del fin de la prosa romántica.

Nacido en la localidad granadina de Guadix el 10 de marzo de 1833, su nombre completo fue «Pedro Antonio Joaquín Melitón de Alarcón y Ariza». Tuvo una intensa vida ideológica; como sus personajes, evolucionó de las ideas liberales y revolucionarias a posiciones más tradicionalistas. Aunque su familia provenía de hidalgos era más bien humilde, aunque no tanto como para no poder permitirse enviarlo a estudiar Derecho en la Universidad de Granada, carrera que abandonó pronto para iniciarse en la eclesiástica. Aquello tampoco le satisfizo y abandonó en 1853 para marchar a Cádiz, donde funda El Eco de Occidente, junto a Torcuato Tárrago y Mateos, iniciando su carrera periodística en la dirección de este periódico.

Alarcón escribía desde su adolescencia, citándose a don Isidro Cepero como el instigador principal de su inquietud literaria. Su primera obra narrativa, El final de Norma, fue compuesta a los dieciocho años y publicada en 1855. Sus inquietudes le llevaron a integrarse en el grupo que se llamó la Cuerda granadina.

Se trasladó en 1854 a Madrid, molesto con el entorno reaccionario de Granada. Allí crea un periódico satírico, El Látigo, que también dirige, de cierto éxito, con ideología antimonárquica, republicana y revolucionaria. Era un claro heredero de su experiencia en El Eco de Occidente.

En 1857, escribe El hijo pródigo, drama de gran éxito. También en 1857 empieza a publicar relatos y artículos de viajes en la publicación madrileña El Museo Universal. Más tarde interviene como soldado y periodista en la guerra de África, recogiendo todo lo que acontecía en la campaña y en su vida allí y que luego mandaba a su editor en una serie de artículos, que se recogieron bajo el título de Diario de un testigo de la guerra de África, en 1859; este libro es especialmente apreciado por su viva y prolija descripción de la vida militar.

Más adelante cultivó la literatura de viajes, contando en diversos artículos sus viajes por Italia (recogidos en De Madrid a Nápoles, 1861) y su provincia de Granada natal (La Alpujarra, 1873), en los que el realismo de las descripciones contrasta con la ilusión de una prosa que narra lo cercano y desconocido. Estos artículos rebasan el interés meramente periodístico, constituyendo un ejemplo para toda la literatura de viajes posterior.

En 1865 se casó con Paulina Contreras Rodríguez en Granada, de cuyo matrimonio nacieron cinco hijos, dos varones y tres mujeres. Los varones fallecieron en Madrid en los años de la contienda civil, al igual que dos de las hijas, casándose la única que sobrevivió, Carmen de Alarcón Contreras, con Miguel Valentín Gamazo, de cuyo matrimonio tuvieron tres hijos: María del Carmen, María del Pilar y Miguel Valentín de Alarcón, que falleció en Madrid el 4 de mayo de 2000, siendo el último descendiente directo de Pedro Antonio de Alarcón, pues murió soltero y sin que se sepa que tuviera descendencia.

Como integrante de la Unión Liberal ostentó diversos cargos, de los que el más importante fue el de consejero de estado con Alfonso XII, en 1875. Fue también diputado, senador y embajador en Noruega y Suecia. Además, fue académico de la Real Academia de la Lengua desde 1877.

Su primera obra narrativa fue El final de Norma, que no vio publicada hasta 1855. Comenzó a escribir relatos breves de rasgos románticos muy acusados hacia 1852; algunos de ellos, entroncados con el costumbrismo granadino, revelaban el influjo de Fernán Caballero, pero otros demuestran la impronta de una atenta lectura de Edgar Allan Poe, de quien introdujo el relato policial con su novela El clavo, aunque también compuso relatos de terror a semejanza de su modelo. Desde 1860 hasta 1874 agregó a los relatos la redacción de libros de viajes. Estos últimos son Diario de un testigo de la guerra de África (1859), De Madrid a Nápoles (1861) y La Alpujarra (1873), que suponen ya un acercamiento al realismo. En 1874 publicó El sombrero de tres picos, desenfadada visión del tema tradicional del molinero de Arcos y su bella esposa perseguida por el corregidor. Recogió sus artículos costumbristas en Cosas que fueron (1871) y sus poemas juveniles en Poesías. También intentó el teatro con su drama El hijo pródigo, estrenado en 1875.


En el Diario de un testigo de la guerra de África revela su talento descriptivo, presente también en los apuntes del viaje por Francia, Suiza e Italia y en La Alpujarra, donde logra insertar la viva realidad en la historia casi legendaria de las sublevaciones moriscas aproximándose a la novela. Entre 1874 y 1882 aparecieron sus obras más conocidas y famosas: los cuentos y las novelas cortas y extensas. Los relatos breves abarcan las Narraciones inverosímiles, bajo el ya mencionado influjo de Poe; los Cuentos amatorios, que se sitúan entre la sensiblería y el misterio policíaco, destacando El clavo y La comendadora; y las Historietas nacionales, de honda raigambre popular y que entroncan con obras similares de Fernán Caballero y Honoré de Balzac y van desde el tema heroico de la resistencia a los invasores franceses hasta el populismo épico de los bandoleros, pasando por las frecuentes algaradas civiles que al autor le tocó vivir. Destacan El carbonero alcalde, El afrancesado, El asistente y, la que algunos consideran la mejor de todas, El libro talonario.

En 1875 aparece El escándalo, que une el tema religioso a la crítica social. Ofrece una galería romántica de personajes, desde el soñador y enigmático Lázaro hasta el voluble Diego. De entre todos, descuellan el P. Manrique, jesuita consejero de la aristocracia, y el alocado y simpático Fabián Conde. El protagonista de la novela, que es víctima de sus calaveradas de joven, aprende a asumir su pasado bochornoso mejor que a pretender ocultarlo con mentiras burguesas. Prosiguiendo esa vena moralista, el autor siguió la trayectoria iniciada con dos obras más, El niño de la bola (1878) y La Pródiga (1880), un alegato contra la corrupción de las costumbres. Poco después publicó El capitán Veneno (1881).

Pedro Antonio de Alarcón es ante todo un habilísimo narrador: sabe cómo nadie interesar con una historia; en sus libros la acción nunca decae y, aunque el cronotopo o marco espaciotemporal de sus novelas suele ser de estilo realista, sus personajes son en el fondo románticos; en el curso de su producción novelística se va convirtiendo en un moralista. Por esta misma razón, Daniel Henri Pageaux considera que «El sombrero de tres picos no es sólo una excepción, sino un milagro (...). Alarcón quiere sumergir a su lector en un doble exotismo, un Antiguo Régimen que remite a Goya o a Ramón de la Cruz, y una Granada sonriente, buena, espiritual sin ser vulgar, alegre sin ser sensual. Y finalmente la ironía del cuentista hace al lector cómplice de una situación deleitable: la derrota del funcionario real, del poder central. ¿Qué más pedir?».


jueves, 28 de diciembre de 2017

Canaan Negro y Otros Relatos

A pesar de la brevedad de su carrera literaria, Robert E. Howard (1906-1936), que nunca abandonó la casa familiar en la localidad texana de Cross Plains, contribuyó de un modo decisivo al surgimiento y auge de la literatura pulp norteamericana en los años veinte y treinta del pasado siglo con la publicación en revistas populares, como Weird Tales, de centenares de relatos de terror, aventuras, fantásticos, históricos, etc., fruto de su poderosa imaginación. Impulsó junto con su amigo epistolar H.P. Lovercraft y el californiano Clark Ashton Smith, «los tres mosqueteros de Weird Tales», el fenómeno fandom, que tanta influencia ha tenido en la cultura popular, y dio origen, anticipándose unos años a JRR Tolkien, al género de fantasía heroica (Espada y Brujería) con su héroe bárbaro Conan el Cimerio o el peregrino justiciero del siglo XVI Solomon Kane.

Sobre la variedad de registros y temáticas de que era capaz la fértil imaginación de Howard, el aficionado encontrará en este volumen, Canaan negro y otros relatos de horror sobrenatural, una buena muestra. Los dieciocho relatos reunidos en esta antología han sido traducidos directamente de los textos originales, la mayoría publicados en vida de Howard, desechando las ilegítimas adulteraciones que sufrieron en ediciones posteriores. Entre ellos se pueden destacar Los moradores bajo la tumba y Canaan negro, dos soberbias narraciones de horror sobrenatural; los cuentos de fantasmas La perdición de Dermod y Aguas inquietas; los relatos de civilización perdida Delenda Est, La Casa de Arabu y La marca del cabo, o dos piezas que podrían adscribirse al género de weird menace, La Cosa con pezuñas y El fantasma del anillo.

Dieciocho son además los relatos que incluye la obra que nos ocupa y como la ocasión lo merece, vamos a pormenorizarlos debidamente:

1. Cabeza de lobo: Un joven caballero es invitado a pasar un fin de semana al castillo de un noble amigo junto con otros visitantes, pero lo que debería ser un placentero relax se convierte en una pesadilla de extraños acontecimientos a la luz de la luna llena.
Relato de licantropía con el que Howard nos muestra muchos de los elementos identificativos de su obra. Atmósferas extremas, personajes torturados, elementos detectivescos y acción desenfrenada. 

2. Aparición en el cuadrilátero: Ace Jessel se enfrenta al combate de su vida. Sólo depende de su fortaleza y sus puños, pero su verdadera arma es su fe.
Estupendo relato ambientado en el mundo pugilístico con el que el autor nos demuestra su versatilidad a la hora de cultivar las más variedades temáticas así como su gran sentido del tempo narrativo.

3. El terrible tacto de la muerte: Falred considera bastante inútil y primitiva la costumbre de velar a los muertos, pero el fallecido no tenía muchos amigos salvo a él… y quizá no lo fueran tanto como pensaba.
Narración de terror psicológico, netamente gótica, muy en la línea de Poe, pero de estilo más ágil aunque no por ellos menos opresivo.

4. El horror del túmulo: Steve Brill no cree en fantasmas ni demonios, pero muy pronto descubrirá lo equivocado que estaba.
En esta ocasión toca temática vampírica para este relato inspirado en los hechos relativos a la conquista de América.

5. El hombre en tierra: Dos hombres, dos Winchester y un odio primigenio que ha de ser resuelto.
Relato que combina elementos de fantasmogénesis con el más clásico western en una narración al más puro estilo de “The Twilight Zone”.

6. La marca del Cabo: Dos exploradores encuentran un viejo túmulo gaélico bajo el que yacen sepultadas fuerzas que debieron permanecer ocultas.
Narración en la que el autor refiere uno de sus temas favoritos, la mitología nórdica demostrando una vez más su vertiente polifacética.

7. El fantasma del anillo: La esposa del joven Gordon ha recibido un hermoso y extraño anillo como regalo bodas por un amigo común y antiguo pretendiente y desde entonces no ha vuelto a ser la misma. Elementos de novela negra y espíritus desencarnados se dan cita en este relato de tintes policíacos.

8. La Luna De Zambebwei: Bristol McGrath regresa a su tierra tras un largo exilio al recibir una extraña misiva: Su amada Constance al que creía muerta, vive y se encuentra en grave peligro.
Howard en su más pura esencia. Brujos, magia negra, pérfidas selvas, bestias ignotas y acción a raudales.

9. Canaan Negro: Se rumorea que hay problemas en el torrente de Tularoosa, la tierra natal de Kirby Buckner, que hacia allá cabalga de regreso para ponerles remedio.
De estilo semejante al anterior pero es esta ocasión con el vudú como telón de fondo. 70 / 100.

10. Los muertos no olvidan: Jim Gordon ha cometido un tremendo error. Ha matado a un hombre. Pero lo peor es que ha matado al hombre equivocado.
Relato pulp de fantasmas acerca de la fatalidad del destino y del tributo que debe rendírsele por los errores cometidos.

11. La casa de Arabu: Phyrras el argivo es perseguido por un espectro femenino que lo martiriza en sueños, pero pronto encontrará un remedio a su mal, aunque deba poner su alma en juego.
Relato de connotaciones y ambientación mesopotámica en un nuevo despliegue de conocimientos mitológicos tan variados como ilimitados.

12. La perdición de Dermod: Si tu corazón se marchita en tu interior y una opaca cortina de oscura aflicción se interpone entre tu cerebro y tus ojos, ve a la ciudad de Galway del condado del mismo nombre, en el país de Irlanda.
Bonito relato de fantasmogésis sobre la importancia de no renunciar a nuestros orígenes. 75 / 100.

13. Delenda Est: El monarca Genserico escucha complacido las alabanzas de sus capitanes pero un extraño mensajero le advertirá de un inusitado peligro encubierto.
Magnífico relato bélico sobre la política de la guerra con elementos fantásticos en que el Howard realiza un despliegue descomunal de conocimientos históricos y mitológicos.

14. Aguas inquietas: Un viejo fregaplatos rememora los sucesos acaecidos en la posada marinera donde trabajaba en la que noches de tormenta traían consigo algo más que rayos y truenos.
Relato marinero de piratas y capitanes tan genuino como los elementos sobrenaturales que incorpora.

15. El horror sin nariz: Sir Thomas Cameron, famoso egiptólogo, ha realizado un descubrimiento espectacular al hallar una extraña momia en un ignoto mausoleo, pero ignora que la misma esconde un oscuro secreto.
Narración de corte arqueológico con elementos terroríficos que haría las delicias de la Hammer.

16. La cosa con pezuñas: Michael tiene un nuevo vecino y su llegada al barrio coincide con el comienzo de unas perturbadoras desapariciones. Quizá no sea mera casualidad…
Relato de claro tintes lovecraftianos pero que a diferencia del maestro de Providence está dotado de un ritmo mucho más dinámico y no carente de diálogo.

17. La última canción de Casonetto: Giovanni Casonetto, la voz de oro, tan privilegiado tenor como depravado adorador del culto satánico al que ofrecía depravados sacrificios hasta que el detective Stephen Gordon lo descubrió y encarceló. Y ahora en espera de la horca, le envía como última ofrenda un disco dedicado con su última grabación.
Otra narración genuinamente fandom cuya lectura me ha recordado al tema “Satanic Mantra” de los ínclitos Cradle Of Filth.

18. Los moradores bajo la tumba: El viejo Job Kiles afirma espantado haber visto a su hermano a través de la ventana. A sus vecinos Conrad y O’Donnel les parecería perfectamente normal sino fuera por el hecho de que el hermano de Job lleva muerto una semana.
Los consideramos muy actuales y modernos, pero ya Howard cultivaba terroríficos relatos de zombies como éste a comienzos del siglo pasado.

Una variopinta selección de relatos de calidad sobresaliente que sirven para presentarnos a ese Robert E. Howard un tanto desconocido más allá de de su archifamoso bábaro cimmerio, convierten a este volumen en una adquisición casi indispensable para todo aficionado al fandom que se precie.





Antología Universal del Relato Fantástico

La Antología universal del relato fantástico es una antología que recoge 57 relatos fantásticos de los siglos XIX y XX. Editada y prologada en 2013 por el editor Jacobo Siruela incluye a los siguientes autores de tres continentes:

E. T. A. Hoffmann, El hombre de arena
Honoré de Balzac, El elixir de larga vida
Alexander Pushkin, La dama de pique
Edgar Allan Poe, Manuscrito hallado en una botella
Nathaniel Hawthorne, El velo negro del pastor. Una parábola
Théophile Gautier, El pie de la momia
Villiers de L’Isle-Adam, Vera
Wilkie Collins, Monkton el loco
Bulwer-Lytton, Hechizados y hechizadores, o la casa y el cerebro
Fitz James O'Brien, ¿Qué era eso?
Charles Dickens, Juicio por asesinato
Iván Turguéniev, Un sueño
Sheridan Le Fanu, El testamento del hacendado Toby
Vernon Lee, Amour dure
Guy de Maupassant, ¿Quién sabe?
Rudyard Kipling, La marca de la bestia
Arthur Machen, El pueblo blanco
Ambrose Bierce, La muerte de Halpin Frayser
Charlotte Perkins Gilman, El empapelado amarillo
Margaret Oliphant, La ventana de la biblioteca
Henry James, Los amigos de los amigos
Robert Hichens, Cómo llegó el amor al profesor Guildea
O. Henry, La habitación amueblada
M. R. James, Silba y acudiré
Leonid Andréiev, Lázaro
Leopoldo Lugones, La estatua de sal
Hanns Heinz Ewers, La araña
Algernon Blackwood, El Wendigo
Giovanni Papini, Dos imágenes en un estanque
Junichiro Tanizaki, El tatuaje
Oliver Onions, La bella que saluda
Saki, El ventanal abierto
E. F. Benson, Orugas
Gustav Meyrink, La visita de J. H. Obereit a las tempojuelas
Franz Kafka, Una vieja página
Franz Kafka, El pueblo más cercano
H. P. Lovecraft, La música de Eric Zann
Lord Dunsany, En donde suben y bajan las mareas
May Sinclair, Donde el fuego no se apaga
Hugh Walpole, La nieve
Ann Bridge, El accidente
María Luisa Bombal, Las islas nuevas
Jorge Luis Borges, Las ruinas circulares
Dino Buzzati, Los siete mensajeros
Francisco Tario, La noche de Margaret Rose
Alejo Carpentier, Viaje a la semilla
Adolfo Bioy Casares, La trama celeste
Shirley Jackson, La lotería
Rosa Chacel, Fueron testigos
Julio Cortázar, Axolotl
Silvina Ocampo, Los objetos
Robert Aickman, Los cicerones
Paul Bowles, Allal
Danilo Kiš, La leyenda de los durmientes
Javier Marías, La canción de Lord Rendall
Cristina Fernández Cubas, El ángulo del horror
Naiyer Masud, Lo oculto

miércoles, 27 de diciembre de 2017

La Coartada Perfecta

Mary Patricia Plangman (Texas, EUA, 1921 – Locarno, Suiza, 1995) novelista y escritora de cuentos cortos, reconocida por sus thrillers psicológicos.

Nacida bajo el nombre de Mary Patricia Plangman, pero como sus padres se separaron antes de que ella nazca, tomó el apellido del segundo marido de su madre. En sus primeros años, fue criada por su abuela materna. Fue siempre una ávida lectora, con favoritismo por los temas de culpa, mentira y crimen, que más tarde se reflejarán en sus obras; escribe desde los dieciséis años y grandes tomos con sus ideas para historias y novelas se conservan en los Archivos Literarios de Suiza.

Estudió periodismo en la Universidad de Columbia y en 1943 empezó a trabajar para la editorial Fawcett haciendo sinopsis de cómics. Su primer cuento publicado fue a los 24 años en la revista Harper’ Bazaar y su primera novela en 1950: Extraños en un tren; obra que fue llevada al cine por Alfred Hitchcock y la dio a conocer a Highsmith como escritora. En 1952 y bajo el seudónimo Claire Morgan por órdenes de su editora, publicó El precio de la sal, una novela de amor homosexual con un final poco usual para la época que sería reeditada bajo el título Carol y con la admitida autoría de Highsmith en 1990. Sus novelas más exitosas son las pertenecientes a las saga de Tom Ripley, cuyo primer libro (El talento del Sr. Ripley/A pleno sol) es editado en 1955 y a ese le siguen: La máscara de Ripley/Ripley bajo tierra (1970), El juego de Ripley/El amigo americano (1974), Tras los pasos de Ripley/El muchacho que siguió a Ripley (1980) y Ripley en peligro (1991). Entre ellas, otras reconocidas novelas de suspenso y varias compilaciones de historias cortas (como Once -1970-, Pequeños cuentos misóginos -1974-, Catástrofes -1987-, Los cadáveres exquisitos -1995-). Dejó Estados Unidos en 1963 y se radicó en las montañas suizas. Se dedicó íntegramente a la literatura: más de 30 libros entre novelas, colecciones de cuentos, ensayos y otros textos. Conservó su vida privada en estricta reserva y rehuyó la compañía de la gente, prefiriendo la compañía de su gata Charlotte y un criadero de caracoles.

La temática de crímenes, mentiras y culpas es constante en sus obras, sus personajes que son generalmente marginales suelen moverse siempre entre el bien y el mal, con una visión de la realidad más que nada depresiva, pesimista y sombría, lo que parece ser como la escritora ve a la humanidad. Se la considera una de las mejores escritoras de su generación, por la penetración psicológica que lograba en sus personajes y sus tramas muy elaboradas.

La coartada perfecta: 

Howard planea al detalle el asesinato de George, que crió a su novia como si fuera su propia hija. Howard lo tiene todo preparado para asesinar a George y liberar a Mary de su férreo control. Al fin y al cabo George no es nadie para decirle a Mary lo que debe hacer, con quien debe verse, a quien debe amar… Howard dispara mezclado entre la multitud y nadie repara en él mientras se desliza cuidadosamente entre los sorprendidos viandantes que observan el cadáver. Ahora debe deshacerse de las pruebas pero muy pronto empiezan los problemas.


domingo, 24 de diciembre de 2017

Silencio

"Silencio" es una fábula de no más de dos páginas, quizás sea un tanto complicado captar el mensaje que pretende dar el autor, pero es una muy buena historia. Para entender a Poe hay que comprender que sus historias (o por lo menos una gran parte de ellas) se basan en los terrores de la gente corriente, terrores normales. 

Este es uno de los relatos de corte poético y metafísico, muchos de ellos auténticos poemas en prosa, de acendradas virtudes estéticas.

En esta fábula, Poe se centra en un hombre que escuchó una historia que le contó un demonio, pero el hombre lo cuenta de forma que parece que es el demonio el relator de la historia, y se centra en una ocasión en que el demonio se encontraba en una región de Libia, a orillas del río Zaire, en donde ni calma ni silencio había, y solo alcanzaba a ver una gran roca que tenía grabadas las letras "desolación" y al alzar la mirada el demonio vió a un hombre, triste y desolado que contemplaba la tempestad y el demonio al ver aquello maldijo con la maldición del silencio y de pronto todo se calmo y la tempestad desapareció. Aun así, el hombre seguía ahí parado pero al pasar la vista de nuevo por la roca, las letras habían cambiado y ahora decían "silencio" y de esa manera lo único que reinaba en esa zona era un gran silencio, y tras esto el hombrecillo huyo y el demonio termino su relato, no sin antes maldecir al hombre a quien le contaba la historia ya que no rió con él.

El tema central de esta historia es el miedo que todos los seres humanos le tenemos a la soledad, al silencio, es por esto que el hombre no aguantó el silencio pero si en cambio las tempestades. 
Mucho se puede decir de esta fábula, realmente cuesta entender bien qué nos quiere dar a entender Poe, pero hace referencia a esa desesperación que podemos sentir cuando hay un silencio absoluto, esas ganas de huir aún cuando estemos rodeados de gente y ese temor que infunde el no escuchar nada y que solo exista y reine el silencio. Aunque cada cual puede observarla de la manera más subjetiva que guste, ya que en mi opinión, este breve cuento no deja de mantener su parte abstracta y subjetiva, abierta y susceptible de libre interpretación.

Hay algo especialmente magistral en ese relato. Algo que es distinto a todo lo que Poe escribiría, pero además algo distinto a todo lo que el resto de autores del género escribirían. Existe un romanticismo detrás de todo eso.

Este relato de Poe es sumamente corto. Quizás no tenga la extraordinaria calidad rítmica de sus otros cuentos, pero eso es perfectamente coherente, porque se trata de un cuento absolutamente experimental. Y no en el sentido de esos autores que pretenden hacer ruido con las palabras y hacerlo pasar por arte, sino en el olímpo literario de los maestros de la literatura de ambiente, lo cual convierte a "Silencio" en una obra absolutamente adelantada a su tiempo. 






viernes, 22 de diciembre de 2017

El Armario

El cuento "El Armario" de Thomas Mann narra la historia de Albrecht Van Der Qualen, un viajero solitario y taciturno el cual no repara en detalles minúsculos de la vida ni le gusta saber en qué ciudad, día o estación se encuentra.
La historia comienza cuando Albrecht se despierta de un sueño fugaz en un tren, desorientado. Cuenta como no sabe dónde se encuentra y el placer que esto le proporciona. Al darse cuenta que tal vez pueda estar en una parte de Alemania, Albrecht se baja del tren en búsqueda de un lugar para dormir. Se dirige a una posada regentada por una extraña anciana, quien le muestra la habitación en donde se hospedará. Dicha habitación solo consta de una cama y una armario, lo cual era suficiente para Albrecht. En un punto de la noche, Albrecht se da cuenta que en el armario vive una criatura humana femenina totalmente desnuda, que empieza a contarle historias. El narrador da a entender que Albrecht nunca se mudó de esa posada, ya que había sido encantado por la criatura. 

El protagonista del cuento del genial Thomas Mann, es cualquiera de nosotros que podamos encontrarnos en la grave y simple situación de estar dirigiéndonos a algún lugar, la distancia no es importante, tampoco lo es el tiempo, ni el día, lo único medianamente importante sería el hecho de estar en movimiento. Ese viaje podría ser en coche, en autobús, en metro, en una bicicleta, ¿a quién le interesa? El conocimiento de que moriremos es quizá el eje rector que motiva nuestro movimiento, y en el caso de Albrecht, es el móvil para que se traslade en tren a un pueblo sin nombre, a un sitio en el que no sabe cuánto tiempo estará ni para qué.

Dentro de ese trance que raya en lo irracional, o por lo menos en lo demasiado humano, es que nuestro personaje se hospeda en una casa en la que descubre un vetusto y extraño armario. El mueble es un pretexto para el profundo mensaje que desea plasmar Mann. No es la hermosa dama de ojos rasgados y piel desnuda, tampoco sus historias cortas y planas; tampoco es el deseo de Albrecht, el secreto del significado de las constantes escenas que se gestan entre ellos. La respuesta viene en nuestra propia existencia, en la traviesa propuesta de quitar intencionalmente los motivos de nuestra rutina, de erradicar como dice el propio Mann "las estadísticas", es decir, la medición de las horas, días, sentimientos. La respuesta está escondida en los ojos de tu novia, o de tu esposo, o de tus hermanos, incluso en el de tus jefes; en las conversaciones que tienes con ellos día a día.

Thomas Mann de forma sencilla desnuda la existencia y deja sin efectos todos aquellos elementos que la conforman, no tiene que ponerse a desmembrar el "yo" para lograr evidenciar la gran y descarada verdad de nuestras vidas. Ahora solo cabe una pregunta: "¿Qué nos hace diferentes del caso de Albrecht?".


martes, 19 de diciembre de 2017

El Retrato Oval

"El Retrato Oval" (título original: The Oval Portrait) es un relato corto escrito por el escritor norteamericano Edgar Allan Poe. Se escribió en el año 1842 y su título originariamente fue "La vida en la Muerte". Este texto, que puede ubicarse en la serie dedicada a las musas muertas, se destaca por la sutil condensación de los motivos: una reflexión sobre el arte, una reflexión sobre el amor y la visión alucinada de un objeto mágico. Se ha dicho que el retrato del cuento remite a un retrato en miniatura de su madre que Poe conservó siempre consigo.

Este relato narra la historia de un hombre herido y perdido, quien con su criado pasa la noche en un castillo abandonado recientemente. El castillo era suntuoso y estaba decorado con hermosos tapices y se destacan numerosos cuadros. El hombre, tiempo después, se acuesta para descansar y sobre su almohada encuentra un libro con la descripción y críticas hacia las obras de arte que decoraban el castillo. Entonces cambia de lugar la posición del candelabro y se ilumina un sector que antes se hallaba oscuro, y descubre la presencia de un retrato oval de una joven. Así procede a leer su historia. Ella era una mujer de singular hermosura que se enamoró de un pintor con el cual se casó. Su esposo era un apasionado por la pintura, mientras que ella amaba todo excepto al arte, que era su rival, y le arrebataba el amor de su marido. Más detestó el deseo de su esposo de retratarla, pero aun así ella se lo permitió. Así tenía que subir a su torre para ser pintada durante horas. El tiempo pasaba y la joven se iba debilitando sin que su esposo lo notase ya que nunca la miraba por estar obsesionado con aquella pintura. Nunca le recriminaba nada al ver que él amaba lo que hacía. El pintor llegó a enloquecer de pasión hacia su obra, y con cada pincelada le quitaba vida al modelo que tenía frente. Al finalizar su obra, comprobó que su esposa estaba muerta.






jueves, 14 de diciembre de 2017

Olalla

El protagonista de "Olalla" es un soldado herido, que viaja a España para recuperarse. Allí conoce a una joven misteriosa y encantadora, Olalla, la hija de su anfitrión, y parte de una familia que esconde un secreto abominable.

Es el relato sobre un amor imposible en un escenario natural de fuertes tonos románticos, donde se entrecruzan otros dos motivos: una reflexión sobre el alma y el tema de la licantropía. El caserón señorial de Olalla está engastado en otro tiempo, en la historia de un linaje clausurado dentro del que ella es sólo un último momento de lucidez. La muchacha siente celos de su propia mirada, su pelo y sus manos, y hasta de su propia alma. Cada parte y tiempo de su vida ya vividos y pertenecientes sin remisión al ciclo cerrado de la historia de su gente. Así, el pasado rebosa su cuerpo y se adueñó de sus sentidos, como si  los muertos se resistieran a irse de su sangre. "Hablamos del alma, pero el alma está en la estirpe", dice Olalla, que no puede entregar en el amor un alma desasida de su propia conciencia. Una naturaleza brava y primitiva rodea al caserón, amenazado por el odio secular de los habitantes de la aldea que ocupa el valle y por una profecía de fuego y destrucción.

Es una historia situada en España: un convaleciente escocés (transposición aventurera del propio Stevenson) es acogido por una decaída familia de aristócratas para una estancia en su casona apartada. Trata con la madre, una señora mayor que él, muy hermosa, aunque de mente vacía; y también con el hijo Felipe, un tanto simplón. Pasan días hasta que ve a la hija de la casa, Olalla, y se enamora de ella inmediatamente. Olalla se parece a un retrato de una antepasada de ella (una aristócrata cruel) que él tiene en su cuarto; aunque todo hace pensar que ella es espiritual, serena y apasionada, casi una Santa Teresa. Guardan las distancias, pero la obsesión del narrador por Olalla crece. Un día, de repente, se hace el huésped una herida, y va a pedir una venda a su patrona, a la madre. La plácida señora de la casa, desconocida de pronto, abandona su ausencia mental y lo ataca salvajemente, mordiéndole en la herida como una fiera posesa. Sus hijos acuden, la encierran y logran salvarlo, aunque está débil. Tras oír las explicaciones parciales de Olalla sobre "lo de su madre", le propone el narrador que se vaya con él al extranjero; ella se niega; aunque también está enamorada de él elige quedarse por sentido del deber y también por desconfianza de su propia herencia: había una tendencia (a la licantropía, al parecer) en la familia, aunque no se sepa que ella la tenga. Así pues, elige quedarse, elige el deber y el sacrificio antes que la tentación de la felicidad. Y el narrador se aleja, llevándose de ella algo aprendido, aún más valioso que el enamoramiento que le sedujo en un principio.

Se dice que Olalla, al igual que Dr Jekyll y Mr Hyde, se originó en un sueño. Como hasta los mismos sueños se reelaboran al contarlos—cuánto más los relatos literarios basados en sueños—es imposible saber con certeza qué elementos fueron añadidos conscientemente a los sugeridos por el sueño. Pero sí haría suponer esta relación inconsciente una cierta motivación profunda y autoexpresiva en la historia. Es curiosamente moderna la parte en la que Olalla describe la manera en que está oprimida por su raza decadente. En cierto modo, claro, es una transposición o alegoría de la decadencia de España (si un tiempo fuerte, ya desmoronada), frente al dinamismo de Gran Bretaña. Pero en lo relativo a la proyección autobiográfica: Olalla expresa el cansancio, hastío y sentimiento de despersonalización que le produce la repetición de sus rasgos familiares a través de las generaciones. No se queda sólo por fidelidad a su madre, sino por lo que Freud llamaría un instinto tanático. Siente que su linaje está degenerado, y ha decidido ponerle fin. No va a irse con el extranjero —es decir, no va a tener hijos.

En la figura de la madre de Olalla podemos ver un símbolo complejo. Aparte de los sentidos "españoles", culturales, exóticos, góticos, etc., del personaje, están los sentidos autobiográficos. Por una parte es un objeto erótico desdoblado de Olalla (como lo está del misterioso retrato): pero es una "figura materna", algo que podríamos relacionar quizá con el matrimonio de Stevenson con una mujer diez años mayor que él, y que (cuando se escribió Olalla) era improbable que fuese a tener hijos con el escritor. Quizá la mujer real esté desdoblada en el cuento en dos figuras, un ideal femenino (Olalla) y una figura abyecta (su madre) en la que no sólo se proyecta la incertidumbre del matrimonio con una mujer mayor, sino también se superpone otra de las posibles causas de la esterilidad de la pareja: la mala salud del escritor, que sufría de tuberculosis. La tuberculosis también se desdobla de manera onírica: entre la herida honorable en guerra de la que sufre el narrador (y su accidente con un cristal también)—y la licantropía de la madre, a quien enloquece la vista y sabor de la sangre. La sangre en la boca es, por inversión, una especie de personificación de la tuberculosis. La maldición hereditaria se asocia, quizá, a la conveniencia para el escritor de no tener hijos, y al carácter contagioso de la enfermedad. 

Lo que el narrador ha aprendido de Olalla, mientras se aleja de ella, es la aceptación de la muerte —de la muerte completa, sin descendencia, y la responsabilidad de hacer de eso un acto consciente. Quizá no fuese ésta una decisión consciente por parte de Stevenson, pero su sueño le indicó que se enfrentase a su extinción personal— que se presenta, por otra parte, como un anticipo de lo que será la extinción final del género humano. Y en la historia lo expresa de modo indirecto, aceptable para sí. por lo que tiene de desplazamiento hacia la figura de Olalla. Dicen algunas teorías de la tragedia que la esencia del género se encuentra en la aceptación de la muerte. En ese sentido, Olalla es, posiblemente, un relato doblemente trágico, pues esta aceptación de la muerte no está en juego sólo en el interior de la trama, sino en la génesis misma del relato—en la autocomunicación con uno mismo que ofrece el sueño al escritor. Si la expresión final difumina o desvía un tanto del autor esa aceptación de la muerte, lo que se pierde en tragedia personal se gana en efecto de sugestión—en esa indirección tan necesaria para el arte.





lunes, 11 de diciembre de 2017

El Aleph

El Aleph es un cuento del escritor argentino Jorge Luis Borges publicado en la revista Sur en 1945 y en el libro homónimo por la editorial Emecé de Buenos Aires en 1949. El original se encuentra en la Biblioteca Nacional de España, que lo adquirió por subasta, en 1985.

Presenta numerosas posibles interpretaciones; entre ellas la que plantea una lectura desde el existencialismo, basada en la idea de la incapacidad del humano de enfrentarse a la eternidad. Esta idea está presente en muchos de los cuentos borgianos y en su lectura y manejo de autores preexistencialistas como Søren Kierkegaard, Franz Kafka, y Arthur Schopenhauer.

En este cuento, que se ha convertido en objeto de culto, se puede reconocer su literatura, de tal forma que puede ser calificado como el cuento paradigmático de la vasta biblioteca borgiana, abrevando en la ironía, el juego con el lenguaje y la erudición –tanto verídica como ficticia. Esto último se deja entrever, por ejemplo, en los epígrafes iniciales, donde se cita a Hobbes y Shakespeare, así como en la postdata de 1943 donde se hace una supuesta investigación acerca de otros Alephs citando a autores históricos como Pedro Henríquez Ureña, Richard Francis Burton, Luciano de Samosata e Ibn Jaldún.

"El Aleph" cuenta con una estructura organizada, ideal, por tanto, para una crítica de enfoque estructuralista. El cuento está narrado en primera persona particular, en una puesta en abismo en la cual la voz del narrador se identifica con la del autor y el protagonista del cuento, Borges: "Beatriz, Beatriz Elena, Beatriz Elena Viterbo, Beatriz querida, Beatriz perdida para siempre, soy yo, soy Borges". Con esta estrategia, Borges pretende, al incluirse en el texto, confrontar al lector con una representación ficticia de sí mismo, con un objetivo preciso y teóricamente desconocido por el protagonista del cuento. Gracias a esta mise en abyme, el autor sugiere la indefinición de los márgenes entre lo real y lo ficticio. Además del autor, el cuento hace alusión a varios personajes históricos, como Paul Fort, Homero, Hesíodo, Carlo Goldoni y Michael Drayton, por ejemplo.

El cuento está situado temporalmente entre febrero de 1929 cuando murió Beatriz y el primero de marzo de 1943, fecha en la cual se escribiría la postdata, pero trata sobre todo de hechos acontecidos entre el 30 de abril de 1941 y los últimos días de octubre del mismo año.

Contaría el cuento de tres hilos narrativos que se irían entretejiendo pero manteniendo una estructura uniforme. Los tres hilos corresponderían a:

A) La historia de la veneración de "Borges" por Beatriz Viterbo, que representaría una historia de amor frustrada y a la vez desobstaculizada por la muerte. En ella se haría notar una tensión entre la sacralización y detención temporal con respecto a la relación, y el cambio inevitable que traen el tiempo y el olvido, lo cual finalmente triunfaría. Esta relación funcionaría como el marco para el desarrollo argumental, al propiciar el ritualismo de Borges como la fuente principal de la relación (B).

B) La rivalidad amorosa y literaria entre "Borges" y Daneri. En el campo intelectual y literario es rotunda e insistente la baja apreciación que "Borges" tiene de Daneri y, sin embargo, él es el primo que le franquea el acceso a la casa-templo de Beatriz y al altar de sus fotografías. Por otro lado, es también clara la competencia de Daneri contra "Borges", a quien lanza frecuentes pullas en las que lo contrasta con un gran poeta, llama "seudo coñac" al licor que le regaló y le presume engoladamente sus propios méritos. Los diálogos sobre literatura y el mundo de los escritores, son una parte deliciosa del cuento, cargada de humor y de ironía.

Por otro lado, es central que la hondura de la rivalidad amorosa solo se revela a "Borges" (después de doce luctuosas visitas anuales a la casa de Garay) por la visión en el Aleph de las cartas “obscenas, increíbles, precisas” que Beatriz había enviado a Carlos Argentino. Son, además, rivales dialécticos. Daneri parece apegado a "Borges", aunque éste lo subestime, puesto que lo hace confidente del peligro de perder su Aleph y le pide interceda para conseguir el prólogo; pero la relación que hubo entre los primos y las varias alusiones que sobre Beatriz hace Daneri al despechado "Borges" (entre otras: que Beatriz “se distraía” con Álvaro y que el Aleph le permitiría ver “todas” las imágenes de Beatriz), revelan una actitud desdeñosa, burlona y retadora. Cuando por su parte "Borges" se entera, al final, de todo lo que estaba implicado (y que de algún modo se reflejaba en el callado odio mutuo que se profesaban y en la “maligna felicidad” que sintió cuando asume que el otro está "loco"), le surge un repentino deseo de venganza, aún a costa de sacrificar la maravilla del Aleph. Funcionaría esta parte argumentalmente como marco previo para la historia fantástica del Aleph (C).

C) El Aleph propiamente dicho y la experiencia del narrador-protagonista con él, que es el núcleo de la narración. Puesta en escena del enfrentamiento del hombre con el infinito, representada por el "punto que contiene todos los puntos del universo". Se muestra como un pico de hiperrealidad fantástica; está en el sótano de una casa vieja, y es necesario estar tirado en el suelo para verlo. Es interesante notar cómo un objeto que podría ser digno de culto se encuentra en un ámbito sumamente trivial. Funciona como pie para divagaciones metafísico-filosóficas; se encuentra una idea de la réplica, de lo falso. De hecho, el Aleph de la calle Garay, dice "Borges", sin convicción, no es verdadero; a pesar de que lo vio y lo que vio en él (o tal vez por lo que vio ahí).

La obra estaría estructurada de manera A-B-C-B-A. Los diferentes nudos se irían cerrando, abriendo y cerrando en orden progresivo, terminando nuevamente con una alusión al inevitable paso del tiempo y la falibilidad del conocimiento humano: "Nuestra mente es porosa para el olvido; yo mismo estoy falseando y perdiendo, bajo la trágica erosión de los años, los rasgos de Beatriz", frente a la categórica afirmación inicial "Cambiará el universo pero yo no".






viernes, 8 de diciembre de 2017

El Sátiro Sordo

"El Sátiro Sordo" es un cuento de Rubén Darío que trata sobre un sátiro que a raíz de su desobediencia queda sordo, ya que se atreve a subir al olimpo y al hacer esto escucha a Apolo tocar y este lo deja sordo, el vivía en una selva y aunque era sordo vivía feliz allí, tenia dos consejeros una alondra y un asno quienes eran sus fieles amigos en aquella selva, la tierra era negra y suave los arboles eran grandes y hermosos, en aquella selva  también vivían ninfas hermosas quienes también convivían con el sátiro.
Allí junto con sus dos consejeros el vivía muy bien, era como un rey de la selva, para aquellos tiempos Orfeo tuvo que salir del olimpo y fue a buscar refugio en la selva del sátiro, así que llego con su lira y toco sus bellas melodías que conmocionaron a toda la selva a excepción del sátiro,como no podía oírlo cuando Orfeo llego hasta el lugar de su encuentro a pedir colaboración y refugio, sus consejeros llegaron y cantaron con Orfeo, pero el sátiro al no entender nada de lo que estaba pasando saco a Orfeo de aquella selva y aunque Orfeo no murió si termino casado con Euridice.

El cuento es una crítica a la burguesía ya que el sátiro que era dueño de la selva y representa el poder y/o la sociedad, no es capaz de escuchar al poeta Orfeo mientras recita y canta pues estaba sordo; esto en relación con el contexto que se vivía era que la sociedad, en especial los burgueses no le estaban dando la importancia al arte que este merecía y lo estaban menospreciando, esto se puede probar cuando en el texto nos dicen: “todos los animales le rodeaban como a un amo a quien se obedece.” “era un sátiro caprichoso” esto significa que este personaje tenía el poder en la selva, donde se desarrolló el cuento, y sabía que constaba de la última palabra pese a tener dos consejeros, por este motivo es que al ser incapaz de escuchar lo bello y valioso que puede llegar a ser el arte, este lo saca de su selva porque no lo considera digno de importancia.

Esta crítica se remarca en todo la historia ya que mientras el narrador la va contando y la describe dándole al lector aparte de varias imágenes sensoriales una idea de cómo el arte se podía presentar en la naturaleza y más tarde en Orfeo, el sátiro sordo no podía escuchar ni entender tanta belleza que lo rodeaba, en critica a los burgueses se podría decir que estos últimos son sordos en el sentido figurado de la palabra haciendo referencia a que estos no entienden ni captan lo preciado que es arte aunque estén rodeados de él.






lunes, 4 de diciembre de 2017

El Extraño Viaje de Richard Clayton

"Richard Clayton extendió los brazos hasta quedar como un buceador en espera de sumergirse en el azul desde un elevado trampolín. En realidad, era un buceador. Su trampolín era una plateada nave espacial, e intentaba sumergirse, no lanzándose hacia abajo, sino elevándose hacia el cielo azul..."

El extraño viaje de Richard Clayton (The strange flight of Richard Clayton) es un relato de vampiros del escritor norteamericano Robert Bloch, publicado en la edición de marzo de 1939 de la revista Amazing Stories.

Los vampiros de Robert Bloch son ciertamente curiosos, y en ocasiones, difíciles de definir. Este relato es más un estudio sobre el aislamiento que un cuento clásico de vampiros, aunque de hecho sea la imagen onírica de un vampiro -una especie de vampiresa estelar- quien se lleva la parte más terrorífica de la historia. En este relato, el protagonista es un excéntrico adinerado que está obsesionado con viajar al espacio exterior y lo logra… pero terminará deseando no haberlo conseguido. Narración que combina terror y ciencia ficción con un aire genuinamente pulp.



domingo, 3 de diciembre de 2017

La Puerta Condenada

El cuento narra la historia de un hombre llamado Petrone que viaja a Montevideo por cuestiones de negocio. En aquella ciudad se aloja en una de las habitaciones del Hotel Cervantes. Después de un día agotador el actor intenta descansar en aquella habitación pero no puede hacerlo a causa del llanto de un niño que proviene de la habitación del lado traspasando la puerta condenada. 
El Hotel Cervantes es un lugar que existe en realidad. Tal vez sea esta una estrategia de verosimilización utilizada por el enunciador para hacer creíble lo que sucede en el cuento. Éste hotel, construido en el año 1927, se ganó un lugar en la literatura rioplatense. No sólo es el escenario del cuento de Cortázar, sino que también Bioy Casares escenifica en el Cervantes, por aquellos mismos años, su cuento Un viaje o el mago inmortal. Ambos escritores narran una historia similar, un hombre que se aloja en el hotel y no puede dormir por los ruidos que oye del cuarto vecino. Podemos decir, que tanta “casualidad” termina siendo un hecho extraño al igual que los sucesos narrados en uno y otro cuento.

Desde el título del relato de Julio Cortázar La puerta condenada, podemos inferir que algo extraño sucede entre dos espacios separados por una puerta “endemoniada”, “perversa”, una “puerta condenada” que es utilizada para reservar y esconder un secreto, ocultar un misterio y separarlo de la vista o del conocimiento de los demás. 
“(…) las habitaciones tenían alguna puerta condenada, a veces a la vista pero casi siempre con un ropero, una mesa o un perchero delante, que como en este caso le daba una cierta ambigüedad, un avergonzado deseo de disimular su existencia como una mujer que cree taparse poniéndose las manos en el vientre o en los senos”. 
En una primera aproximación, el lexema puerta se refiere a un objeto material que sirve para entrar y salir. Nos indica la división de dos espacios diferentes que puede estar asegurada con algún instrumento para impedir la entrada y la salida. En este enunciado es un armario viejo el que esta adosado a la puerta que da a la habitación contigua. “La puerta estaba ahí, de todos modos, sobresaliendo al nivel del armario. Alguna vez la gente había entrado y salido por ella, golpeándola, entornándola, dándole una vida que todavía estaba presente en su madera tan distinta de las paredes. Petrone imaginó que del otro lado también habría un ropero y que la señora de la habitación pensaría lo mismo de la puerta”. Es una puerta secreta, oculta, que tal vez sirve para proteger de algo que un sujeto nunca podría comprender desde la razón, desde la lógica. Una puerta condenada que es utilizada para encubrir algo sumamente maligno que puede causar daño y corromper las costumbres o el orden y el estado habitual de las cosas. 
Una puerta condenada que intenta diferenciar dos espacios y poner límites entre dichos espacios. 
Algo perverso que provoca aversión y horror sucede en la habitación de La Señora que confunde a Petrone. El llanto de un niño se oye a través de la puerta condenada. Éste sollozo viene a romper con el orden en la vida de un sujeto - empresario que se maneja de manera exitosa en el mundo de los negocios. Es el gemido de un niño que convierte la realidad de Petrone en un mundo distópico. Nueva realidad que lleva a éste sujeto a un estado disfórico, desagradable e inestable. Esta irrupción genera una sensación de sorpresa, duda y enrarecimiento en el enunciatario que no puede explicarse por completo lo que ocurre.

Es esta puerta perversa la que separa dos espacios privados como lo son las habitaciones del Hotel Cervantes y al mismo tiempo marca el pasaje hacia otra realidad, hacia otro mundo. Es la abertura que va a permitir la entrada y salida hacia un mundo ilusorio, misterioso e inexplicable para la razón. Es el puente entre dos realidades. Tal vez, es la puerta condenada lo que le permite al actor querer - fugarse a otra realidad, por las noches, del hastío que le provoca la rutina del día a día cotidiano. 
Lo que tranquiliza al sujeto – empresario es creer que la puerta es la culpable por dejar pasar ruidos débiles y, tal vez, la puerta condenada es la respuesta tranquilizadora para locura, lo demoníaco, lo tenebroso, para las fuerzas negativas de la conducta humana. 
“Petrone imagino a un niño – un varón, no sabía por qué – débil y enfermo, de cara consumida y movimientos apagados. Eso se quejaba en la noche, llorando pudoroso, sin llamar demasiado la atención. De no estar allí la puerta condenada, el llanto no hubiera vencido las fuertes espaldas de la pared, nadie hubiera sabido que en la pieza de al lado estaba llorando un niño”.
Cómo podemos ver, el título permite diversas lecturas que el enunciador irá especificando. El enunciatario irá descubriendo ideas que nunca antes había pensado, instrucciones distintas de ver la realidad.

Nuestra hipótesis de partida fue que el cuento La puerta condenada de Julio Cortázar, construye un enunciador que transita por dos mundos: el cotidiano y el fantástico, generando de esta manera incertidumbre, duda y ansiedad en el enunciatario ante la situación disfórica que atraviesa un actor empresario. A lo largo de este análisis fuimos descubriendo cómo el enunciador hace -saber, para luego hacer- dudar de algún modo al enunciatario, por medio de distintas estrategias que atraviesan todos los aspectos analizados. 
El cuento está narrado en tercera persona por un narrador que sabe tanto como los personajes. Nos encontramos ante un relato que responde a las características del género fantástico. El mundo del fantástico aparece ilegal, absurdo e intranquilizante. En el cuento de Cortázar se presenta un mundo que no es situado en otra parte, sino que es este mundo, que ha cambiado sus propiedades. Según Todorov, “lo fantástico es la vacilación experimentada por un ser que no conoce más que las leyes naturales, frente a un acontecimiento aparentemente sobrenatural” (Ferrero: 1994; p.29). 
El enunciador construye un mundo en donde reina lo improbable, lo inexplicable produciendo una ruptura de la realidad, lo que provoca que el enunciatario vacile entre un mundo natural y otro sobrenatural. 
El enunciador hace que tanto los personajes como el enunciatario se encuentren en un estado de incertidumbre, al no poder decidir sobre la naturaleza de un hecho que viene a romper con la normas del mundo real. “Petrone empezó a sospechar que aquello era una farsa, un juego ridículo y monstruoso que no alcanzaba a explicarse”. 
La locura, la perversión, lo demoníaco y lo tenebroso son temas que están presentes en el texto. 
El enunciador construye una realidad en la que es posible que sucedan cosas extrañas y genera extrañamiento tanto en los personajes como en el enunciatario ante la presencia de algo diferente.






viernes, 1 de diciembre de 2017

El Beso

El Beso es una de las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, ambientada en Toledo. Se publicó en por primera vez en la revista La América el 27 de julio de 1863. Esta trágica leyenda está relacionada con la rima LXXVI del mismo autor.​ En ella hablan de la llegada de un grupo de soldados franceses a la conquistada Toledo, y que no habían podido encontrar un alojamiento, y fueron a dormir a una vieja y abandonada iglesia.

Al día siguiente, el capitán del grupo, estuvo hablando con otros colegas que se encontraban en Toledo y les comentó que esa noche había estado con una mujer bellísima, y que esa mujer era una estatua de mármol de una tumba. Entonces sus amigos se rieron de él, por lo que él les invitó esa noche a tomar unas botellas de champán y a que vieran la estatua.

Cuando por la noche llegaron a la vieja iglesia, estuvieron bebiendo y emborrachándose, y el capitán comentó que habían descifrado un poco de las escrituras de la lápida, que esa estatua era la de Doña Elvira, y que la estatua de hombre que había al lado era la de su marido. El se acercó a la estatua del hombre y le escupió la bebida en la cara, diciéndole que era para que bebiese, y dijo estar enamorado de la mujer, y se quiso acercar para besarla. Cuando ya lo iba a hacer, cayó al suelo, sangrando por los ojos, la boca, la nariz, y la cara completamente destrozada. Algunos de los que había allí dicen que vieron a la estatua del hombre dándole un guantazo con su guante de mármol para que no besase los labios de Doña Elvira.

Bécquer se presenta como narrador omnisciente en primera persona: ...el suceso que voy a referir.... Aunque en alguna ocasión aparece tras un plural de modestia: Pero nuestro héroe..., Según dejamos dicho... Los sucesos de la primera noche son narrados en primera persona por el propio oficial protagonista de la historia, y el auditorio son los oficiales que le escuchan expectantes que todos podemos ver que la historia que transcurre en el tiempo.

En Bécquer los personajes no suelen presentar una psicología trabajada, más bien sirven al propósito del tema tratado: los celos, la traición, la venganza, la pasión sin freno, la belleza, la idea obsesiva, la búsqueda de perfección y la transgresión de las leyes divinas o humanas.

La acción se sitúa en Toledo. Se nombran varios edificios o espacios públicos fácilmente reconocibles en la actualidad como son: El Alcázar de Carlos V (conocido en la actualidad como Alcázar de Toledo), el monasterio de San Juan de los Reyes, la Puerta del Sol o la plaza de Zocodover. Algunos de estos lugares aparecen en otras leyendas de Bécquer como La ajorca de oro o El Cristo de la calavera. Sin embargo ninguno de estos espacios es protagonista en la historia. El convento donde sucede la acción principal es imaginario, si bien Bécquer lo describe con elementos de estilo gótico-mudéjar. Bécquer es maestro en la creación de ambientes inquietantes. De entrada, los hechos ocurren durante la noche; esto permite al autor crear una atmósfera fantasmagórica de luces y sombras. El lugar se describe como si hubiese sido arrasado y se hace especial hincapié en la presencia de losas mortuorias con escudos nobiliarios, estatuas de mármol, cortinajes rasgados, hornacinas vacías... Algunos detalles como el revoloteo de las aves que entran por las vidrieras rotas ayudan a sugerir la altura y el espacio gélido y oscuro.