martes, 30 de agosto de 2022

William Chambers Morrow

William Chambers Morrow (7 de julio de 1854, Selma, Alabama - 3 de abril de 1923, Ojai, California ) fue un escritor estadounidense, ahora conocido principalmente por sus cuentos de terror y suspenso. Probablemente sea mejor conocido por la historia de muchas antologías "Su enemigo invencible" (1889), sobre la implacable venganza de un sirviente cuyas extremidades han sido amputadas por orden de un cruel rajá.

El padre de Morrow era pastor bautista y propietario de una granja y de un hotel en Mobile, Alabama . La Guerra Civil estadounidense significó que la familia perdiera a sus esclavos y en 1876 el joven Morrow dirigía el hotel, habiéndose graduado de Howard College (ahora Universidad de Samford ) en Birmingham a la edad de quince años.

Morrow se mudó al oeste a California en 1879 y comenzó a vender historias a The Argonaut , donde Ambrose Bierce acababa de terminar un período de dos años de empleo. Bierce era un entusiasta de las historias de Morrow (en uno de sus squibs, un lector nervioso declara: "Tengo uno de los cuentos de Will Morrow en el bolsillo, pero no me atrevo a ir donde hay luz suficiente para leerlo"), y en 1887 probablemente recomendó a William Randolph Hearst que se acercara a Morrow en busca de material para el San Francisco Examiner . Varios de los cuentos más notables de Morrow aparecieron en este periódico.

Morrow se casó con Lydia E. Houghton en 1881. Tuvieron un hijo, que nació muerto o murió en la infancia.

Su primera novela, Blood-Money (1882), sobre la tragedia de Mussel Slough , fue una acusación de la conducta de las compañías ferroviarias de California que estaban obligando a los colonos a abandonar sus tierras. Ganó poca atención y, de hecho, Morrow ocupó un puesto en el departamento de relaciones públicas del Ferrocarril del Pacífico Sur unos nueve años después. Una novela de misterio/suspenso, A Strange Confession , se publicó por entregas en el Californian en 1880-81, pero nunca se publicó en forma de libro. Sus historias se recopilaron en The Ape, the Idiot and Other People en 1897, pero publicó pocas historias a partir de entonces. El libro es ahora un objeto de colección muy buscado.

En 1899, Morrow había comenzado una escuela para escritores y en 1901 produjo un folleto, El arte de escribir para publicación . Bierce comentó que:

"Es una lástima que Morrow enseñe a otros a escribir mal en lugar de que él mismo escriba bien. Pero me imagino que no tenemos ningún agravio en eso, o si lo tenemos es contra el público de cerdos, no contra Morrow. Sin duda escribiría libros, si quisiera. podría permitírselo, como lo haría yo".

Morrow publicó dos novelas de aventuras románticas, A Man; His Mark (1900) y Lentala of the South Seas (1908); una obra aparentemente periodística llamada El París bohemio de hoy , a partir de "apuntes de Edouard Cucuel", y un pequeño cuadernillo de viaje, Caminos de Paso Robles (1904).

Se puede encontrar un ensayo crítico sobre el trabajo de Morrow en el libro de ST Joshi The Evolution of the Weird Tale (2004), del cual se toma la información anterior.


viernes, 26 de agosto de 2022

El Problema Final

"El Problema Final" es uno de los 56 relatos cortos de Sherlock Holmes escritos por Arthur Conan Doyle. Fue publicado originalmente en The Strand Magazine en diciembre de 1893 y posteriormente recogido en la colección "Las memorias de Sherlock Holmes". Doyle colocó El problema final en cuarto lugar en su lista personal de las doce mejores historias de Holmes.

Holmes se presenta en la casa del doctor Watson en una estado algo agitado y con dos nudillos de la mano izquierda heridos y ensangrentados. Watson se sorprende cuando Holmes le cuenta que ha escapado a tres intentos de asesinato ese mismo día tras una visita del profesor Moriarty, que advirtió a Holmes que dejara de perseguirle y de cruzarse en su camino, o sufriría las consecuencias. El primero, al girar en una esquina, un carruaje se lanza sobre él y Holmes logra saltar y apartarse justo a tiempo. El segundo, mientras Holmes caminaba por la calle, un ladrillo cae desde un tejado y no le golpea por muy poco. El detective llama a la policía para que examine el lugar, pero no logra demostrar que fue algo más que un simple accidente. Finalmente, de camino a casa de Watson, es atacado por un hombre armado con una porra. Holmes consigue vencer a su asaltante y entregarlo a la policía, pero admite que no puede demostrar que ese hombre trabajaba para el malvado profesor.

Holmes ha estado investigando a Moriarty y a sus colaboradores durante meses y está a punto de lograr atraparlos a todos y entregarlos a la justicia. Moriarty es un genio criminal que encabeza un extremadamente organizado y secreto sindicato del crimen, y Holmes cree que si logra vencer a Moriarty será el mayor logro de su carrera. Pero Moriarty está dispuesto también a frustrar los planes de Holmes y es muy capaz de ello, ya que es, según el propio Holmes, el único equivalente intelectual del genial detective.

Holmes pide a Watson que vaya con él de viaje al continente y le da una serie de peculiares instrucciones para que llegue hasta la estación Victoria sin que le sigan. Holmes no está muy seguro de a dónde irán, lo que le suena extraño a Watson. Holmes, sabiendo que le han seguido hasta la casa de su amigo, sale descolgándose por la pared trasera en el jardín. Al día siguiente, Watson sigue las instrucciones de Holmes, llega a la estación y sube a un vagón de primera clase reservado para su amigo, en el que encuentra a un anciano sacerdote italiano, que enseguida revela ser Holmes disfrazado.

Mientras el tren sale de la estación Victoria, Holmes descubre a Moriarty en el andén, intentando hacer que el tren se detenga. Holmes se ve obligado a tomar medidas, ya que Moriarty obviamente ha conseguido seguir a Watson a pesar de todas las precauciones. Holmes y Watson bajan del tren en Canterbury, haciendo un cambio en su ruta planeada. Mientras esperan otro tren hacia Newhaven, un tren con un solo vagón atraviesa Canterbury, como Holmes sospechaba. En él va el profesor, que ha reservado el tren para intentar alcanzar a Holmes. Holmes y Watson se esconden tras un montón de equipajes.

Tras llegar a Estrasburgo desde Bruselas, el lunes siguiente Holmes recibe una carta que le anuncia que la mayor parte de la banda de Moriarty ha sido arrestada en Inglaterra. El detective aconseja a Watson que vuelva a Londres, ya que Holmes es un compañero de viaje peligroso puesto que Moriarty ha conseguido escapar de la policía inglesa y va tras él. Watson, sin embargo, decide quedarse junto a su amigo.

El viaje de Holmes y Watson les lleva hasta Suiza, donde llegan a Meiringen. Allí deciden dar un paseo que incluye una visita a las Cataratas de Reichenbach, una atracción natural local. Una vez allí, llega un muchacho que le entrega una nota a Watson, que dice que en el hotel en el que se hospedaban hay una mujer inglesa muy enferma que pide ser atendida por un médico inglés. Holmes se da cuenta de que la nota es falsa, pero no dice nada. Watson va a ver a la paciente, dejando a Holmes solo y prometiendo reunirse con él más tarde.

Al llegar al hotel, Watson descubre que el dueño no sabe nada de ninguna mujer inglesa enferma y niega haber escrito ninguna nota. Dándose cuenta de que le han engañado y que la nota ha sido escrita por Moriarty para que dejara a Holmes solo, Watson vuelve corriendo hasta las cataratas y no encuentra a nadie allí, pero observa que hay dos pares de huellas que llegan hasta el final embarrado del camino sin salida y no hay huellas de vuelta. También encuentra una nota de Holmes en la que le dice que sabía que el aviso que le dieron a Watson era falso y que se dispone a enfrentarse a Moriarty, que le ha concedido el tiempo suficiente para escribir esta nota de despedida. Watson ve que al final del camino hay señales de haberse producido una violenta pelea, lo que indica que Holmes y Moriarty han muerto al caer por las cataratas mientras peleaban. Entristecido, Watson vuelve a Inglaterra, donde toda la banda de Moriarty es apresada gracias a las pruebas obtenidas por Holmes. Watson termina su relato calificando a Holmes como el mejor y el más sabio de todos los hombres que ha conocido.



domingo, 21 de agosto de 2022

Meter al Diablo en el Infierno

La picante historia del monje que recibió la inesperada visita de una joven llamada Alibech, ansiosa de conocer la mejor forma de servirle a Dios, hace parte de las cien narraciones contadas por siete mujeres y tres hombres durante diez días, cuando la peste azotaba a Europa en el siglo XIV.

Esa arquitectura narrativa pertenece a El Decamerón de Giovanni Boccaccio, una aventura intelectual y erótica que ronda el fin de los tiempos para la Edad Media y la llegada del Renacimiento.

Deslumbrado por su belleza, el monje de la historia le habló de Dios y del diablo, descubrió con ardides que era virgen y no pudo contener un deseo que cada vez se le hacía más visible. La joven preguntó qué era aquello que crecía y el monje no dudó en decirle que era el mismo diablo y que ella poseía el infierno para salvar su alma. “… si tienes piedad de mí y permites que yo en el infierno lo meta, tú me darás grandísimo consuelo y a Dios daremos mucho placer y servicio”. El relato, contado por Dioneo, uno de los tres hombres del grupo, era escuchado entre risas y sonrojos por las mujeres. Esa es una de las virtudes de El Decamerón: que las mujeres puedan oír ese tipo de cuentos sin dejar de ser honestas.

Aunque al principio le dolió, Alibech, la joven de la historia, empezó a gustar tanto de someter el diablo a su infierno que el monje en su cansancio escuchaba estas palabras: “Rústico, si ya el diablo está castigado y no te importuna, a mí mi infierno no me deja sosegar, de manera que conviene que tú, con tu diablo, mitigues la rabia de mi infierno como yo con mi infierno he mitigado la soberbia de tu diablo”.

Esta y otras once historias recibieron el castigo censor de la Iglesia en el papado de Pío V, pero aún así siguieron circulando en el mundo de las prohibiciones.

Las mujeres, a las que el autor les concedió los mismos derechos que al hombre para los placeres de la vida, cuentan también historias salpicadas de erotismo. Las burlas por amor o por ponerse a salvo de sus maridos, que cuentan en sus narraciones, parten siempre de una justificación. “Lo que a éstos les hacen sus mujeres, sobre todo cuando sus celos son infundados, es cosa bien hecha”.

Con Boccaccio, las mujeres son de carne y hueso y no ideales, como la Beatriz de Dante; son dueñas de sus impulsos eróticos y de las sensaciones de su piel, y son merecedores, por igual, del goce de las mieles del amor.



Fuente:

https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/metiendo-al-diablo-en-el-infierno-article-588569/



martes, 16 de agosto de 2022

El Fumador de Pipa

Dentro del género de terror o fantástico de la riquísima prosa inglesa hay numerosos autores que no han pasado a la historia porque sólo acertaron en una ocasión, a lo largo de un solo cuento, de unas pocas páginas, y no repitieron. Sin embargo, esa vez que acertaron crearon una gema comparable a las que han sobrevivido o van sobreviviendo. Estas joyas ocultas no se conocen ni se recuerdan porque su mayor defecto fue ser únicas en la obra de sus respectivos autores.

«El fumador de pipa» cuenta la historia de un anónimo caminante que, sorprendido por una lluvia torrencial, decide buscar alojamiento en una solitaria casita, al menos hasta que escampe. Allí lo recibe un extrañísimo anfitrión vestido de párroco, que lo hace pasar y le ofrece refugio. Se sientan, y se entabla enseguida un animado diálogo entre ellos. Muy pronto el protagonista comienza a sentirse incómodo ante el aspecto desmañado y como «desarticulado» del dueño de casa; las cosas que dice también son muy, muy extrañas, y sus concepciones acerca de la muerte y el asesinato poco tienen que ver con las que expondría un sacerdote. Finalmente, y tras un tenso intercambio de comentarios, el oscuro clérigo revelará al visitante los motivos de su desasosiego, relacionados con la inexplicable muerte del anterior ocupante de esa casa…

Este es un cuento que estremece a cada instante y con un final tremendo. Una joya entre los cuentos de terror, como lo define el escritor español Javier Marías.

Martin Donisthorpe Armstrong (1882-1974) fue un poeta y escritor inglés conocido por sus libros de relatos. Ha pasado a la historia por una sola obra magistral, el extraño y escalofriante relato El fumador de pipa.

 


jueves, 11 de agosto de 2022

Martin Armstrong

Martin Donisthorpe Armstrong (1882-1974) fue un poeta y escritor inglés conocido por sus libros de relatos. Nació en Newcastle-upon-Tyne, y fue educado en Charterhouse y Pembroke College, Cambridge. Sirvió en el Ejército Británico en la Primera Guerra Mundial, en Francia. Fue incluido en la última antología de poetas georgianos.

Se casó en 1929 con la escritora canadiense Jessie McDonald, después de que ésta se divorciase del escritor norteamaricano Conrad Aiken, lo que hizo a Armstrong padrastro de la joven escritora Joan Aiken. Armstrong aparece disimulado en un personaje de Ushant de Conrad Aiken.

Martin Armstrong ha pasado a la historia por una sola obra magistral, el extraño y escalofriante relato "El fumador de pipa" ("The pipe-smoker", de 1934, incluido en su libro El milagro del General Buntop), el cual ha sido reproducido en mil y una antologías de cuentos de terror.

«Generalmente, no me importa andar bajo la lluvia, pero en aquella ocasión llovía a mares y tenía aún que recorrer diez millas. Por eso me detuve frente a la primera casa que hallé, una casa que se encontraba a una milla de la población, y miré por encima de la puerta del jardín. Advertí en seguida que estaba deshabitada. Todas las ventanas permanecían cerradas, sin persianas ni cortinas. A través de una de ellas, de la planta baja, vi paredes desnudas, una destartalada chimenea y una parrilla abandonada. El jardín estaba descuidado, con los canteros invadidos por la maleza. Se daba uno cuenta de que se trataba de un jardín por la cerca, los vestigios de los rectos senderos y los floridos arbustos de lilas, que lanzaban ramalazos de gotas a la hierba cada vez que el viento los doblaba. »Así, grande fue mi sorpresa cuando vi a un hombre avanzar lentamente hacia mí entre las lilas. Lo raro no era que se encontrase allí, sino que anduviese por el jardín, destocado y sin impermeable. Era un hombre más bien regordete, calvo y con algunos mechones de pelos grises a ambos lados de su abultada cabeza, afeitado y de brillante mirada.»

Fragmento de "El fumador de pipa", 1934. Trad. Ed. Martínez Roca

El Ahorcado

Philip K. Dick (1928-1982) fue un destacado escritor norteamericano dedicado al relato fantástico y a la ciencia ficción. En este sentido, los libros, novelas y relatos de Philip K. Dick se caracterizan por un enorme grado de originalidad e ingenio, y la mayoría se inscribe entre los clásicos principales del género.

En esta ocasión La Nebulosa Ecléctica nos trae uno de sus mejores relatos: “El ahorcado” (The Hanging Stranger, 1953), donde el autor explora la angustia de una inconsciencia colectiva e irracional, a través de un corriente vendedor de televisores que observa como nadie se extraña del cadáver que cuelga de una farola. Decir más sería estropear la historia.

El relato comienza cuando Joyce, el propietario de una tienda de electrodomésticos pasa por su tienda tras haber dedicado el día a reparar los cimientos de su casa. Se detiene junto a su establecimiento y, de pronto, ve colgado de una de las farolas de la plaza el cadáver de un hombre ahorcado. Alarmado, avisa a todo el mundo, pero nadie parece darle importancia.


"Loyce empezó a ponerse histérico.

—¿Lo ves? ¿Lo ves ahí, colgado? ¡Es el cuerpo de un hombre! ¡De un hombre muerto!

—Claro, Ed. Lo vi esta tarde cuando salí a tomar café.

—¿Quieres decir que lleva ahí toda la tarde?

—¡Claro! ¿Qué tiene de malo? —Potter consultó su reloj—. He de darme prisa. Hasta luego, Ed."


De esta forma, comienza un relato bien construído en el que Dick sabe mantener la tensión hasta un sorprendente final.



sábado, 6 de agosto de 2022

Médium

El relato “Médium” de Pio Baroja representa a la mujer entre dos mundos. La mujer es una “médium” en donde tiene presencia en el mundo real y en el mundo sobrenatural. El narrador y su amigo Román tienen tremendo miedo de la hermana de Román quien se llama Ángeles. Ángeles es representada como alguien quien tiene poderes como la posibilidad de mover objetos y tiene fuerzas sobrenaturales. El narrador expresa las sonrisas raras que la hermana expresaba y el miedo que lo causaba tener. Al final del cuento, el narrador y Román descubren que Ángeles puede comunicarse con los espíritus y ella solo sonríe en ver las pruebas en donde ella está hablando con uno. Ángeles se opone a las normas de la mujer. Ella es presentada como una mujer mala en donde el propio hermano la odia y teme. Ella es alguien con poder porque no solo puede comunicarse con los espíritus pero porque es capaz de causar miedo en el narrador y a Román. El poder de ella es interpretada como terror. Porque la mujer en esté cuento no sigue las normas de la mujer modelo, es representada como una figura que causa miedo. El papel de “médium”, alguien entre dos mundos, también refleja el fin de siglo porque el horror es usado para escapar la realidad de ese tiempo.

El narrador cuenta una experiencia infantil que marcó toda su vida: la constatación de que un espíritu ajeno puede habitar el propio cuerpo. El relato de dicha experiencia está, no obstante, enmarcado por dos referencias a la posible locura del narrador, locura negada por él insistentemente, pero que, de ser aceptada, explicaría esos hechos paranormales como fruto de una imaginación enfermiza. Pero ese estado patológico podía ser también la consecuencia del trauma producido por esos sucesos paranormales: el hecho es que, al comenzar a contar su experiencia infantil, la mente del narrador se vuelve lúcida, narrando con perfecta trabazón lógica y sin titubeo alguno. Parece, así, que el autor prefiere dejar la cuestión de la locura —y, en consecuencia, la veracidad de los hechos narrados— en la ambigüedad y que sea el propio lector quien decida creer o no creer por sí mismo.

La experiencia narrada es, en síntesis, la siguiente: el protagonista se hace amigo de otro niño que tiene una hermana misteriosa, capaz de mover los objetos sin tocarlos. En su casa se producen hechos anormales: suena la campanilla sin que nadie la toque, las cosas se mueven de un sitio a otro, se dibujan sombras en las paredes... La madre regala al amigo una cámara fotográfica y el protagonista retrata a la familia. Al revelar los negativos comprueban que sobre la figura de la hermana «se veía una sombra blanca de mujer de facciones parecidas a las suyas. En la segunda prueba se veía la misma sombra; pero en distinta actitud, inclinándose sobre Ángeles, como hablándole al oído». Este relato presenta tres motivos de interés, que nos permitirán en seguida centrarnos en las claves del ocultismo finisecular: en primer lugar, la referencia a ciertos fenómenos paranormales, a los que se concedía gran credibilidad en la época y que serán objeto de importantes estudios; en segundo, la causa a la que se atribuyen dichos poderes, que aquí parece ser la fuerza de un espíritu ajeno que habita en el cuerpo de la hermana (espiritismo), y, por último, el modo en que se produce la constatación de esas experiencias, gracias a una cámara fotográfica.