sábado, 9 de diciembre de 2023

La Divina Comedia

En el oscuro umbral del siglo XIV, un poeta italiano de renombre, Dante Alighieri, se embarcó en un viaje literario que trascendería su propia vida para convertirse en una de las obras maestras de la literatura mundial. Este poema épico, conocido como "La Divina Comedia", se erige como un faro de la imaginación humana, un relato inmortal que ha guiado a generaciones de lectores a través de los oscuros abismos del Infierno, los liminares del Purgatorio y hacia la gloriosa luz del Paraíso.

Dante, un hombre de profunda erudición, exiliado de su Florencia natal, tejió su visión del más allá, inspirado por una devoción inquebrantable y una rica tradición literaria. "La Divina Comedia" es un poema épico, pero es mucho más que eso. Es un viaje espiritual, un viaje de redención y autorreflexión en el que el protagonista, Dante mismo, recorre un sendero que representa la lucha del alma humana por encontrar su lugar en el universo y su relación con lo divino.

El Infierno de Dante es una visión espeluznante del castigo para los pecadores, una galería de horrores meticulosamente descritos que desafían nuestra concepción de lo que es el mal. El Purgatorio, en contraste, es un lugar de purificación y esperanza, donde las almas se preparan para ascender al Paraíso. Y el Paraíso es un éxtasis celestial, un reino de luz y conocimiento en el que el lector se sumerge en la contemplación de lo divino.

A lo largo de su viaje, Dante se encuentra con una galería de personajes históricos y mitológicos, así como con seres celestiales y demoníacos. Cada encuentro es una oportunidad para explorar temas universales como la justicia, el amor, el libre albedrío y la gracia divina. A través de su poesía magistral, Dante nos invita a reflexionar sobre nuestra propia condición humana y nuestra búsqueda de un significado trascendental.

"La Divina Comedia" es una obra que desafía el tiempo y el espacio, cuyos versos trascienden las barreras culturales y lingüísticas para tocar los corazones de las personas en todo el mundo. En esta epopeya, Dante Alighieri nos muestra que el viaje hacia lo divino es un viaje universal, un viaje que todos los seres humanos emprenden en su búsqueda de sentido y redención.


Dante Alighieri, nacido en Florencia en 1265, vivió en una época de convulsión política y cultural en Italia. Exiliado de su ciudad natal debido a las luchas internas entre facciones políticas, Dante canalizó su pasión y su deseo de comprender el mundo y el alma humana en la creación de esta epopeya monumental. La "Divina Comedia" no solo es una obra maestra de la literatura, sino también un testimonio de la búsqueda incansable del hombre por la verdad, la justicia y la redención en medio de un mundo marcado por la corrupción y el caos.

Dante no solo nos ofrece una visión detallada de los reinos ultraterrenales, sino que también nos invita a un viaje de autoconocimiento y autorreflexión. A través de las experiencias de su protagonista, Dante mismo, los lectores pueden verse reflejados en los desafíos y dilemas de la existencia humana. A medida que avanzamos a través de los versos de esta obra maestra, somos confrontados con nuestras propias elecciones morales y espirituales, y nos vemos impulsados a considerar nuestro propio camino hacia la redención.

Así, "La Divina Comedia" de Dante Alighieri es una obra que perdura como un faro en la literatura y la filosofía, una obra que nos recuerda que el viaje de la mente humana hacia lo divino es una búsqueda universal que trasciende el tiempo y el espacio. En sus versos, encontramos un espejo en el que podemos contemplar nuestros propios anhelos, luchas y aspiraciones. Es una obra maestra que sigue siendo un monumento a la imaginación humana y un testimonio eterno de la búsqueda de la verdad, la justicia y la redención en el corazón de cada ser humano.

Es invitado el lector a adentrarse en este viaje épico a través de las palabras de Dante y a explorar los misterios y maravillas de "La Divina Comedia", una obra que perdura como un faro de la literatura y la espiritualidad.




domingo, 3 de diciembre de 2023

Los Hijos de la Noche

Los Hijos de la Noche (The Children of the Night) es un relato de terror del escritor norteamericano Robert E. Howard (1906-1936), publicado originalmente en la edición de abril-mayo de 1931 de la revista Weird Tales, y luego reeditado por Arkham House en la antología de 1963: El hombre oscuro y otros (The Dark Man and Others).

Es uno de los mejores cuentos de Robert E. Howard, relata la historia de dos amigos entrañables, quienes accidentalmente recuperan sus recuerdos genéticos, lo cual los convierte instantáneamente en enemigos mortales.

En La gente pequeña (The Little People) de Robert E. Howard, el protagonista vuelve a ser miembro de una tribu celta prehistórica al ver a su hermana siendo acosada por una criatura infernal cerca de un antiguo templo druida. En El pueblo de la oscuridad (People of the Dark), el narrador queda inconsciente al caer por unos escalones rocosos, y recupera la conciencia como uno de los primeros Conan. En Los Hijos de la Noche, un golpe accidental en la cabeza con un antiguo mazo de pedernal transforma a John O'Donnel en Aryara, un miembro de una tribu aria. En las dos últimas historias, la conmoción cerebral despierta el recuerdo racial de escenas muy vívidas y sangrientas. Podemos pensar que Los Hijos de la Noche es la historia el triunfo de los impulsos ancestrales, preservados por una especie de memoria racial [no genética] (ver: El horror hereditario y la enfermedad de Lovecraft)

El principio básico parecería ser que un evento traumático, como una conmoción cerebral leve, es suficiente para activar estos recuerdos raciales, prehistóricos, e incluso personalidades ancestrales en un individuo perfectamente civilizado. Detrás de nuestra mirada racional hay un cerebro hirviendo de odio latente por el Otro. En Los Hijos de la Noche de Robert E. Howard, este Otro es una raza de criaturas con cuerpos atrofiados, extremidades desgarradas, ojos como cuentas de serpientes y rostros grotescos y cuadrados de rasgos inhumanos. Estas simpáticas criaturas viven en cavernas y túneles debajo de la apacible campiña inglesa. Al igual que los Ghouls de H.P. Lovecraft, esta raza subterránea es capaz de cruzarse con respetables humanos y engendrar híbridos bastante desagradables, como Richard Upton Pickman (ver: De la luz a la oscuridad: psicología de «El modelo de Pickman»)

Los Hijos de la Noche comienza con una reunión de amigos en un estudio lleno de libros prohibidos y artefactos antiguos. Los hombres son profesores bien educados cuyo principal interés parece ser el estudio de la estructura del cráneo y la mandíbula, y la conexión que estas características tienen con el carácter racial. Los mediterráneos tenían la cabeza tan larga como los arios; ¿la mezcla entre estos pueblos dolicocefálicos produciría un tipo intermedio de cabeza ancha? —pregunta apasionadamente uno de los hombres. Hay algo de discusión sobre libros antiguos presentes en el estudio; entre ellos, el Necronomicón [resulta intersante la noción de que el Necronomicón contiene ideas que solo tienen sentido a la luz de la ciencia actual] y el Unaussprechlichen Kulten. También se debate la supervivencia de cultos perhistóricos que adoran a Cthulhu, Yog Sothoth, Tsathoggua, entre otros. Pero esta es una digresión del enfoque principal de la historia, que es la raza. El narrador continúa clasificando a sus amigos según su categoría racial: Cada uno de los seis de nosotros era de la misma raza, es decir, un británico o un estadounidense de ascendencia británica. Pero Ketrick, el séptimo individuo, no lo es. El lector perspicaz lo identificará rápidamente como un probable descendiente mestizo de aquella subterránea raza de reptilianos. Es miembro de una minoría.

Mientras manipula imprudentemente un antiguo martillo de sílex en el estudio, Ketrick golpea accidentalmente a O'Donnel con él, lo cual parece bastante sospechoso. Mientras está inconsciente, O'Donnel tiene una visión de una antigua escaramuza en la que finalmente se vio atrapado por los siniestros Hijos de la Noche, no sin antes despedazar a varios de ellos. Cuando despierta, intenta sin éxito matar a Ketrick. Ahora es O'Donnel, pero también Arayara, un guerrero ario prehistórico. Ambas personalidades están ahora activas en un solo individuo.

El epílogo de Los Hijos de la Noche es la parte más escalofriante. La experiencia de O'Donnel no le aporta mayor comprensión, sabiduría o paz, aunque él afirma que le abrió los ojos. Más bien, el narrador proclama su teoría racial, aria y determinista, la cual asegura que los de su clase siempre estarán en guerra sangrienta con los Hijos de la Noche. El relato es notable, y prefigura el estallido de las hostilidades que condujeron a la Segunda Guerra Mundial. Robert E. Howard y algunos contemporáneos, como Lovecraft, ciertamente respiraron este aire a principios de los años treinta. Pero, para ser justos, Robert E. Howard no parece tan preocupado por clasificar a los diferentes grupos raciales o étnicos como a menudo lo hace H.P. Lovecraft. Su enfoque parece estar dirigido a la idea de que ciertas tensiones raciales son antiguas, e inevitables, porque están en la sangre. La opinión es profundamente conservadora. En medio de la sangre y los cráneos rotos, es la naturaleza, no la crianza, la que triunfa.

¿Quiénes son los Hijos de la Noche? O'Donnel los describe del siguiente modo:

En cierto modo eran humanos, aunque no los consideré tales. Eran bajas y fornidas, con anchas cabezas demasiado grandes para sus flacos cuerpos. Su cabellera era enmarañada y lacia, sus rostros anchos y cuadrados, con narices chatas, ojos horriblemente sesgados, una delgada apertura por boca y orejas puntiagudas. Llevaban pieles de animal, como yo, pero esas pieles estaban trabajadas toscamente. Portaban arcos pequeños y flechas con punta de pedernal, cuchillos de pedernal y garrotes. Y conversaban en un lenguaje tan horrible como ellos, un lenguaje siseante y reptilesco que me llenó de pavor y repugnancia (ver: Las lenguas prehumanas en Lovecraft)


Fuente:

https://elespejogotico.blogspot.com/2011/09/los-hijos-de-la-noche-robert-e-howard.html