domingo, 29 de diciembre de 2019

La Nave Abandonada

William Hope Hodgson (Blackmore End, Reino Unido, 15-11-1877 – Ypres, Bélgica, 17-4-1918), escritor inglés considerado como uno de los precursores de la literatura de terror y fantástica contemporánea. Sus cuentos, relatos cortos y ensayos fueron muy influyentes en autores posteriores como H. P. Lovecraft.

Con 13 años se enroló en la marina mercante, lo cual le permitió navegar por todo el mundo. Ocho años más tarde decide volver a tierra, cansado del mar y de la mala vida llevada por los marineros.

En Inglaterra trabajó como fotógrafo y como profesor de gimnasia en una escuela de Blackburn. Al mismo tiempo comenzó su carrera como escritor, sin mucho éxito aparente. Su primer trabajo publicado fue el cuento Un horror tropical (1905). En 1907, saldría Los náufragos de las tinieblas, su primera novela. Posteriormente publicó La casa en el confín de la Tierra (1908), Los piratas fantasmas (1909) y El reino de la noche, su obra más extensa, en 1912. También escribió numerosos relatos cortos en diferentes revistas pulps, relatos que serían recogidos en varias antologías.

Por desgracia, su prematura muerte durante la I Guerra Mundial por una granada alemana truncó una prometedora carrera literaria.

Es sin duda uno de los representantes más originales de lo que se ha dado en llamar el «cuento materialista de terror». 

La asombrosa facilidad de William Hope Hodgson para recrear atmósferas angustiosas y oprimentes fascinó a H.P. Lovecraft y los escritores de su círculo, muy influidos por él. Este volumen reúne los mejores relatos de terror que el autor dedicó a los misterios de las profundidades del mar. La soledad de los vastos desiertos de las aguas, el horror apenas insinuado, el acecho de entidades que están más allá de la esfera humana, la pesadilla creciente e insinuada, las embarcaciones abandonadas en la noche profunda de los mares inmóviles, son algunos de los temas de la presente selección, descritos con la intensidad y el suspense de un maestro del género.

"La nave abandonada" es uno de los mejores relatos de terror que Hodgson dedicó a los misterios de las profundidades del mar. La soledad de los vastos desiertos de las aguas, el horror apenas insinuado, el acecho de entidades que están más allá de la esfera humana, la pesadilla creciente, las embarcaciones abandonadas en la noche profunda de los mares inmóviles.



jueves, 26 de diciembre de 2019

Solo Sueños

"Solo Sueños"
Jull Antonio Casas Romero


Aun siento en mis sentidos el recuerdo, aquel evocar de otoño en la tarde del silencio olvidado, cuando parece que la gente pasa a tu lado y te mira y no la sientes, porque tu alma se dirige a la vorágine de unos ojos desconocidos; cuando tus deseos controlan tus instintos y no hay nada consciente en tu alma que te haga sensible a la realidad. 
Algo asi como cuando aún no sabes ni sabrás, que te llevo a pedir al cielo una gota de lluvia, y recibir en tus labios el infierno de la sequedad por toda la eternidad de la noche y casi no puedes despertar hasta que llegas a tu destino, al cual no te lleva la mente, sino tus miembros anhelantes de su recuerdo, de Ella inmortal. Si eso fue, tenías que encontrarte con ella.

La tarde avanzaba y el tiempo se había detenido, cada imagen que se presentaba a mis ojos duraba instantes eternos y yo quería que todo pasara de forma instantánea para llegar a su lado y comprobar finalmente que esto era un sueño y que tenia que despertar a la realidad de lo imposible; acabar con el sueño feliz irreal que vivía y retornar a mi pesadilla real.
Por fin la vi y supe que mi alma no mentía, vi su cabello alborotado por la brisa tibia de la tarde, sus ojos profundos soñando conmigo, su rostro sonriendo con el enigma de saber si era por fin el final de una larga espera, si podía terminar de cerrar aquel capitulo donde ella me había convertido en héroe y villano, si tal vez la bruma era la causa de lo irreal de aquellos sueños no concebidos, visiones ni siquiera identificadas por su instinto escondido.
Entonces me vio y sus labios dibujaron una sonrisa de otoño, no supe si aquel rictus fue de emoción o burla, si fue porque le guste lo suficiente como para corroborar en su corazón aquella secreta emoción que espoleo su despertar aquella mañana, cuando recibió mi llamada y supo que por fin el destino había llegado y que pronto comprobaría con sus sentidos, la sensación de conocer aquellas visiones nuevas que solo había tenido en noches de insomnios idos, que ahora sería la prueba final para ella y tal vez para mí.
Ahora debía acercarme y saber por mí mismo si aquella visión celestial era realidad o si tal vez seguía soñando en la lejanía de la bruma teatina…

Estaba sentada en la catedral, al lado de su mochila, ella no sabía si quien se acercaba, era el que esperaba o solo una coincidencia. Había soñado con aquel momento y este sueño se precipitaba sin control, el acercamiento se daba y en sus ojos había una interrogante eterna de soledad, en los míos emoción por saber si era su alma la que me esperaba.
Dije hola, respondió tomándome de la mano y envolviéndome en la más exquisita sensación que jamás sueño alguno pudo imprimir a mis sentidos adormecidos; Entonces supe que era cierto todo aquello que soñé, que estaba despierto entre sus sueños, que ahora debíamos encontrar ese ideal común que aun entrevimos entre madrugadas insomnes, la envolví entre sedas y solo despertamos en el tálamo del refugio más cercano, luego de vaciar nuestras ansias y nuestros deseos; Al terminar, desechos de aromas eternos, aun con las piernas mojadas de sudor y del deleite primario, recorriendo sus belfos inguinales en busca del elixir final, encontrando solamente mi aroma tiñendo sus entrañas con el escozor del destino y su pubis sangrante y extasiado por la embestida final, solo entonces volví a dormir.

¿Qué paso entonces?... Aun no lo sé, lo único que recuerdo es que desperté desnudo y solo, con las cortinas flotando en señal de despedida anónima y a mi lado, las delatoras marcas de su cuerpo, las manchas infamantes de un recuerdo fugaz y aun no sé si fue así... quiero que me lo digas tú,  si lees o escuchas estas líneas, si reconoces en ellas las señales de tu cuerpo y de tu alma; si eres tú la que lee esta plegaria, vuelve a mis sueños y déjame en ellos la señal de que fuiste una realidad o una pesadilla irreal de mi mente perdida y apasionada, que aun ahora, quiere olvidar un momento final que fue o que nunca será.



lunes, 23 de diciembre de 2019

El Premio Gordo

Relato navideño escrito por Vicente Blasco Ibáñez, en el que un hombre llamado Jacinto cuenta cómo cambia su vida a raíz de tocarle el Premio Gordo en la Lotería de Navidad. Tras sufrir un ascenso en sociedad, ser afortunado en el amor y ser reconocido en su profesión, descubrirá que todo es una falacia y morirá en un duelo al enterarse como su mujer le engaña. Afortunadamente, todo resultará ser una ensoñación que le hará ver con poco deseo el resultado del Sorteo de Navidad.

Una pequeña fábula sobre la futilidad del éxito conseguido sin esfuerzo y sobre la banalidad de basar el valor de nuestras vidas en los valores materiales olvidando los valores espirituales, que son los únicos que, al final, pueden darnos la verdadera felicidad.



viernes, 20 de diciembre de 2019

Privilegio

Frederick Forsyth, que ha acreditado su talento literario en numerosas novelas de éxito mundial, entre ellas Chacal, La alternativa del diablo y El manifiesto negro, es uno de los grandes nombres de la narrativa de intriga política y espionaje. En este libro condensa sus dotes en una serie de relatos tan impactantes como ingeniosos, que constituyen pequeñas joyas en su género.

Privilegio es una de las ocho narraciones que componen el libro titulado “El Emperador”, editado por Plaza&Janes, 1982, título original “The Emperor”, traducción de J. Ferrer Aleu, portada de Domingo Álvarez. Narraciones cortas  acerca de diversidad de cuestiones que despiertan el interés del lector. Los ocho cuentos son cada uno de ellos buena muestra  del  dominio de Frederick Forsyth en sus ficciones para narrar  actitudes y hechos humanos verosímiles aunque insólitos para los comunes mortales. A un pequeño empresario le difama un periodista. Como no puede conseguir una rectificación legal, se venga de manera extraña.

Según este relato, la Justicia del Reino Unido tiene, en líneas generales, los mismos graves defectos que la de aquí, la española. Es burocrática, consecuentemente lenta, pero principalmente costosa y por lo tanto inaccesible para la mayoría. Y, además, con jueces que no buscan dar razón al que la tiene, ni justa satisfacción al agraviado, sino la aplicación literal de  normativas y leyes, cuyo espíritu en ocasiones, se aleja del sentido común o derecho natural, de dar a cada cual lo que le corresponde, que eso es, en definitiva, la Justicia, con inicial mayúscula y como sinónimo de Equidad.

La extensiva mala praxis periodística aquí descrita, y tema de fondo de la narración,  en la que se nos cuenta cómo un afamado periodista, de un acreditado medio, hace un artículo con afirmaciones graves pero sin verificar sobre una persona. Tanto al medio como al periodista en cuestión les importa un ápice de las consecuencias para la persona o entidad de lo publicado. En el caso inglés, quiero decir en el cuento de Forsyth, las empresas periodísticas cuentan con seguros, amén de asesorías jurídicas con expertos en litigios por adulteración de la verdad o difamación.

La moraleja final de la historia habla de cómo  la simple y desamparada víctima agraviada no se desanima, y con mucho ingenio y esfuerzo personal, en solitario, le da al prepotente periodista una buena cucharada de su maléfica poción informativa.



lunes, 16 de diciembre de 2019

De lo que Contó el Dr. Gunter en el California Café


"De lo que contó el Dr. Gunter en el California Café"
    Héctor Darío Vico


El famoso astrofísico, Oscar Gunter, hombre de sólido conocimiento científico y  una de las mentes más lúcidas de este siglo, siempre tiene problemas al momento de explicar cómo desarrolló su célebre teoría de los universos paralelos y de cómo fue que se le ocurrió. 

Al enfrentarse a esta pregunta generalmente comenta que recuerda todo: el momento, las circunstancias, los lugares pero, dice,  hubo un instante en que todo desapareció y quedó simplemente la teoría tal como se la conoce hoy. Para aclarar aún más lo sucedido suele referirse a una situación similar acontecida a Einstein cuando a bordo del metro de la ciudad suiza de Berna, vio alejarse la torre del reloj y fue allí que comprendió la relación de la velocidad de la luz y el espacio, es decir los fundamentos de la teoría de la relatividad.

Al pedírsele detalles, cuenta que estando en el California Café, en Palo Alto, cerca de la universidad de Stanford, bebiendo un simple refresco antes de su hora de cátedra, se encontraba pensando en la posibilidad de que existieran universos paralelos muy próximos a nosotros y, a pesar de ello, invisibles. Una derivación quizá, especula,  de la teoría de las cuerdas: universos separados por un velo o membrana muy delgada, que se tocan pero sin tener conciencia uno de otro, salvo en la teoría.
Recuerda también que le vino a la mente una creencia de los indios mapuches del sur de América que al referirse a las estrellas dicen que son una especie de agujeros por donde bajaron todas las cosas que forman nuestro mundo. Esas estrellas son  los lugares por donde pueden verse los otros universos, aquellos desde dónde llegaron los animales, las plantas y los hombres.



sábado, 14 de diciembre de 2019

Frederick Forsyth

Frederick Forsyth, CBE (Ashford, Reino Unido, 25 de agosto de 1938) es un escritor británico. Es sobre todo conocido por novelas de suspense como The Day of the Jackal (El día del Chacal; en la edición española titulada Chacal), The Dogs of War (Los perros de la guerra), The Odessa File (El expediente Odessa, en España titulada Odessa), Icon (El manifiesto negro) y The Fist of God (El puño de Dios). El autor como espía del MI6 plasmó sus conocimientos en todas ellas.

Forsyth estudió en la Tonbridge School y cursó estudios universitarios en la Universidad de Granada, España. A los 19 años de edad se convirtió en uno de los más jóvenes pilotos de la Royal Air Force, donde sirvió hasta 1958.

Después se convirtió en reportero y pasó tres años y medio trabajando en un pequeño periódico antes de pasar a trabajar para Reuters en 1961. En 1965 se incorporó a la BBC y fue corresponsal diplomático asistente. De julio a septiembre 1967 cubrió el conflicto de Biafra entre Biafra y Nigeria. Sería en esta época cuando comenzó a espiar para el MI6, colaboración que se mantendría durante veinte años.

En 1968, en medio de acusaciones de que sus reportajes sobre el conflicto de Biafra estaban sesgados a favor de la causa de Biafra y de que parte de sus reportes eran falsos, dejó la BBC. Retornó a Biafra como escritor independiente. En 1969 escribió un libro sobre la guerra de Biafra titulado The Biafra Story (La historia de Biafra). En 1985, fue presentador y relator de la serie de televisión Soldiers, A History Of Men In Battle (Soldados, una historia de los hombres en batalla) que se emitió para la BBC; programa de 12 capítulos que relataba la historia de los soldados y los conflictos bélicos a lo largo de los siglos.

Forsyth decidió escribir una novela usando técnicas de investigación similares a las de investigación periodística. Su primera novela de largo aliento, The Day of the Jackal (El día del Chacal o Chacal), fue publicada en 1970 y se convirtió en un bestseller internacional y se hizo posteriormente una película con el mismo nombre. En esta novela, la Organisation de l'Armée Secrète (O.A.S.) contrata a un asesino para matar a Charles de Gaulle.

jueves, 12 de diciembre de 2019

Un Señor muy Viejo con unas Alas Enormes

"Un Señor muy viejo con unas alas enormes" es un cuento de 1955 de Gabriel García Márquez. El cuento relata el pobre estado de un ser alado muy viejo, el cual suponen que era un ángel. Durante una tormenta, es encontrado en el patio de una casa. Los propietarios de la casa, Pelayo y Elisenda abusan, en cierta forma, de la paciencia de este ser increíble, y lo llevan para un gallinero tratándolo, a la postre delicioso, como una atracción de circo. El visitante causa entre todos un gran revuelo; se forman largas filas de curiosos que pagan «cinco centavos» por verlo. Los visitantes que observan el espectáculo creen que mediante la realización de milagros que le adjudican, les podrá resolver sus vidas.

Sin embargo, la aparición de un nuevo fenómeno, una mujer con cuerpo de araña, hace que todo el mundo pierda el interés en el ángel, el cual sobrevive deambulando por el patio de la casa.

Tras las lluvias torrenciales, el recién nacido de la pareja conformada por Pelayo y Elisenda cae enfermo, y su patio se llena de… cangrejos muertos. En medio del caos, Pelayo descubre que un anciano con unas alas enormes está atrapado en el lodazal del patio. Eso sí que es una supertormenta.

Ante la presencia del ángel, la mujer sabia piensa que este pretende llevarse al hijo de Pelayo y Elisenda. Pelayo se pone a la defensiva, decidido a espantar a la débil criatura sin piedad alguna. El niño se recupera y el ángel logra salvar el pellejo. Este ser, no logra milagros, por este motivo es menospreciado y tratado como un ave, tirándolo al gallinero. Los aldeanos se enteran de la presencia del ángel y vienen de todos lados para verlo, mas por curiosidad que por motivos espirituales. El ángel se vuelve un objeto turístico que rápidamente pierde su atractivo. Este hombre con alas es la representación del dios griego de la comunicación, ya que lleva un mensaje.

El anciano tiene el aspecto de un mendigo, aunque una de las vecinas está segura de que es un ángel. Sin embargo, dada la desconfianza que siente hacia estos espíritus celestes, recomienda matarlo a palos. Pelayo y Elisenda rechazan ese plan porque son seres humanos decentes, pero solo por si acaso, lo encierran en el gallinero.

Unos días después, el niño mejora. ¿Fue obra del ángel? Tal vez. Solo por si acaso, Pelayo y Elisenda deciden recompensar a su cautivo liberándolo en altamar con algo de agua y comida. Sin embargo, ya es demasiado tarde. Todo el vecindario se hizo eco de la noticia y se acerca para echar un vistazo al ángel, que es tratado como un animal de zoológico.

El sacerdote del pueblo también hace su aparición e indaga si se trata o no de un ángel. Finalmente, llega a la conclusión de que no lo es, ya que no entiende latín (obviamente, la lengua del Señor). Además, está la cuestión del mal olor.

Pero eso a la muchedumbre no le importa. Los peregrinos quieren creer y hacen cola para ver al "ángel". A Elisenda se le ocurre la gran idea de cobrar por la entrada, que resulta ser tan buena como ganar la lotería. La afluencia de vecinos es constante, y Elisenda y Pelayo se hacen de oro.

Como es lógico, el ángel es la parte perjudicada en todo este asunto. Los curiosos le arrojan objetos, las gallinas lo picotean y, en una ocasión, incluso le queman el costado con un hierro candente para comprobar si sigue con vida. Todos se llevan una sorpresa cuando descubren que está vivo y un tanto molesto por lo sucedido.

Por suerte para el hombre alado, una nueva feria ambulante llega al pueblo y, con ella, el espectáculo de una mujer convertida en araña. Esta es mucho más interesante que el aburrido y viejo ángel que ni siquiera puede volar; de modo que la muchedumbre comienza a abandonar el patio de Elisenda y Pelayo en busca de fenómenos de circo más extravagantes.

La pareja usa la fortuna amasada esos días para construir una mansión y renunciar a sus respectivos empleos. Entretanto, el hombre alado envejece cada vez más, mientras la familia lo trata como una mascota molesta y querida al mismo tiempo.

Finalmente, le nacen nuevas plumas en las alas y comienza a cantar canciones de marineros. Un día, Elisenda lo ve alejarse volando a través de la ventana de la cocina. ¡Por fin! Ahora ya no es un estorbo, sino un punto imaginario en el cielo.



domingo, 8 de diciembre de 2019

Cuatro Miradas

"Cuatro Miradas"
David Sánchez-Valverde Montero
   

El chaleco reflectante del guardia de tráfico se adivinaba a lo lejos, entre las columnas de vehículos casi parados, como un faro devorado por un océano de metal aquel martes por la mañana. Cada cual clausurado en su pequeño mundo, dormidos en esos ataúdes de colores apagados, arremolinándose en un trombo de prisa y angustia soportable que casi obturaba aquella arteria urbana. Miré hacia ambos lados: a mi izquierda una mujer joven se reía en la soledad de su coche, probablemente hablando por el manos libres; al otro lado un hombre entrado en años encontró mi mirada, y seguidamente sus ojos me esquivaron. 

      Por fin, la caravana comenzó a moverse, para terminar superando aquella nefasta rotonda y ganar algo de fluidez. Los cuatro carriles fueron tres varios kilómetros adelante, y constaté que el coche que me precedía era ahora el del hombre mayor. El tráfico había perdido densidad, pero él conducía con una parsimonia por el carril central que a pesar de mis esfuerzos terminó por resultarme insufrible. Y es que eso no era todo; lo que más me crispaba era su absoluto desprecio por el uso de los intermitentes, cambios de carril y demás… Circulaba como si no hubiera mundo más allá de lo que la luna delantera traslucía. Para el viejo no parecía acontecer nada de interés a los lados y por supuesto, lo que ocurriera tras su vehículo, sencillamente no existía. Tuve que exprimir a fondo mi intuición para prever los movimientos que vendrían, hasta que finalmente logré situarme a la par del pobre diablo: miraba hacia delante con la tensión de estar surcando un agujero de gusano, un fabuloso túnel estelar. Estrujaba el volante casi echado sobre él, el timón de su salvación, como un Noé desesperado en medio del Diluvio Universal.

   Logré adelantarlo, suspiré con sonoridad y le clavé los ojos brevemente mientras pasaba a su lado. No me devolvió la mirada. 



jueves, 5 de diciembre de 2019

El Mercader de Venecia

"El mercader de Venecia" es una obra teatral escrita por William Shakespeare entre los años 1596 y 1598, que no se publicó hasta 1600. Su principal fuente es la «Primera Historia del cuarto día» en Il Pecorone (1378), una colección de historias de Giovanni Fiorentino. Otras fuentes son el Zelauto, de Anthony Munday (contemporáneo y amigo de William Shakespeare), y las Gesta Romanorum.

Bassanio, un veneciano que pertenece a la nobleza pero es pobre, le pide a su mejor amigo, Antonio, un rico mercader, que le preste 3000 ducados que le permitan enamorar a la rica heredera Porcia. Antonio, que tiene todo su dinero empleado en sus barcos en el extranjero, decide pedirle prestada la suma a Shylock, un usurero judío. Shylock acepta prestar el dinero con la condición de que, si la suma no es devuelta en la fecha indicada, Antonio tendrá que dar una libra de su propia carne de la parte del cuerpo que Shylock dispusiera.

Por voluntad de su padre, Porcia debe casarse con aquel pretendiente que escoja de entre tres cofres (uno de oro, otro de plata y un tercero de plomo) aquel que contenga el retrato de ella. Bassanio elige el tercero, que es el correcto y se compromete con Porcia. Ella le da un anillo como muestra de amor, y le hace prometer a Bassanio que no se lo quitará. Lo mismo hace Nerissa, criada de Porcia, con Graciano, un amigo de Bassanio.

Los barcos de Antonio se hunden y la deuda no se paga. Shylock reclama su libra de carne, exigiendo que sea de la parte más próxima al corazón. Tal situación desemboca en un juicio presidido por el Dux de Venecia, al que asisten Porcia disfrazada de abogado y Nerissa de ayudante. Porcia da la razón a Shylock y admite que este, por ley, puede cobrarse la libra de carne. Sin embargo sólo puede ser carne, y por lo tanto no puede derramar ni una sola gota de sangre. Shylock desiste de su reclamo, y pide luego el doble de lo que le debían, pero le dicen que si no accede al cumplimiento del contrato se iría preso, salvo que done todas sus riquezas. Así, el dux le quita sus riquezas, y le da la mitad a Antonio y la mitad al estado. Antonio dice que le perdona su parte si se convierte al cristianismo y le da sus propiedades a su hija Jessica, que Shylock ha desheredado por haberse fugado y casado con Lorenzo, un cristiano.

El abogado y su ayudante les piden como muestra de gratitud a Bassanio y a Graciano el anillo que llevan puesto. Ellos al principio se niegan, pero terminan por entregárselo. Cuando llegan a Belmont, casa de Porcia, ambos aparecen sin el anillo, por lo que son recriminados; pero al final Porcia y Nerissa les muestran los anillos y confiesan la verdad. Además, Porcia informa a Antonio que tres de sus barcos han vuelto sanos y salvos.



William Shakespeare

William Shakespeare (Stratford-upon-Avon, Warwickshire, Reino de Inglaterra, c. 23 de abril de 1564 jul. - ib., 23 de abril-jul./ 3 de mayo de 1616 greg.)​ fue un dramaturgo, poeta y actor inglés. Conocido en ocasiones como el Bardo de Avon (o simplemente el Bardo), Shakespeare es considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal.

Según la Encyclopædia Britannica, «Shakespeare es generalmente reconocido como el más grande de los escritores de todos los tiempos, figura única en la historia de la literatura. La fama de otros poetas, tales como Homero y Dante Alighieri, o de novelistas tales como León Tolstoy o Charles Dickens, ha trascendido las barreras nacionales, pero ninguno de ellos ha llegado a alcanzar la reputación de Shakespeare, cuyas obras hoy se leen y representan con mayor frecuencia y en más países que nunca. La profecía de uno de sus grandes contemporáneos, Ben Jonson, se ha cumplido por tanto: "Shakespeare no pertenece a una sola época sino a la eternidad"».

El crítico estadounidense Harold Bloom sitúa a Shakespeare junto a Dante Alighieri, en la cúspide de su «canon occidental»: «Ningún otro escritor ha tenido nunca tantos recursos lingüísticos como Shakespeare, tan profusos en Trabajos de amor perdidos que tenemos la impresión de que, de una vez por todas, se han alcanzado muchos de los límites del lenguaje. Sin embargo, la mayor originalidad de Shakespeare reside en la representación de personajes: Bottom es un melancólico triunfo; Shylock, un problema permanentemente equívoco para todos nosotros; pero sir John Falstaff es tan original y tan arrollador que, con él, Shakespeare da un giro de ciento ochenta grados a lo que es crear a un hombre por medio de palabras».

Jorge Luis Borges escribió sobre él: «Shakespeare es el menos inglés de los poetas de Inglaterra. Comparado con Robert Frost (de New England), con William Wordsworth, con Samuel Johnson, con Chaucer y con los desconocidos que escribieron, o cantaron, las elegías, es casi un extranjero. Inglaterra es la patria del understatement, de la reticencia bien educada; la hipérbole, el exceso y el esplendor son típicos de Shakespeare».

Shakespeare fue poeta y dramaturgo venerado ya en su tiempo, pero su reputación no alcanzó las altísimas cotas actuales hasta el siglo XIX. Los románticos, particularmente, aclamaron su genio, y los victorianos adoraban a Shakespeare con una devoción que George Bernard Shaw denominó «bardolatría».