jueves, 29 de julio de 2021

Anselmo

El siguiente texto escrito por Raúl Valiente García, es la versión extendida del relato ganador del Primer Premio del XXVII concurso de narraciones cortas "Villa de Torre Pacheco" celebrado en el año 2020. Una versión reducida de dicho relato fue la que se presentó a concurso.


      Tras sesenta años fumando, su respirar sibilante enturbiaba las sombras difusas de los recuerdos. Ese jadeo perpetuo y el hábito de fumar eran presencias que, pese a intentarlo incontables veces, no había conseguido dejar atrás, aunque Anselmo era consciente de que no siempre su pecho sonó de esa manera, con el silbido agudizándose cada año transcurrido, con cada cigarro consumido. Más derrumbado que sentado, acariciado por el sol y la brisa, recordaba con claridad su juventud, lejana ya. Entonces respiraba vigorosamente y sus recias inspiraciones se imponían a la tierra que trabajaba de sol a sol, abriéndola en canal con su azada. En aquel pasado, el mundo entero se hacía a un lado ante su ímpetu y cualquier desafío estaba a su alcance. María, su mujer, no supo ni quiso resistirse a aquella energía animal, primaria, que la preñó cuatro veces antes de cumplir los veinticinco. A pesar de esa fortaleza, Anselmo, igual que ella, nunca superó la muerte del segundo de sus hijos, arrasado por una enfermedad hoy ya sometida. Así y todo pelearon, unas veces ganaron, otras perdieron y cada noche, apretujados en la cama, repasaban el saldo que arrojaban sus desvelos. Con prudencia, esquivaron casi siempre los números rojos en el balance de su matrimonio y supieron encauzar a los tres hijos restantes, aventurándose menos de lo deseado. Dejaron el pueblo una vez, es cierto, pero no tardaron en volver a cobijarse bajo las sábanas de las que habían desertado apenas dos años antes, congraciándose con las tierras de las que renegaron y con unos padres que no comprendieron su huida. 


lunes, 26 de julio de 2021

¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán!

¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! (en inglés: Oh Captain! My captain!) es un poema de Walt Whitman escrito en homenaje a Abraham Lincoln, presidente de EE.UU., después de su asesinato en 1865. Se publicó por primera vez el mismo año en un apéndice adjunto a la última versión de Hojas de hierba, su obra maestra.




Texto y traducción

El poema original

O Captain my Captain! our fearful trip is done;
The ship has weather’d every rack, the prize we sought is won;
The port is near, the bells I hear, the people all exulting,
While follow eyes the steady keel, the vessel grim and daring:

But O heart! heart! heart!
O the bleeding drops of red,
Where on the deck my Captain lies,
Fallen cold and dead.

O Captain! my Captain! rise up and hear the bells;
Rise up—for you the flag is flung—for you the bugle trills;
For you bouquets and ribbon’d wreaths—for you the shores a-crowding;
For you they call, the swaying mass, their eager faces turning;

Here Captain! dear father!
This arm beneath your head;
It is some dream that on the deck,
You’ve fallen cold and dead.

My Captain does not answer, his lips are pale and still;
My father does not feel my arm, he has no pulse nor will;
The ship is anchor’d safe and sound, its voyage closed and done;
From fearful trip, the victor ship, comes in with object won;

Exult, O shores, and ring, O bells!
But I, with mournful tread,
Walk the deck my Captain lies,
Fallen cold and dead.
Traducción al español

¡Oh, Capitán, mi Capitán! Nuestro azaroso viaje ha terminado;
El barco capeó los temporales, el premio que buscamos se ha ganado;
Cerca está el puerto, ya oigo las campanas, todo el mundo se muestra alborozado,
la firme quilla siguen con sus ojos, el adusto velero tan audaz.

Pero, ¡Oh, corazón! ¡Corazón! ¡Corazón!
Oh, se derraman gotas rojas
en la cubierta donde yace mi Capitán
caído, frío y muerto.

¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate —por ti la enseña ondea— por ti suena el clarín;
por ti son las guirnaldas y festones —por ti se apiñan gentes en la orilla;
por ti claman, la inquieta masa a ti se vuelve ansiosa.

¡Escucha, Capitán! ¡Querido padre!
Te pongo el brazo bajo la cabeza;
Un sueño debe ser que en la cubierta
hayas caído frío y muerto.

Mi Capitán no contesta, están sus labios pálidos e inertes;
Mi padre no es consciente de mi brazo, no tiene pulso ya ni voluntad.
El barco sano y salvo ha echado el ancla, el periplo por fin ha concluido;
del azaroso viaje, el barco victorioso regresa logrado el objetivo.

¡Exultad, oh, costas!, y ¡sonad, oh, campanas!
Mas yo, con paso fúnebre recorro
la cubierta donde yace mi Capitán
caído, frío y muerto.

viernes, 23 de julio de 2021

Los Cicerones

El hecho central que se encuentra en cada artículo, entrada de enciclopedia y ensayo sobre Robert Aickman es que se refirió a su ficción como "historias extrañas". Nunca dejó en claro lo que eso significaba. Sin embargo, lea lo suficiente de su trabajo y el término se define a sí mismo.

Lo que hace que una historia sea "extraña", en el sentido de Aickman, es su ambigüedad no resuelta. Los eventos que describe pueden ser el resultado de lo sobrenatural, o explicables en términos cotidianos, o un relato simbólico de conflictos inconscientes; el lector nunca recibe suficiente información para sacar una conclusión definitiva. Esto es lo que hace que los escritos de Aickman sean tan poderosos como incómodos. A los fanáticos de las tramas ordenadas no les gustarán. Es probable que el resto de nosotros seamos absorbidos.

“Los Cicerones” es la perfecta y concisa introducción a Aickman. Un turista británico llamado John Trant está de vacaciones en Bélgica, no por amor a los gofres o por su deseo de poner a prueba sus habilidades holandesas, sino casi por accidente, “porque Bélgica estaba cerca y era tarde en la temporada, y porque nunca había estado allí ". Nos enteramos de que tiene 32 años, es soltero y se ve a sí mismo como bastante normal, excepto quizás en la forma sistemática en que organiza sus viajes. Esto es todo lo que aprendemos sobre Trant, pero es suficiente; tenemos la impresión de un hombre bastante superficial que vive según el reloj. Eso es lamentable para él, porque en las historias de Aickman los horarios bien definidos tienen la costumbre de ir irremediablemente mal.

A lo largo de "Los Cicerones" aparecen tres motivos. Nos los presentan casi de inmediato:

El primero es el silencio . Trant se sorprende repetidamente por lo poco natural que es la catedral, especialmente porque otras iglesias belgas que ha visitado han estado llenas de actividad.

El segundo motivo es el arte . A veces, "Los Cicerones" casi se lee como una serie de extractos de un catálogo de museo, uno en el que las pinturas son predominantemente representaciones medievales de martirios, y gráficos además. La acción también es como la de ver una exposición: detenerse, mirar, seguir.

El tercer motivo es la subjetividad de los puntos de vista . A lo largo de "Los Cicerones", Trant ve cosas que parecen de una manera cuando se ven desde cierto ángulo, pero que resultan ser radicalmente diferentes una vez que cambia de posición. Hay un ejemplo alarmante de esto desde el principio.

Estos motivos pueden dar a los lectores la idea de que algún tipo de orden oculto subyace a los eventos de la historia. Sin embargo, no estoy revelando nada cuando digo que la naturaleza de esta orden no les será revelada. Renuncia a eso antes de entrar.

Además, para señalar la increíblemente obvia: no son cicerones en “La Cicerones,” cuatro de ellos, de hecho. Se experimentan mejor dentro del contexto de la pieza.

Aickman sigue siendo un escritor de culto no solo por la naturaleza inusual de lo que escribió, sino también porque su trabajo es la antítesis de la ficción de terror convencional tal como se ha practicado durante los últimos cuarenta años. Sus historias son sutiles y asumen inteligencia por parte del lector. Aickman permanece fuera de sintonía con las tendencias editoriales comerciales en casi todos los sentidos, y esa es su fortaleza.

Finalmente, me gustaría dejarles con una cita de "Los Cicerones". Captura el tono de esta historia y la de los escritos de Aickman en general:

¿Qué es eso?" preguntó Trant, tomando la iniciativa y señalando. Justo al otro lado de la cripta, como parecía, y ahora visible para Trant por primera vez a través del bosque de columnas de colores, había algo que parecía parpadear y relucir con luz.

“Eso es al final”, respondió el niño. "Estarás allí pronto".


miércoles, 21 de julio de 2021

Robert Aickman

Robert Fordyce Aickman (27 de junio de 1914 - 26 de febrero de 1981) fue un escritor y conservacionista inglés . Como conservacionista, cofundó la Inland Waterways Association , un grupo que ha preservado de la destrucción y restaurado el sistema de canales interiores de Inglaterra . Como escritor, es mejor conocido por su ficción sobrenatural , que describió como "historias extrañas".

El escritor de su obituario en The Times , citado por Mike Ashley , dijo: "... su logro más sobresaliente y duradero fue como escritor de lo que él mismo llama 'cuentos extraños'. Les aportó su inmenso conocimiento de lo oculto, conocimientos psicológicos y una riqueza de antecedentes y caracterización que clasifican sus historias con las de MR James y Walter de la Mare ". El propio Ashley escribió: "Los escritos de Aickman tienen un gusto adquirido como los vinos finos. No tengo ninguna duda de que su trabajo siempre será desconocido para la mayoría de los lectores, y tal vez él lo hubiera querido de esa manera. Escribió lo que y cómo quiso, por expresión, no por popularidad. En otra de sus cartas me dijo: "He recibido una gran estima, pero nunca un gran éxito comercial, y por lo general me pregunto si alguna vez se volverá a publicar algo mío". ... Es asombroso que alguien de la estatura de Aickman tenga dificultades para vender su trabajo. Quizás ahora, demasiado tarde para el beneficio de Aickman, alguien tenga el sentido común de publicarlo ". Desde entonces, esta situación ha sido remediada por un extenso programa de reimpresiones de Aickman 's trabajo de Tartarus Press ,Faber y New York Review Books Classics.

lunes, 19 de julio de 2021

Aeternum

 Esta noche tengo frío, demasiado quizás. Hacía muchos siglos que no sentía nada igual. Ahora no soy más que un ser maldito, un hombre marginado por aquellas mismas personas que en su día me amaron. Por desgracia, y tras sufrir un cruel abandono, me transformé en un alma solitaria que ha vagabundeado entre océanos de brumas. En estos años he visto cómo se destruían las pocas esperanzas que tenía depositadas en la vida. Hace mucho frío, tanto que está sorbiendo hasta el tuétano de mis castigados huesos. Apenas puedo mover ya mis miembros. ¿Qué es la muerte sino un estado transitorio en el que el cuerpo se descompone mientras los gusanos devoran sin piedad cada rincón de las entrañas? Es una liberación para todos, salvo para mí, que reniego de mi pasado. Incluso los niños, las almas más puras que hay bajo el firmamento, no se acercan a mí desde la noche de los tiempos. ¡Yo los maldigo a todos y al que siempre se mostró tan magnánimo con ellos! Maldito sea también mi destino, un castigo que no quisiera ni el criminal más abominable que haya caminado sobre la faz de la tierra. ¿Y del amor? ¿Qué es lo que puedo decir? ¿No tenía acaso derecho a enamorarme de alguien que me salvara de mis pecados? ¡Qué no hubiera dado yo por acariciar los suaves cabellos de una mujer, mientras el viento nos arrastraba hacia el abismo! Ojalá hubiese podido besar la cálida mejilla de un rostro delicado ante el arrebatador sonido de las olas del mar. 

Yo, que tanto amé y que tantos sueños perseguí, ahora no soy más que un pálido recuerdo que se agita inerte sobre la tierra árida que me rodea. De entre todas las mujeres que conocí, sólo hubo una que logró penetrarme en lo más hondo de mi alma. Ella fue la única que no huyó horrorizada de mí, y, a pesar de mi condición inmortal y de que aquella pobre muchacha no pudiera estar a mi lado más que unos años, hicimos un intento desesperado por seguir juntos. Al principio sentí una dicha inmensa y creí que todos los sufrimientos padecidos habían merecido la pena tras descubrir un alma tan pura y noble. 


miércoles, 14 de julio de 2021

La Pata de Palo

Voy a contar el caso más espantable y prodigioso que buenamente imaginarse puede, caso que hará erizar el cabello, horripilarse las carnes, pasmar el ánimo y acobardar el corazón más intrépido, mientras dure su memoria entre los hombres y pase de generación en generación su fama con la eterna desgracia del infeliz a quien cupo tan mala y desventurada suerte. ¡Oh cojos!, escarmentad en pierna ajena y leed con atención esta historia, que tiene tanto de cierta como de lastimosa; con vosotros hablo y mejor diré con todos, puesto que no hay en el mundo nadie, a no carecer de piernas, que no se halle expuesto a perderlas.

Érase que en Londres vivían, no ha medio siglo, un comerciante y un artífice de piernas de palo, famosos ambos: el primero, por sus riquezas, y el segundo, por su rara habilidad en su oficio. Y basta decir que ésta era tal, que aun los de piernas más ágiles y ligeras envidiaban las que solía hacer de madera, hasta el punto de haberse hecho de moda las piernas de palo, co grave perjuicio de las naturales.

Acertó en este tiempo nuestro comerciante a romperse una de las suyas, con tal perfección, que los cirujanos no hallaron otro remedio más que cortársela, y aunque el dolor de la operación le tuvo a pique de expirar, luego que se encontró sin pierna, no dejó de alegrarse pensando en el artífice, que con una pata de palo le habría de librar para siempre de semejantes percances.


sábado, 10 de julio de 2021

El Pie de la Momia

"El Pie de la Momia" (en francés : Le Pied de momie ) es uncuento gótico del escritor francés Théophile Gautier , publicado por primera vez en 1840 . Relata la fantástica historia de un hombre contemporáneo y las aventuras que le sobrevienen cuando se aventura en una tienda de curiosidades parisina y compra el pie de cuatro mil años de la princesa Hermonthis.

Un hombre entra en una tienda de antigüedades y compra un pie momificado que supuestamente perteneció a una princesa egipcia, Hermonthis. Tiene la intención de usar el pie como pisapapeles . Por la noche, ve una visión de la princesa, quien le explica que le han robado el pie y accede a devolverle el pie a cambio de una pequeña estatuilla . La princesa se lo lleva a Egipto, donde conoce a su padre y a varios otros faraones antiguos . El padre de Hermonthis, Xixouthros , está apropiadamente complacido de que el pie de su hija sea devuelto al resto de ella. Xixouthros pregunta qué puede hacer en agradecimiento. El protagonistapide la mano de Hermonthis en matrimonio, que se rechaza, ya que solo tiene 27 años y Hermonthis tiene más de 30 siglos, y se merece a alguien que sea igualmente duradero. El protagonista se despierta abruptamente de este potencial sueño con la llegada de un amigo. Ahora despierto, observa que el pie momificado que estaba sobre su escritorio ha sido reemplazado por la estatuilla.

La historia fue adaptada para televisión como parte de la serie de antología de NBC Television Your Show Time , que se emitió el 11 de febrero de 1949.


Theophile Gautier

Pierre Jules Théophile Gautier (Tarbes, 30 de agosto de 18111​2​–Neuilly-sur-Seine, 23 de octubre de 1872) fue un poeta, dramaturgo, novelista, periodista, crítico literario y fotógrafo francés. Además de su presencia en el romanticismo francés y su proyección en el costumbrismo, se le ha considerado por algunos como fundador del parnasianismo, y precursor del simbolismo y la literatura modernista.

Nació en la población de Tarbes, situada en el departamento francés de Altos Pirineos (Hautes-Pyrénées), en el suroeste de Francia y se mudó a París en su infancia. Al principio quiso ser pintor, pero sus inclinaciones literarias lo llevaron a la poesía. Posteriormente, entabló amistad con Honore de Balzac y Victor Hugo. En el colegio conoció a Gérard de Nerval. Su poesía empezó a desarrollarse a partir de 1826 y comenzó a publicarla en periódicos como La Presse, entre otros. Alrededor de 1830 adoptó las ideas revolucionarias vigentes y vivió de forma bohemia. Llegó a pertenecer al grupo extravagante y excéntrico de artistas de Le Petit Cénacle, al final del periodo junto con Gérard de Nerval, Alejandro Dumas, Petrus Borel, Alphonse Brot, Joseph Bouchardy y Philothée O’Neddy. También recibió la ayuda de Honoré de Balzac, quien le dio trabajo en la Chronique de Paris.

A lo largo de su vida Gautier hizo viajes por España, Italia, Turquía, Egipto y Argelia, que luego reflejó en libros como Constantinopla, Viaje a España, Tesoros del Arte de Rusia o Viaje a Rusia. Su estancia en España, en 1840, al final de la Primera Guerra Carlista tuvo como objetivo cubrir la contienda como periodista, trabajo que consideró humillante. En su equipaje portaba un aparato fotográfico (daguerrotipo) con el que pretendía captar imágenes de su viaje; nada se sabe de los resultados obtenidos, pues al parecer sus intentos fueron infructuosos. La ciudad que más le gustó fue Granada.

Absorto en su trabajo tras la Revolución de 1848, escribió más de cien artículos en nueve meses. Su prestigio fue confirmado al ser nombrado director de la Revue de Paris entre 1851 y 1856. Durante este tiempo llegó ser periodista del Le Moniteur universel y tuvo gran influencia en la revista L’Artiste. En 1865 fue admitido en el prestigioso salón de la princesa Matilde Bonaparte, hija de Jerónimo Bonaparte y sobrina de Napoleón.

Pese a que fue rechazado tres veces por la Academia Francesa, en 1867, 1868 y 1869, fue apoyado por el crítico literario más influyente de la época, Charles-Augustin Sainte-Beuve, quien lo consideró el mejor columnista de prensa del momento.

Gautier perteneció, junto con el poeta Charles Baudelaire y el Dr. Jacques Joseph Moreau, así como muchos otros literatos e intelectuales de su época, al club dedicado a la experimentación con drogas, principalmente hachís, llamado el Club des Hashischins. En un artículo publicado en Revue des Deux Mondes en 1846, Gautier detalló sus experimentos.

Theophile Gautier murió el 23 de octubre de 1872 y fue enterrado en el cementerio de Montmartre, París.