sábado, 17 de febrero de 2018

Antoine de Saint-Exupèry

Antoine Marie Jean-Baptiste Roger Conde de Saint-Exupéry​ (Lyon, 29 de junio de 1900-Isla de Riou, 31 de julio de 1944) fue un escritor y aviador francés, autor de la famosa obra El principito.

Antoine, que pronto quedó huérfano de padre, se crió en el entorno femenino de una familia aristocrática arruinada de la ciudad de Lyon (su madre trabajaba como enfermera). Hizo el bachillerato en 1917 y, tras ser rechazado en la Escuela naval, se hizo piloto cuando estaba cumpliendo el servicio militar en 1921, en Estrasburgo.

A través de su amistad con el también piloto y pionero de la aviación Henry Guillaumet, en 1926 fue aceptado en la compañía Latécoère (la futura Aéropostale y luego germen de Air France), donde a su vez entablaría una larga amistad con otro aviador, en aquel entonces ya considerado un loco héroe francés, Jean Mermoz. Los tres pilotos protagonizarían a lo largo de sus azarosas vidas algunas de las hazañas más conocidas durante los primeros años de la aviación en Europa, Medio Oriente, África, América del Sur y el Océano Atlántico.

Antoine no tardó en integrarse en la escuadrilla de pilotos que cubrían los tramos de “la Línea” que transportaba el correo entre Toulouse, Barcelona, Málaga, Tetuán, Sahara español, hasta los antiguas colonias francesas, en lo que luego sería Senegal. A finales de 1927 fue destinado como jefe de escala a Cabo Juby, entonces bajo administración española, donde inició con cierta constancia su vocación literaria. En 1928 se trasladó a Sudamérica. En 1928 se publicaría Courrier sud y en 1931 Vol de nuit, que le supuso un gran éxito al obtener el premio Femina; ambas giran en torno a sus experiencias como aviador.

En Buenos Aires, donde conoció a quien sería su esposa, la millonaria salvadoreña Consuelo Suncín, fue nombrado director de la empresa Aeroposta Argentina, filial de la Aéropostale, donde tuvo la misión de organizar la red de América. A partir de 1931, la progresiva bancarrota de la Aéropostale puso término a uno de los capítulos más épicos de los pioneros de la aviación, aunque todavía se extenderían sus hazañas hasta la revolución aeronautica provocada por la Segunda Guerra Mundial. Desde 1932, y dadas las dificultades de su empresa, Saint-Exupéry se consagra al periodismo y la escritura. Hace reportajes sobre la Indochina Francesa (hoy Vietnam) en 1934, sobre Moscú en 1935, y sobre España en 1936, previos al inicio de la Guerra Civil en este último país. Sin embargo, no dejó de volar como piloto de pruebas, participando en algunos «raids» o intentos de récords, que en ocasiones se saldaron con graves accidentes, como el ocurrido en la zona del Sahara vecina a Egipto en 1935.


Sus reflexiones sobre el humanismo las recogió en Terre des hommes, publicado en 1939. Ese mismo año, fue movilizado por el ejército del aire, como piloto de una escuadrilla de reconocimiento aéreo, caracterizada por misiones suicidas y estratégicamente absurdas, dado el arrollador avance alemán. Tras el armisticio forzado por la ocupación alemana de Francia, abandonó Francia, y a través de sus agentes literarios se instaló en Nueva York llegando a participar en algunas de la campañas orquestadas para que los norteamericanos entraran en la guerra.

Descontento con su participación pasiva en el conflicto y habiendo sido rechazado sistemáticamente como piloto, por fin, en la primavera de 1944, fue destinado a Cerdeña y luego a Córcega en una unidad de reconocimiento fotográfico del frente alemán en los prolegómenos del desembarco aliado en Provenza. Durante su última misión de reconocimiento, el 31 de julio de 1944, sobre los movimientos de las tropas alemanas en el valle del Ródano poco antes de la invasión aliada del sur de Francia. Ese día, a las 8:45 horas, Saint-Exupéry despegó a bordo de un Lightning P-38 sin armamento de una base aérea en Córcega, con una autonomía de vuelo de 6 horas. No regresaría jamás.

El 30 de diciembre de 1935, después de un viaje de 19 horas y 38 minutos, Saint-Exupéry y su navegador André Prevot se vieron obligados a realizar un aterrizaje forzoso en la parte de Libia del desierto del Sahara, en camino a Saigón. Su avión era un Caudron C-630 Simoun n7041 (matrícula F-ANRY), con el que pretendían batir el récord de tiempo de vuelo de París a Saigón por un premio de 150 000 francos. Ambos sobrevivieron al aterrizaje, pero sufrieron los estragos de la rápida deshidratación en el Sahara, no tenían idea de su ubicación y, según sus memorias, lo único que tenían para alimentarse eran uvas, dos naranjas y una pequeña ración de vino.7​ Experimentaron alucinaciones visuales y auditivas, para el tercer día estaban tan deshidratados que dejaron de transpirar y finalmente, al cuarto día, un beduino en camello los descubrió, y les salvó la vida. El relato Terre des hommes es una referencia a esta experiencia.

Después de 27 meses en América del Norte, Saint-Exupéry regresó a Europa para volar con las Fuerzas francesas libres y luchar con los Aliados en un escuadrón basado en el Mediterráneo. Con 44 años, no solo era más viejo que la mayoría de los hombres en servicio, sino que también sufría dolores, debido a sus múltiples fracturas. Fue asignado con algunos otros pilotos a un escuadrón de cazas bimotor P-38 Lightning, que un funcionario describió como aeronaves "desgastadas por la guerra, sin condiciones de aeronavegabilidad".​ Después de destrozar un P-38 debido a un fallo de motor en su segunda misión, se quedó en tierra durante ocho meses, pero fue reinstalado en misiones de vuelo por el mando aliado norteamericano. En 1943, Charles de Gaulle, afirmó públicamente que Saint-Exupéry apoyaba a Alemania.

La última misión de reconocimiento de Saint-Exupéry fue para recoger información para la inteligencia sobre los movimientos de las tropas alemanas en el valle del Ródano y sus alrededores antes de la invasión aliada del sur de Francia, conocida como Operación Dragoon. El 31 de julio de 1944, a las 8:45 horas, despegó a bordo de un Lightning P-38 sin armamento de una base aérea en Córcega, con una autonomía de vuelo de 6 horas.

Como no regresó, a las 13:00 el capitán René Gavoille (comandante de la escuadra), advirtió a los radares acerca de la desaparición de Saint-Exuperý.​ A las 14:30, el avión se dio por desaparecido.​ El 1 de agosto, una mujer informó haber visto un accidente aéreo alrededor del mediodía, cerca de la bahía de Carqueiranne junto a Tolón. Un cadáver sin identificar que llevaba insignias francesas fue encontrado varios días después al este del archipiélago Frioul al sur de Marsella y enterrado en Carqueiranne en septiembre.

El 7 de septiembre de 1998,12​ un pescador llamado Jean-Claude Antoine​ Bianco​ encontró, a media milla náutica (927 metros) al este de la isla de Riou (unos 20 km al sureste de Marsella), una pulsera de plata de identidad (gourmette) con el nombre de Saint-Exupéry y de su esposa Consuelo9​ y sus editores, Reynal y Hitchcock, enganchado a un trozo de tela, probablemente de su traje de vuelo.

El 23 de mayo de 2000, un buzo llamado Luc Vanrell encontró los restos de un P-38 Lightning esparcidos en el fondo del mar a media milla náutica (927 metros) al este de la isla de Riou, cerca de donde se había encontrado el brazalete. Los restos del avión se recuperaron el 3 de octubre de 2003.​ El 7 de abril de 2004, investigadores del Departamento de Arqueología Subacuática confirmaron que los restos del avión encontrados eran, ciertamente, los del Lightning P-38 F-5B de reconocimiento de Saint-Exupéry. No se encontraron marcas o agujeros atribuibles a disparos. Sin embargo, esto no fue considerado significativo, ya que solo se recuperó una pequeña parte de la aeronave.​ En junio de 2004, los fragmentos fueron entregados al Museo del Aire y del Espacio en Le Bourget.

La ubicación del lugar del accidente y el brazalete está a menos de 80 km por mar de Carqueiranne, donde se encontró el cadáver de un soldado francés desconocido, por lo cual es posible, aunque no se ha confirmado, que ese fuese el cadáver de Saint-Exupéry, que fue llevado hasta ahí por las corrientes marinas tras el accidente.

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