Leopoldo Antonio Lugones (Villa de María del Río Seco, Córdoba, 13 de junio de 1874 - San Fernando, Buenos Aires, 18 de febrero de 1938) fue un poeta, ensayista, cuentista, novelista, dramaturgo, periodista, historiador, pedagogo, docente, traductor, biógrafo, filólogo, teósofo, diplomático y político argentino. Junto con Rubén Darío fue el principal exponente del modernismo hispanoamericano. Su obra poética es considerada como la inauguración en lengua castellana de toda la poesía moderna propiamente dicha, además del inicio de todas las experiencias y experimentos de la poética moderna en idioma español. Fue el primero en hacer uso del verso libre en la historia de la literatura hispánica. Con sus cuentos se transformó en el precursor y uno de los pioneros de la literatura fantástica y de ciencia ficción en Argentina. También fue uno de los primeros escritores de habla hispana en producir microrrelatos. En Argentina, la fecha de su nacimiento es considerada el día del escritor.
Leopoldo Lugones nació el 13 de junio de 1874 en la localidad de Villa de María del Río Seco, ubicada en el norte de la provincia de Córdoba. Era el primogénito de Santiago M. Lugones y Custodia Argüello. Su padre, hijo de Pedro Nolasco Lugones, regresaba de la Ciudad de Buenos Aires a Santiago del Estero cuando conoció a Custodia Argüello al detenerse en Villa de María, localidad que era en ese entonces disputada entre las provincias de Santiago del Estero y Córdoba. Fue su madre quien le enseñó a Leopoldo las primeras letras y fue responsable de una formación católica muy estricta.
Cuando Lugones tenía seis años y luego del nacimiento del segundo hijo del matrimonio Santiago Martín Lugones (1878, Villa de María del Río Seco), la familia se trasladó a la ciudad de Santiago del Estero y más tarde a Ojo de Agua, una pequeña villa situada en el sur de la provincia de Santiago del Estero cerca del límite con la provincia de Córdoba, donde nacieron los dos hermanos menores del poeta: Ramón Miguel Lugones (1880, Santiago del Estero), y el menor de los cuatro hermanos, Carlos Florencio Lugones (1885, en Ojo de Agua, Santiago del Estero). Más tarde sus padres lo enviaron a cursar el bachillerato en el Colegio Nacional de Monserrat, en Córdoba, donde vivió con su abuela materna Rosario Bulacio. En 1892 su familia se trasladaría a esa ciudad y en esa época comenzó a realizar sus primeras experiencias en el campo del periodismo y la literatura.
Contrajo matrimonio en la Ciudad de Córdoba con Juana Agudelo y en 1896 se trasladó a Buenos Aires. En 1897 nació su único hijo, Leopoldo Polo Lugones, a quien José Félix Uriburu nombraría Comisario Inspector de la Policía durante su dictadura, tarea que realizó sin pertenecer a la fuerza de seguridad y con el único antecedente de haber sido Director de un Instituto de menores durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear.
En 1898 Mariano de Vedia le presentó al presidente Julio Argentino Roca, quien en ese momento iniciaba su segundo mandato al frente del Poder Ejecutivo Nacional. En 1906 y 1911 realizó viajes a Europa, travesías entonces consideradas imprescindibles en la élite intelectual porteña.
La actividad literaria y política de Lugones comienza en Córdoba, con su incursión como periodista en El Pensamiento Libre, publicación considerada atea y anarquista, y participa en la fundación del primer centro socialista en esa ciudad. En esa época publica poesía con el seudónimo de «Gil Paz». Poco después, ya en Buenos Aires, se une al grupo socialista que integran, entre otros escritores, José Ingenieros, Alberto Gerchunoff, Manuel Baldomero Ugarte y Roberto Payró y escribe de manera esporádica para varios medios, entre los que se cuentan el periódico socialista La Vanguardia, y el periódico roquista Tribuna. En Buenos Aires, generó constante polémica no tanto por su obra literaria sino por su protagonismo político, que sufrió fuertes virajes ideológicos a lo largo de su vida, pasando por el socialismo, el liberalismo, el conservadurismo y el fascismo.
En esta época conoce a Rubén Darío, quien tendría importante influencia en su obra y cuyo prestigio le facilitaría el ingreso al diario La Nación. En 1897 Lugones publica su primer libro, Las montañas del oro, de estilo inspirado en el simbolismo francés. Algunos capítulos de este libro habían sido publicados en una revista dirigida por Paul Groussac llamada La Biblioteca. En 1898 se adhirió a la Sociedad Teosófica, en la llamada «Rama Luz», sección de la que dos años más tarde es elegido Secretario General. Su interés por el ocultismo y la teosofía comenzó desde muy joven, cuando aún vivía en Córdoba.8 Entre 1898 y 1902 escribió cuatro ensayos («Acción de la teosofía», «Nuestras ideas estéticas», «Nuestro método científico» y «El objeto de nuestra filosofía») para las revistas Philadelphia (Buenos Aires) y Sophia (Madrid) en donde expone las principales ideas teosóficas sobre la ciencia, el arte y la filosofía. Además, es posible encontrar la influencia de la teosofía en varias de sus obras, como en El Payador (1913-1916), Prometeo, un proscripto del sol (1910) o Elogio de Ameghino (1915).
El 13 de noviembre de 1899 adhirió a la masonería al iniciarse en la Logia Libertad Rivadavia N° 51. En 1903 es expulsado del socialismo al apoyar la candidatura conservadora de Manuel Quintana para la presidencia de la República.
En 1905 publica Los crepúsculos del jardín, obra cercana al modernismo y recoge también las tendencias de la literatura francesa, en particular el simbolismo, estilo que se profundizaría con su celebrado Lunario sentimental publicado en 1909. Experimenta con cuentos de misterio en 1906 con su obra Las fuerzas extrañas; libro que también muestra la afición de Lugones al ocultismo y a las ideas teosóficas. Este libro junto con Cuentos fatales (1926) son considerados precursores de la narrativa breve en la Argentina, que tendrá una vasta tradición a lo largo de todo el siglo XX.
De regreso de sus experiencias europeas, Lugones publica su ensayo Historia de Sarmiento (1911). En 1913 pronuncia en el Teatro Odeón una serie de conferencias, titulada «El Payador», ante la presencia, entre otros personajes ilustres, del entonces presidente Roque Sáenz Peña; el tema principal de las conferencias (recopiladas y publicadas en 1916) era el poema gauchesco Martín Fierro y la exaltación de la figura del gaucho como paradigma de nacionalidad. En la obra de Domingo Faustino Sarmiento y de José Hernández, Lugones encuentra lo que él llama «la formación del espíritu nacional»: «Facundo y Recuerdos de provincia son nuestra Ilíada y nuestra Odisea. Martín Fierro nuestro Romancero.» (Historia de Sarmiento, Leopoldo Lugones, 1911). La consideración del Martín Fierro como emblema de la literatura argentina se debe, en gran medida, a la interpretación de Lugones sobre la influencia de esta obra en la formación de una identidad cultural.
En 1915 asume como director de la Biblioteca Nacional de Maestros, cargo en el que se desempeña hasta su muerte. En 1920 comienza a advertirse un giro hacia las ideas nacionalistas con la publicación de un libro de doctrina política, Mi beligerancia. Al año siguiente publica una obra que puede considerarse de divulgación científica, El tamaño del espacio y en 1922, en un retorno al simbolismo, publica Las horas doradas. En 1923 pronuncia una conferencia en el teatro Coliseo de Buenos Aires, titulada «Ante la doble amenaza», que le reporta un inmediato repudio de parte del espectro político democrático. En esa ocasión el dirigente socialista Alfredo Palacios lo califica de chauvinista.
En 1924 recibe el Premio Nacional de Literatura y en 1928 preside la Sociedad Argentina de Escritores. Ya en esa época era un ferviente impulsor de las tendencias fascistas que caracterizaban a parte de los militares argentinos. Lugones es un importante propagandista del golpe militar protagonizado por José Félix Uriburu el 6 de septiembre de 1930, que derroca de la presidencia al caudillo radical Hipólito Yrigoyen. Su estrecha relación con el régimen instaurado ese año le vale el rechazo de los círculos intelectuales porteños.
A pesar de su adhesión al nacionalismo autoritario desde la década de 1920, Lugones se opuso al antisemitismo mientras muchos intelectuales destacados lo profesaban abiertamente. En 1935 escribe el prólogo la edición argentina del libro «La mentira más grande de la historia: los protocolos de los sabios de Sion», de Benjamin W. Segel (Ediciones D.A.I.A., Buenos Aires 1936). La obra denuncia como fraude el célebre panfleto antisemita conocido como Protocolos de los Sabios de Sion.
El 18 de febrero de 1938 se quitó la vida en un recreo del Delta de San Fernando, llamado «El Tropezón», al ingerir cianuro de potasio con whisky. Una de las teorías sobre la causa de su muerte es que Lugones estaba muy enamorado de una muchacha que conoció en una de sus conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras. Mantuvo con ella una relación sentimental y apasionada. Descubierto y presionado por su hijo, debió abandonarla. Esto lo habría precipitado en un declive depresivo que acabaría así con su vida.
Sus descendientes no han escapado a este signo trágico. Su hijo Leopoldo Lugones, comúnmente llamado «Polo», se suicidó en 1971. Su nieta, Susana «Pirí» Lugones, fue detenida y desaparecida en diciembre de 1978 por el terrorismo de Estado que impuso la última dictadura cívica-militar desde 1976 hasta 1983. Tuvo otra nieta, Carmen, a quien llamaba Babú. Uno de los hijos de Pirí, Alejandro, se suicidó, al igual que su bisabuelo, en Tigre. Esto conforma un destino familiar trágico, curiosamente muy parecido al de la estirpe de Horacio Quiroga, amigo y admirador de Leopoldo Lugones.
En Argentina el 13 de junio es considerado el día del escritor: tal fecha fue instituida por la Sociedad Argentina de Escritores como homenaje al natalicio de Leopoldo Lugones.
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