
En mayo de 1852 Margaret contrajo matrimonio con su primo, Frank Wilson Oliphant, en Birkenhead, estableciéndose en Harrington Square, Londres. Su marido, artista especializado en vidrieras, era persona enfermiza, y sus seis hijos e hija heredaron su delicada salud, muriendo dos de ellos en la infancia. Al declarársele los primeros síntomas de tuberculosis, la familia, necesitando cambiar de clima, se mudó, en 1859, primero a Florencia, Italia, y más tarde a Roma, donde Frank acabó falleciendo. Margaret quedó sin recursos y retornó a Inglaterra, tomando a su cargo la manutención de los tres niños que habían sobrevivido, sólo mediante su actividad literaria.
Con el tiempo, logró hacerse escritora muy popular, y trabajó con extrema laboriosidad para mantenerse en su posición. Su vida familiar, sin embargo, fue muy infortunada. En enero de 1864 moría su única hija en Roma, siendo enterrada en la tumba del padre. Su hermano, que había emigrado a Canadá, se vio envuelto poco después en una quiebra que le llevó a la ruina; Margaret entonces le ofreció cobijo a él y a sus hijos, añadiendo una nueva carga a las muchas ya existentes.
En 1866 se estableció en Windsor, Berkshire. Esta fue su residencia hasta el final de sus días; durante treinta años se mantendría literariamente en la brecha, pese a que fueron acumulándose las desgracias familiares. Su hijo mayor, Cyril Francis, escritor, murió en 1890, dejando una Vida de Alfred de Musset, que la madre incorporó a su propia obra Foreign Classics for English Readers. El hijo menor, Francis ("Cecco"), colaboró con ella en Victorian Age of English Literature y consiguió colocarse en el British Museum, pero murió pronto, en 1894. Este golpe fue muy duro para Oliphant, que perdió interés por la vida; su salud declinó rápidamente. Murió en Wimbledon, Londres, el 25 de junio de 1897.
En los años 80 del siglo XIX había sido mentora literaria de la novelista irlandesa Emily Lawless.
No hay comentarios:
Publicar un comentario