viernes, 30 de agosto de 2024

El Osito de Peluche del Profesor

El Osito de Peluche del Profesor (The Professor's Teddy-Bear) es un relato de vampiros del escritor norteamericano Theodore Sturgeon (1918-1985), publicado originalmente en la edición de marzo de 1948 de la revista Weird Tales.

Es uno de los cuentos de Theodore Sturgeon más importantes, relata la historia del osito de peluche de un niño, quien engendra en él deseos malignos y de algún modo le permite ver las terribles acciones que llevará a cabo en su vida futura. Este relato de Theodore Sturgeon narra la historia de Jeremy, un niño de 4 años que tiene un osito de peluche al que llama "monstruo" que se alimenta de la sangre de Jeremy. Jeremy usa sus poderes para causar accidentes a personas en sus sueños, lo que satisface el hambre del monstruo. Al final, Jeremy tiene un sueño donde da una conferencia y se obsesiona con una estudiante llamada Patchell.


lunes, 26 de agosto de 2024

Theodore Sturgeon

Theodore Sturgeon (nacido Edward Hamilton Waldo; Staten Island, 26 de febrero de 1918-8 de mayo de 1985) fue un escritor de ciencia ficción estadounidense.

Nació en una familia de clase media; a los nueve años (1927) sus padres se divorciaron. Su madre, Christine, poetisa anglocanadiense trabajaba dando clases de literatura y después de divorciarse, contrajo segundas nupcias con William Sturgeon, un profesor de inglés; este enlace permitió que el joven Edward Hamilton Waldo, cambiara su apellido al del nuevo cónyuge de su madre y el nombre por el de Theodore que compaginaba mejor con su apodo, «Ted».

Cuando era adolescente, Sturgeon quería ser acróbata de circo pero tuvo un episodio de fiebre reumática que lo imposibilitó. De 1935 a 1938 fue marinero de la marina mercante. Vendió su primera historia en 1938 al periódico "McClure's Syndicate", ​el cual compró muchas de sus primeras obras (no fantásticas). Su primera aparición en el género de la ciencia ficción fue con "Ether Breather" en Astounding Science Fiction. Al principio escribió historias cortas, principalmente en revistas del género tales como Astounding y Unknow|n, pero también para publicaciones de interés general tales como Argosy. Utilizó el seudónimo "E. Waldo Hunter" cuando dos de sus historias se publicaron en el mismo número de Astounding. Pocas de sus primeras obras fueron firmadas como "Theodore H. Sturgeon". Una vez escribió una novela para Ellery Queen, The Player on the Other Side (Random House, 1963).

Gran parte de la obra de Sturgeon es poética, incluso elegante. Se le reconoce por usar una técnica conocida como prosa rítmica, en la cual su texto de prosa caería dentro de una métrica estándar. Esto tiene el efecto de crear un cambio repentino en el ánimo del texto, usualmente sin alertar al lector.

Su novela más famosa, "Más que humano" (1953) ​ganó varios reconocimientos académicos, particularmente en Europa, donde fue vista como una obra de elevada calidad.

Sturgeon escribió guiones para algunos episodios de Star Trek como Shore Leave (1966) y Amok Time (1967, publicados más tarde en formato impreso en 1978). Este es conocido también por la invención del Pon Farr, el ritual de apareamiento Vulcan. También escribió numerosos episodios de Star Trek que no fueron producidos. Uno de esos fue notable por haber introducido por primera vez el concepto de Primera Directiva. También escribió uno del show matutino de los sábados Land of the Lost, "The Pylon Express", en 1975. Dos de las historias de Sturgeon fueron adaptadas para The New Twilight Zone.​ Una de ellas, "A Saucer of Loneliness", se emitió en 1986, dedicada en conmemoración suya. Su novela de 1944, Killdozer, fue la inspiración para unas películas de 1970 hechas para televisión, un libro de historietas de Marvel y el nombre de una banda de rock alternativo.

Sturgeon fue bien conocido entre los lectores de las antologías de ciencia ficción clásicas (en la cima de su popularidad en los años '50 fue el autor vivo con más antologías) y muy respetado por la crítica. John Clute escribió en The Encyclopedia of Science Fiction:

"Su influencia en escritores como Harlan Ellison y Samuel R. Delany fue seminal, y su vida y trabajo representaron una influencia poderosa para la ciencia ficción de los Estados Unidos de la postguerra"

A pesar de ser un desconocido por el público en general y ganar comparativamente pocos premios (sus mejores obras fueron publicadas antes del establecimiento y consolidación de los premios y reconocimientos de renombre, mientras que sus últimas producciones fueron pocas y pobres, la calidad de su prosa como lo original de sus planteamientos fue la influencia para muchos escritores famosos como Ray Bradbury, Samuel R. Delany y Kurt Vonnegut, Jr.. Kurt Vonnegut dejó en claro que su personaje Kilgore Trout estaba basado en Theodore Sturgeon.

viernes, 23 de agosto de 2024

La Viejecita de las Galletas

La Señora de las Galletas (The Cookie Lady) —a veces traducido al español como "La Viejecita de las Galletas"— es un relato de vampiros del escritor norteamericano Philip K. Dick (1928-1982), publicado originalmente en la edición de junio de 1953 de la revista Fantasy Fiction, y luego reeditado en la antología de 1955: Un puñado de oscuridad (A Handful of Darkness). Es uno de los cuentos de Philip K. Dick menos conocidos, relata la historia de Bernard "Bubber" Surle, un muchacho que disfruta visitar a la señora Drew, una viuda solitaria que le hornea galletas. Todos los días, después de la escuela, Bernard pasa sus tardes con la señora Drew, quien comienza a experimentar una transformación inquietante: lentamente comienza a rejuvenecer, mientras que el muchacho regresa a casa cada día más agotado y consumido.

En este sentido, "La señora de las galletas" de Philip K. Dick aborda el tema del vampirismo de forma muy eficaz. En efecto, la señora Drew es una vampiresa, pero no una tradicional, sino un vampiro energético, a veces llamados vampiros psíquicos o vampiros emocionales; en este caso, capaz de reducir a sus víctimas a una simple mota de polvo en el viento.

Un niño levemente obeso es rechazado por sus compañeros de escuela y busca refugio en la casa de una viejecita bondadosa que le ofrece galletas a cambio de su compañía y unos momentos de lectura que hace el chico, mientras el niño se encuentra en la casa de la anciana, ella se siente rejuvenecida, recobrando las energías perdidas. Siempre que el niño regresa a su propia casa es regañado por sus padres pues no ven bien que su hijo pase tiempo con una anciana que además contribuye al mantenimiento del peso del crío. Por lo que le prohíben seguir yendo a la casa de su avejentada amiga, sus padres lo sentencian con una última visita a la viejecita con fines aclaratorios y de despedida. El niño regresa por última vez a la casa de su amiga, se despide de la tierna anciana, mientras que ella le pide que le lea por última vez, ella hornea galletas y se las ofrece al niño, apoya su mano sobre su brazo y comienza a sentirse joven de nuevo, el niño se despide y se dirige a su hogar pero se siente más cansado con cada paso que da. En la casa de la anciana ahora vive una joven mujer, feliz. En la casa del niño el padre sale a la puerta preguntándose porqué tardara tanto su hijo en llegar, le parece ver una sombra a la entrada del hogar pero parece que sólo es polvo.

Es un encuentro de la glotonería del pequeño Bubber y todo aquello que le provoca a una mujer mayor, quien se rejuvenece cada que el niño las degusta. Detrás de la puerta conlleva a las implicaciones de un reloj cuco que atiende a las curiosidades de Doris y Larry. Este último no espera por dónde va a alcanzarlo. Los objetos antiguos guardan terribles sorpresas.


viernes, 16 de agosto de 2024

La Multitud

La Multitud (The Crowd) es un relato fantástico del escritor norteamericano Ray Bradbury (1920-2012), publicado originalmente en la edición de mayo de 1943 de la revista pulp Weird Tales, y luego reeditado en la antología de 1947: Carnaval oscuro (Dark Carnival).

La multitud, uno de los grandes cuentos de Ray Bradbury, examina la fascinación del ser humano por lo macabro, lo mórbido: esa irresistible atracción por el dolor del otro; como cuando nos sentimos impulsados a observar los restos de un accidente automovilístico al costado del camino. En este sentido, La multitud plantea esa inquietante verdad universal: cuando se trata de una tragedia ajena rápidamente nos convertimos en multitud, a veces piadosa, es cierto, pero siempre sedienta, anónima, ávida de detalles; cuánto más perturbadores, mejor.

¿Pero qué tal si la multitud que se reúne en torno a los accidentes no es, en definitiva, una reunión caprichosa, casual, de transeúntes que pasaban por ahí, sino un grupo perfectamente organizado?

Ray Bradbury empezó su cuento "La multitud" con el accidente de coche que sufre el señor Spallner, el protagonista de esta inquietante historia. El señor Spallner no atropella a nadie, pero apenas sale del hospital es testigo de dos atropellos antes de sufrir él mismo un «accidente», que le lleva al punto de partida como preparación para el escalofriante final de esta historia. Porque el señor Spallner se ha dado cuenta de algo que hubiese hecho mejor en dejar pasar de largo, algo sobre esta multitud que se reúne siempre en torno a los accidentados:

«Sé por qué están aquí —pensó Spallner—. Están aquí como están en todos los accidentes. Para asegurarse de que vivan los que tienen que vivir y de que mueran los que tienen que morir».

Antes de que el señor Spallner apareciese en escena dentro de la imaginación de Ray Bradbury, lo primero que existió de este relato fue su título, una promesa incierta trazada en un listado de palabras (El esqueleto, El enano, La feria, La multitud, etc) según el peculiar método que tenía Bradbury para atraer la inspiración. Comenta al respecto en su entrevista con James Day:

"Lo que tratas de hacer como una persona creativa es sorprenderte a ti mismo, averiguar quién eres realmente y tratas de no mentir, de decir la verdad todo el tiempo. Y la única manera de hacer todo esto es ser muy activo, y muy emocional y sacarlo de dentro de ti, hacer listas con las cosas que odias y con las que amas, entonces escribes sobre ellas, intensamente."

Realmente, según cuenta el propio Bradbury en su ensayo Date prisa, no te muevas, o la cosa al final de la escalera, o nuevos fantasmas de mentes viejas (1986), publicado en Zen en el arte de escribir (2005) la elaboración de estas listas empezó de una manera totalmente intuitiva, como «provocaciones» para estimular la imaginación sobre ciertas cuestiones, pero pronto comprendió que las historias que iban surgiendo de cada una de las palabras de esas listas estaban íntimamente conectadas con sus pasiones, miedos y obsesiones. Como no podía ser de otra manera. Lo que llamamos inspiración es siempre un momento de revelación, y lo que se revela siempre es una verdad íntima que nos asalta en la contemplación del mundo que nos rodea. Y en ese mundo, las palabras son el puente que nos traslada de lo visible a lo invisible y viceversa. Bradbury, con su método de elaborar listas de palabras, propone un juego en el que la libre asociación de la imaginación sorprenda al orden lógico que, de manera subterránea, habita en ella. Y el elemento de sorpresa siempre es el más importante para él:

"Cuanto más pronto se suelte uno, cuanto más deprisa escriba, más sincero será. En la vacilación hay pensamiento. Con la demora surge el esfuerzo por un estilo; y se posterga el salto sobre la verdad."

Ray Bradbury debió sentir la presencia del más profundo abismo ante él cuando, años antes de escribir este cuento, contempló aquel accidente donde varios inocentes murieron ante sus ojos sin que nadie pudiese impedirlo. La presencia desnuda de la muerte como un hecho definitivo que se abate accidentalmente sobre cualquiera pone en jaque todo intento de comprensión que queramos hacer de ella. Es en momentos así cuando las palabras pierden todo su sentido, y una vez que esta visión cruda nos penetra, se queda con nosotros obligándonos a seguir a pesar de lo que sabemos y precisamente por eso mismo. Y una de las mejores maneras que tenemos de seguir es recuperando el hilo de nuestra voz para espantar el indiferente silencio de las sombras entre las que nos movemos. Y así, al cabo de los años, como en el caso de Ray Bradbury y La multitud, lo que una vez fue un trauma que nos aturdió y nos hizo chocar con los árboles puede convertirse en una historia que, dentro del horror, nos consuela porque ciertos signos presentes en el origen anticipaban la posibilidad de un sentido trascendente que al fin hemos sabido ver.


miércoles, 14 de agosto de 2024

El Misántropo

El Misántropo (The Misanthrope) es un relato fantástico del escritor inglés J.D. Beresford (1873-1947), publicado en la antología de 1918: Diecinueve impresiones (Nineteen Impressions).

Es uno de los mejores cuentos de J.D. Beresford, relata la historia de un hombre que se recluye en una isla para evitar cualquier tipo de contacto con otro ser humano, aunque no con demasiado éxito.

Este aislamiento es casi un hecho anecdótico en El misántropo de J.D. Beresford, ya que detrás de la misantropía del protagonista, de su odio por la humanidad, subyace un inquietante elemento fantástico: debido a un extraño defecto visual, el protagonista es capaz de ver la verdadera naturaleza de los demás.

La mezquindad, los rencores, la miseria humana, le son tan perceptible como los rostros que la enmascaran. Lo que a simple vista es un hombre normal, incluso un buen hombre, se revela como una criatura estúpida, cuando no directamente malvada. Asqueado, el misántropo se encierra en su pequeña realidad insular. Sin embargo, en él permanece una duda estremecedora: ¿qué secretas miserias serían capaces de revelarle su propio reflejo?


Fuente:

https://elespejogotico.blogspot.com/2009/07/el-misantropo-jd-beresford.html


martes, 13 de agosto de 2024

John Davys Beresford

John Davys Beresford (17 de marzo de 1873 - 2 de febrero de 1947) fue un escritor inglés, ahora recordado principalmente por sus inicios de ciencia ficción y algunas historias cortas de los géneros de historias de terror y de fantasmas. Beresford era un gran admirador de HG Wells y escribió el primer estudio crítico sobre Wells en 1915. Su novela Wellsiana The Hampdenshire Wonder (1911) fue una gran influencia para el autor Olaf Stapledon. Sus otras novelas de ciencia ficción incluyen El enigma de la torre, sobre una sociedad distópica parecida a una colmena.

Su padre, John James Beresford (1821 – 1897), era clérigo en Castor, ahora en Cambridgeshire, cerca de Peterborough. Su madre fue Adelaide Elizabeth Morgan (1837-1902). J.D. Beresford sufrió una parálisis infantil que lo dejó parcialmente discapacitado. Fue educado en Oundle.

Después de formarse para ser arquitecto, se convirtió en escritor profesional, primero como dramaturgo y periodista. Durante los primeros años de su edad adulta, rechazó el teísmo de su padre y se convirtió en un agnóstico "decidido pero a la defensiva". Combinó una vida en el Londres literario eduardiano con un tiempo pasado en las provincias, en particular en Cornualles, donde DH Lawrence tuvo una estadía prolongada en su cabaña de Porthcothan. Más adelante en su vida, Beresford abandonó su agnosticismo anterior y se describió a sí mismo como teósofo y pacifista.

Beresford también estaba interesado en la psicología y asistió a varias reuniones organizadas por Alfred Richard Orage para discutir cuestiones psicológicas. Otros asistentes a estas reuniones fueron Havelock Ellis, Clifford Sharp, David Eder y Maurice Nicoll.

Beresford también contribuyó a numerosas publicaciones; Además de ser crítico de libros para The Manchester Guardian, también escribió para New Statesman, The Spectator , Westminster Gazette y la revista teósofa The Aryan Path. En un momento, a Beresford le ofrecieron la dirección de la revista pacifista Peace News, pero la rechazó porque afirmó que "sería un mal editor".

El interés de Beresford por el espiritismo y la filosofía puede ilustrarse mejor con las notas del editor a su novela On A Huge Hill:

"Los lectores del señor Beresford saben desde hace tiempo que para él hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que sueña la filosofía médica oficial. Ha utilizado su habilidad de novelista para convencer al lector sensible de que la era de los milagros no ha terminado y que , en determinadas circunstancias, el espíritu puede ejercer lo que nos parecen poderes milagrosos sobre la sustancia del cuerpo. Esto lo hizo en 'El milagro de Camberwell' y 'Peckover' y en esta absorbente novela vuelve al tema, con el; estudio de un hombre que se prepara para convertirse en un gran sanador".

Dorothy L. Sayers cita el ensayo de Beresford "Writing Aloud" en su libro sobre teología, Mind of the Maker. Ella también lo menciona de pasada en ¿Cuyo cuerpo?.

George Orwell lo describió en 1945 como un "novelista natural", cuyo punto fuerte, particularmente en Un candidato a la verdad, era su capacidad para tomar en serio los problemas de la gente corriente.

Elisabeth Beresford (1926-2010), escritora infantil y creadora de The Wombles, era su hija. A través de su hijo, el escritor Marc Brandel (Marcus Beresford), es bisabuelo de los actores estadounidenses Griffin Newman y James Newman.

Estuvo casado dos veces, primero con Florence Linda Brown (1870 – 1916) y luego con Eveline "Trissy" Beatrice Auford Roskams (1880 – 1975).


viernes, 9 de agosto de 2024

El Idolo de las Moscas

El Ídolo de las Moscas (The Idol of the Flies) es un relato de terror de la escritora norteamericana Jane Rice (1913-2003), publicado originalmente en la edición de junio de 1942 de la revista Unknown Worlds, y luego reeditado por Alfred Hitchcock en la antología de: Historias que mi madre nunca me contó (Stories My Mother Never Told Me). El Ídolo de las Moscas, sin lugar a dudas uno de los mejores cuentos de Jane Rice, relata la historia de Pruitt, un niño malcriado que tiene el pernicioso hábito de invocar regularmente a Asmodeo. Si existiera un subgénero del terror dedicado exclusivamente a los niños malignos, Pruitt, el protagonista de El Ídolo de las Moscas de Jane Rice, sería el más demoníaco de todos.

Pruitt es un niño huérfano que vive con su tía, enferma y extremadamente ingenua. Su tutora, la señorita Bittner, tiene algunos problemas de audición, y un miedo mortal a las moscas. El chico, hay que decirlo con claridad, es un pequeño monstruo, vicioso y sádico. Entre sus actividades preferidas está la tortura de animales, como empalar pequeños lagartos y arrancarle las alas a las moscas para luego agregarlas a la limonada de la señorita Bittner. Entre otras simpáticas bromas juveniles, le rompe la espalda a la cocinera, colocando una cuerda en la escalera del sótano, e intenta asfixiar a su tía colocando cáscaras de nuez en la preparación de sus galletas favoritas. Ciertamente es eficaz a la hora de planear sus tropelías. Muy eficaz; de hecho, ha planeado tan cuidadosamente el asesinato de sus padres que nadie ha sospechado de él.

Ahora bien, Pruitt ha creado una especie de culto exclusivo al mal, representado en una estatuilla con forma de mosca, a la cual le reza diariamente. Esta entidad, el Ídolo de las Moscas, al parecer responde a esa adoración ayudándolo en sus diabólicos planes. No obstante, cada vez que le reza a la estatuilla, Pruitt entra en una especie de trance, de ensueño, donde intenta atrapar unas criaturas oníricas con forma de renacuajo (ver: Vermifobia: gusanos y otros anélidos freudianos en la ficción). Y un día lo hace. Entonces se nos revela que el culto infantil al Ídolo de las Moscas ha despertado la atención de Belcebú, el señor de las moscas.

Pruitt y las moscas que adora destruyen el equilibrio ecológico del hogar. En efecto, la presencia intrusiva y violenta de Pruitt no solo evidencia el nacimiento de un joven psicópata emergente que usa moscas para aterrorizar a las mujeres en el hogar, sino de la ausencia de herramientas en los adultos para enfrentarse al mal cuando su intérprete es un niño (ver: Horror Doméstico: cuando lo desconocido se cuela por las grietas de lo cotidiano)

En cierto modo, El Ídolo de las Moscas de Jane Rice es una inversión del relato clásico de Saki: Srendi Vashtar (Srendi Vashtar), donde un niño frágil y sensible crea una religión personal para escapar del dominio de su tía solterona. Aquí, Pruitt no es exactamente un amante de los animales ni es frágil. Su religión personal no se centra en un hurón cautivo, sino en un fetiche hecho de cera y alquitrán que mantiene escondido en un cobertizo, y su crueldad se extiende a los humanos que trabajan para su rica pero débil tía. Los actos de Pruitt son tan aberrantes que incluso ofenden a la entidad demoníaca que adora intuitivamente, y es destruido por ella, con la colaboración de los insectos y otras pequeñas criaturas que ha estado torturando.

La maldad de Pruitt no parece tener causa. En cierto punto imaginamos que sus actos constituyen un exagerado acto de rebeldía por la muerte de sus padres, pero luego nos enteramos que él mismo ha sido la causa de su muerte. Este es, quizás, el aspecto más interesante de El Ídolo de las Moscas: la posibilidad de que un niño esté genéticamente predestinado a convertirse en un psicópata. En contraste, los adultos que conforman el mundo de Pruitt parecen estar ciegos ante esas tendencias. Bueno, no todos. La cocinera y el jorobado saben perfectamente de lo que es capaz. Ambos extremos, el mal y la inocencia, parecen necesitarse mutuamente para existir.

Por momentos, la prosa de Jane Rice es cruda y sofisticada al mismo tiempo, y esa combinación funciona a la perfección. Cuando uno se va acostumbrando a su estilo, de repente irrumpen párrafos extraordinarios que cortan la respiración, y que en cierta forma cierran los presagios que la autora ha dejado ocultos aquí y allí: la artimaña con la limonada, las reflexiones de la señora Bittner, las cáscaras en las galletas, la muerte de los padres de Pruitt, la trampa para la cocinera. Jane Rice deja un rastro de migas que permite que la realización de cada pequeño crimen de Pruitt tenga mayor impacto.

Lo que eleva al El Ídolo de las Moscas por encima de todo eso, sin embargo, es el ritual imaginario de Pruitt, el cual termina invocando a Asmodeo durante este trance, este estado de ensoñación, que Pruitt llama tiempo de no pensar. La naturaleza viscosa y sensible de los pensamientos que Pruitt ve en sus sueños representados como renacuajos, y sus esfuerzos por capturar uno, son elementos profundamente significativos. Todavía no estoy seguro de qué hacer con ellos. Parecen una contribución tan original que me pregunto si Jane Rice no los tomó de su experiencia personal (ver: Los sueños como subrutinas del subconsciente en la ficción)

No sabemos si estas entidades son el producto conciente de Pruitt o una especie de artimaña de Asmodeo para atraer al niño hacia lo más profundo de su psique. A propósito, también es interesante la versión de Asmodeo [aquí es un epíteto de Belcebú] que presenta Jane Rice, la cual es simplemente aterradora, lejos del estereotipo del demonio que busca hacer tratos a cambio de minucias (ver: El libro de Azathoth: ¿los pactos de sangre son una muestra de ADN para los Antiguos?)

También podemos pensar que la psicopatía de Pruitt, la cual toma la forma de un culto satánico personal, en cierto modo es estimulada por el negacionismo de los adultos. O más aun, que la fobia a las moscas de la señorita Pruitt eventualmente tuvo un efecto catalizador en el chico. ¿El miedo de una persona [en este caso, a las moscas] puede desencadenar [o enfocar] las habilidades sobrenaturales de otra en función de esos miedos? Es una interpretación provocativa, sin dudas. Hay cosas en el mundo que no son evidentes para la observación cotidiana, pero ciertas circunstancias quizás pueden activar el potencial latente en ciertas personas. A su vez, este potencial podría verse afectado por las motivaciones e intenciones individuales, en este caso, por la psicopatía de Pruitt.

El mundo que Jane Rice insinúa en El Ídolo de las Moscas es más interesante que la historia que se desarrolla en él. En definitiva, Pruitt es un psicópata que se destruye a sí mismo al derrochar poderes que no comprende, que bien pueden ser sobrenaturales como parte de su psique retorcida, tal es así que su muerte resulta casi reconfortante. Pero la visión del mundo que revela El Ídolo de las Moscas es mucho menos tranquilizadora. Algunos de los actos malignos de Pruitt pueden explicarse sin recurrir a lo sobrenatural [la muerte de sus padres, la caída de la cocinera], pero otros no: la tutora rompiendo su audífono, la invasión de moscas al final, la misteriosa cita sobre Belcebú en el libro que la señorita Bittner está leyendo.

John W. Campbell, quien es conocido por impulsar la carrera de autores como Isaac Asimov, Robert A. Heinlein y Theodore Sturgeon, entre otros, consideraba a Jane Rice la mayor estrella de Unknown Worlds, y elogiaba su prosa con entusiasmo. Desde aquí, en El Espejo Gótico, suscribimos esa opinión, y también lamentamos que, al menos por ahora, solo hayamos traducido dos relatos de Jane Rice: El Ídolo de las Moscas y El refugiado (The Refugee).


Fuente:

https://elespejogotico.blogspot.com/2021/04/el-idolo-de-las-moscas-jane-rice-relato.html


viernes, 2 de agosto de 2024

Jane Rice

Jane Rice (30 de abril de 1913 – 2 de marzo de 2003) Fue una escritora estadounidense de ciencia ficción y terror.

Su debut en la ficción fue con "The Dream" en la edición de julio de 1940 de Unknown , editada por el legendario editor de ciencia ficción John W. Campbell. Durante la guerra publicó 10 cuentos en Unknown. Campbell compró su primera y única novela, Lucy, en 1943, y la tenía en inventario para una edición futura cuando Unknown repentinamente dejó de publicarse a fines de 1943. Street & Smith conservó el manuscrito durante varios años, pero después de la guerra desapareció de sus archivos y Rice no había logrado conservar una copia al carbón. A pesar de los esfuerzos por rastrearlo por parte de académicos y editores, no ha sido localizado.

Sus historias en Unknown fueron bien recibidas. Su astutamente sensual historia de hombre lobo "The Refugee" de la edición de octubre de 1943 fue seleccionada por Campbell para su mejor antología From Unknown Worlds (1946) y también fue incluida en una antología en Rivals of Weird Tales (1990)  y American Fantastic Tales de la Library of America: Terror and the Uncanny from the 1940s to Now (2009), editado por Peter Straub . "El ídolo de las moscas" del número de junio de 1942 también ha sido incluido en antologías frecuentes; Se trata de un niño malvado llamado Pruitt al que han llamado "uno de los niños más monstruosos de la literatura".

Después de la guerra, escribió para revistas slicks y femeninas, incluidas Colliers , Ladies' Home Journal , Cosmopolitan y Charm . Después de una pausa que duró varios años, escribió historias para The Magazine of Fantasy and Science Fiction a finales de la década de 1950, y en 1966 publicó la historia "The Loolies Are Here", escrita en colaboración con Ruth Allison bajo el nombre de Allison Rice en la antología Orbit. (1966), editado por Damon Knight.

En la década de 1980 volvió a escribir una serie de cuentos de misterio atmosféricos para la revista Mystery Magazine de Alfred Hitchcock .

En 1995, Necronomicon Press publicó su novela de terror The Sixth Dog como un libro de capítulos. No vivió para ver la publicación de su segundo libro, una colección de su ficción corta llamada El ídolo de las moscas y otras historias , publicada por Midnight House en 2003 en una edición limitada de 500 copias.

Jane Rice nació como Jane Theresa Dixon el 30 de abril de 1913 en Owensboro, Kentucky , hija del Dr. James Thomas Dixon y Julia C. Lynch. Su padre, un médico, murió cuando ella tenía 14 años y al año siguiente fue enviada a Notre Dame, Indiana, para educarse en el Saint Mary's College . En St. Mary's fue presidenta de la promoción del último año y editora del periódico escolar The Marionette. Después de graduarse en 1930, asistió al Webster College en Webster Groves, Missouri, una institución católica para mujeres operada por las Hermanas de Loreto. En junio de 1936 se casó en Owensboro con John Thomas Rice de Filadelfia, un hombre de negocios de las industrias textil y del cuero. Un efusivo artículo periodístico describió a la novia como "una joven inusualmente encantadora y atractiva". Se mudaron a Toledo, Ohio, donde en 1937 tuvieron un hijo y Jane comenzó a escribir mientras vivía allí. Después de vivir en Chicago, Cleveland y Darien, Connecticut, en 1960 los Rice se establecieron en Greensboro, Carolina del Norte, donde John era gerente de una empresa textil. Vivieron allí por el resto de sus vidas. Devota católica romana , se opuso firmemente al aborto. Su marido la precedió en la muerte. Les sobrevivió su hijo.

Rice murió en su casa de Greensboro, Carolina del Norte , en 2003, a los 89 años.


El Chico que Predecía Terremotos

El Chico que Predecía Terremotos (The Boy Who Predicted Earthquakes) es un relato de ciencia ficción de la escritora norteamericana Margaret St. Clair (1911-1995), publicado originalmente en la revista MacLean's en 1950; luego reeditado por Alfred Hitchcock en la antología de 1965: Relatos no aptos para nerviosos (Stories Not for the Nervous). Esta historia se encuentra entre los cuentos de Margaret St. Clair más destacados de ese período. Un chico vidente convertido en estrella televisiva protagoniza un relato apocalíptico sobre el miedo a la psicología, al futuro y sobre todo al ser humano. Ideal para estos tiempos donde los medios están deseando dar buenas noticias, aunque no sean ciertas.

Margaret escribió este relato en 1950 pero que podría adaptarse a una actualidad en busca de faros y pastores que predigan un futuro de esperanza... a toda costa. St. Clair imaginó a un joven cuyo talento era el de la adivinación, pero con un límite de cuarenta y ocho horas hacia el futuro. La televisión lo convierte en una estrella, una especie de oráculo que comienza vaticinando resultados de elecciones y tornados y en el que millones de espectadores depositan no la necesidad de conocimiento, sino la fe. ¿Quién querría saber con antelación una tragedia propia? ¿Y una gran tragedia colectiva? ¿Quién que hubiese previsto este 2020 catastrófico habría querido dilatar preventivamente la angustia de tanta muerte e infelicidad?


Margaret St. Clair

Margaret St. Clair (Hutchinson, 17 de febrero de 1911-22 de noviembre de 1995) fue una escritora estadounidense de ciencia ficción que también escribió bajo los pseudónimos de Idris Seabright y Wilton Hazzard.

St. Clair nació en Hutchinson, Kansas. Su padre George A. Neeley fue miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y murió cuando Margaret tenía siete años, pero dejó a su madre con recursos suficientes. Sin hermanos ni hermanas, Margaret recuerda su infancia como "una especialmente solitaria y libresca". Cuando tenía 27 años, su madre y ella se mudaron a California. En 1932, después de graduarse de la Universidad de California en Berkeley, se casó con el escritor Eric St. Clair. En 1934 se licenció en Estudios Clásicos Griegos.​ Los St. Clairs vivieron en una casa en una colina con una vista panorámica sobre lo que es hoy El Sobrante, California, donde Margaret criaba y vendía cachorros de perro salchicha. En sus escasos escritos autobiográficos, St. Clair revela pocos detalles de su vida personal, pero las entrevistas con algunos que la conocieron indican que ella y su marido viajaban a menudo, no tenían hijos por su propia elección y en 1966 se iniciaron en la Wicca por Raymond Buckland, tomando los nombres wiccanos de Froniga y Weyland.​ Eric St. Clair trabajó de forma variada como estadístico, trabajador social, horticultor, comprador de tienda y asistente de laboratorio en el Departamento de Física de la Universidad de California en Berkeley; también publicó numerosos relatos cortos y artículos de revistas y fue "quizás el principal escritor estadounidense de cuentos infantiles sobre osos, que ha vendido cerca de 100 de ellos".

Los St. Clairs finalmente se mudaron de El Sobrante a una casa en la costa cerca de Point Arena, "donde todas las ventanas tenían vista al océano".​ Margaret sobrevivió a su esposo por varios años. Partidaria de toda la vida del Comité de Servicio de Amigos de los Estados Unidos, pasó sus últimos años en Friends House en Santa Rosa (California). Murió en 1995.

St. Clair aseguró que primero intentó escribir cuentos de misterio y detectives, e incluso los llamados “cuentos de calidad”, antes de encontrar su nicho en la fantasía y la ciencia ficción para las pulp. "Al contrario que la mayoría de escritores pulp, no tengo ambiciones especiales de hacer páginas para las revistas glamurosas. Siento que el pulp en su mejor aspecto toca una tradición popular genuina y tengo una cualidad "baladí" de la que carecen las revistas glamurosas".