sábado, 17 de febrero de 2018

Howard Phillips Lovecraft

Howard Phillips Lovecraft (/ˈlʌvkræft — ˌkrɑːft/ Providence, Estados Unidos, 20 de agosto de 1890 – ibídem, 15 de marzo de 1937), mejor conocido como H. P. Lovecraft, fue un escritor estadounidense, autor de novelas y relatos de terror y ciencia ficción. Se le considera un gran innovador del cuento de terror, al que aportó una mitología propia (los mitos de Cthulhu), desarrollada en colaboración con otros autores y aún vigente. Su obra constituye un clásico del horror cósmico, una corriente que se aparta de la temática tradicional del terror sobrenatural (satanismo, fantasmas), incorporando elementos de ciencia ficción (razas alienígenas, viajes en el tiempo, existencia de otras dimensiones). Lovecraft cultivó asimismo la poesía, el ensayo y la literatura epistolar. Se le considera uno de los autores más influyentes del siglo XX en el género de la literatura fantástica.

H. P. Lovecraft nació el 20 de agosto de 1890 a las 9 de la mañana en el hogar familiar situado en el n.º 194 (hoy 454) de Angell Street, en Providence, capital del estado de Rhode Island. La casa fue derribada en 1961.

Howard Phillips Lovecraft era el hijo único de Winfield Scott Lovecraft (1853-1898) —representante de ventas de la Gorham Silver Company, dedicada al comercio de la plata, metales preciosos y joyería— y de Sarah Susan Phillips (1857-1921), la segunda de los cuatro hijos de Whipple Van Buren Phillips y Rhoby Alzada Place. Para ambos era su primer matrimonio, aunque los dos habían superado los 30 años cuando firmaron el enlace.

Lovecraft procedía de unos ancestros distinguidos: en cuanto a su línea materna, los Phillips, se podía rastrear su linaje casi hasta el Mayflower, ya que los antepasados maternos se remontaban a la llegada de George Phillips a Massachusetts en 1630. Cuando Lovecraft visitó algunas de las tierras de sus antepasados al este del estado de Rhode Island, el apellido de Phillips era recordado con cariño y respeto (ver Selected Letters 2,81f.); su línea paterna también era de origen británico y Lovecraft pudo rastrear su apellido (Lovecraft o Lovecroft) hasta el siglo XV. Al pequeño y solitario Howard le gustaba frecuentar parajes extraños y apartados para poder dar rienda suelta a su exaltada imaginación. En esos sitios (cuevas, arboledas alejadas, etc.) recreaba situaciones históricas o se ensimismaba en la observación de pequeños detalles que pasaban inadvertidos al resto de las personas, pero que a Lovecraft le fascinaban; como detenerse a escuchar a las hadas del bosque, o imaginar lo que podría existir en el espacio exterior. Quizás una de las razones por las que le gustaba tanto evadirse era por la estricta atadura a la que lo sometía su madre, diciéndole que él no debía jugar con niños de menor categoría o insistiendo en que era feo y que nunca llegaría a triunfar.

Cuando Lovecraft tenía casi tres años, su padre sufrió una crisis nerviosa en la habitación de un hotel de Chicago, donde se encontraba alojado por motivos de trabajo: le ingresaron en el Butler Hospital, Centro Psiquiátrico de Providence y fue incapacitado legalmente debido a una serie de trastornos de índole neurológica. A partir de ese momento y durante los cinco años siguientes, permaneció ingresado en ese hospital, donde murió el 19 de julio de 1898 con el diagnóstico de paresia general, una fase terminal de la neurosífilis. Aunque algunos biógrafos afirman que al niño Lovecraft le informaron de que su padre estaba paralizado y en estado comatoso durante ese período, todas las evidencias parecen demostrar que no fue así.


Con la muerte del padre de Lovecraft, la educación del niño recayó sobre su madre, sus dos tías (Lillian Delora Phillips y Annie Emeline Phillips) y en especial sobre su abuelo materno, un importante empresario llamado Whipple Van Buren Phillips. Todos residían en la casa familiar.

Lovecraft fue un niño prodigio: recitaba poesía a los dos años, leía a los tres y empezó a escribir a los seis o siete años de edad. Uno de los géneros que más le apasionó en su infancia fue el de las novelas policíacas, llevándolo incluso a formar la «Agencia de detectives de Providence» a la edad de trece años. A los quince escribió su primer relato como tal, La bestia en la cueva, imitación de los cuentos de horror góticos. A los dieciséis escribía una columna de astronomía para el Providence Tribune.

Su abuelo materno lo alentaba a la lectura y, siendo ésta una de sus aficiones favoritas, no tardó en pasarse horas y horas en la inmensa biblioteca de su abuelo. En ella descubrió (con un ejemplar de la Ilíada para niños entre las manos) el paganismo grecolatino y Las mil y una noches, aunque a una edad muy temprana (los cinco años) se declaró ateo, convicción que mantuvo hasta su muerte. Esto ayudó a que su imaginación se desarrollase rápidamente en comparación con el resto de los chicos de su edad, produciéndole una falta de adaptación con estos. Cuando ellos querían jugar con espadas o a juegos fundamentalmente físicos, él prefería llevar a cabo entretenimientos más pausados e imaginativos, como representaciones históricas.

Debido a su falta de perseverancia y de salud, no asistió al colegio hasta los ocho años y tuvo que dejarlo después de un año. Durante su absentismo escolar, seguía leyendo con voracidad. Adquirió conocimientos de química y astronomía, llegando incluso a escribir como aficionado en algunas revistas científicas. Publicó varias revistas de circulación limitada, comenzando en 1899 con La gaceta científica. Cuatro años después, regresó a la escuela pública Hope Street, donde cursó dos años y medio en la educación secundaria, hasta que abandonó definitivamente los estudios.

En 1904 falleció su abuelo materno, Whipple Van Buren Phillips, afectando sobremanera al joven Lovecraft, de catorce años de edad. La mala gestión de las propiedades y del dinero familiar dejó a la familia en tan malas condiciones económicas que se vieron obligados a mudarse al n.º 598 (hoy un dúplex en 598-600) de Angell Street. Lovecraft quedó tan afectado por la pérdida de su abuelo y la casa que le vio nacer, que consideró el suicidio durante un tiempo. En 1908, antes de su graduación, sufrió un colapso nervioso y no recibió su diploma. S. T. Joshi, biógrafo de Lovecraft, sugiere que este colapso pudo deberse a sus dificultades con las matemáticas, una materia que necesitaba dominar para convertirse en astrónomo profesional. Este fracaso en su educación (él quería estudiar en la Universidad de Brown) fue una fuente de desilusión y vergüenza hasta el final de sus días.

Aunque su mentalidad respondía a un racionalismo empirista, a Lovecraft le atraía la literatura imaginativa, seguramente influido por su escepticismo; encerrado en el pesimismo de la soledad y considerando que «el pensamiento humano es el espectáculo más divertido y más desalentador de la Tierra».

Lovecraft escribió algunos relatos de ficción, pero desde 1908 hasta 1913, principalmente trató la poesía, mientras vivía como un ermitaño y teniendo apenas contacto con el mundo exterior, a excepción de su madre y sus tías. Esta situación cambió al escribir una carta a la revista Argosy, quejándose sobre lo insípido de las historias de amor de uno de los escritores más populares de la publicación, Fred Jackson. El debate entre los defensores de Jackson y Lovecraft en la columna de opinión llamó la atención de Edward F. Daas, presidente de la United Amateur Press Association (UAPA), que invitó a Lovecraft a unirse a ellos en 1914. La UAPA infundió un nuevo vigor a Lovecraft, sacándole de su voluntaria reclusión y le incitó a contribuir con sus poemas y ensayos. Un tiempo después, se convirtió en presidente de la UAPA, e incluso llegó a ser presidente de la NAPA, la rival de la UAPA. En 1917, a petición de algunos amigos, volvió a la ficción con historias mucho más pulidas, como La tumba y Dagon. Esta última fue su primer trabajo publicado de forma profesional, apareciendo en Weird Tales en 1923. Sobre esta época, comenzó a formarse poco a poco una enorme red de admiradores y amigos, entre los que se encontraban Robert Bloch, Clark Ashton Smith y Robert E. Howard, creador este último de Conan el Bárbaro. La extensión y frecuencia de sus cartas con esas amistades lo convertirían en uno de los más prolíficos escritores del género epistolar. Según su biógrafo L. Sprague de Camp, a lo largo de su vida Lovecraft escribió alrededor de 100.000 cartas.

La muerte de su padre habría tenido en el niño Lovecraft, debido a que prácticamente no tuvo tiempo de conocerlo, escasas repercusiones, pero la de su madre, en 1921, le habría supuesto una fuerte conmoción. Ocurrió después de una larga enfermedad, que algunos biógrafos suelen relacionar con la sífilis de su padre, aunque en cualquier caso la realidad es que la causa inmediata de la muerte fue un post-operatorio deficiente después de una intervención quirúrgica de vesícula biliar. Fue ingresada en el Butler Hospital, como su marido antes que ella. Durante su ingreso, escribía frecuentemente cartas a su hijo, con el que permaneció muy unida hasta su muerte, el 21 de mayo de 1921. Lovecraft contaba 31 años de edad.

Muchos críticos consideran a la madre de Lovecraft la causante de todos los comportamientos peculiares y un tanto extravagantes que el escritor mostró durante su existencia. Parece ser que después de la muerte de su esposo Winfield, Sarah, mujer tradicional y puritana, descargó todas las frustraciones de una burguesa venida a menos sobre su único hijo, sobreprotegiéndolo hasta límites demenciales y tratándolo como si fuera su único bien en la tierra, favoreciendo así el desarrollo de unas determinadas características de personalidad, comunes en estos casos, que condicionarían su patrón de conducta mientras vivió; entre otros aspectos destacados, prefiriendo las relaciones humanas con su pequeño entorno que le ofrecía una mayor seguridad antes que con un entorno social más amplio y desconocido que no controlaba debido a ese déficit en habilidades sociales óptimas por falta de aprendizajes adecuados en su infancia y adolescencia.

El estilo de Lovecraft es muy característico e inconfundible, pero no era lo que se dice un "estilista"; se limitaba a conseguir un tono siempre serio y solemne. Comparado, por ejemplo, con otro maestro del género de terror, Montague R. James, carece de ironía, su cultura se muestra impostada y crea atmósferas desde el principio, no como M. R. James, quien las va levantando poco a poco acumulando contrastes y sutilezas hasta el desastre final. Sin embargo, y por el contrario, es el rey del tono; usa demasiados adjetivos y palabras polisílabas y un tempo narrativo lento y moroso que logra distanciar a un lector acostumbrado a lecturas más rápidas y directas, menos oscilantes y sinuosas, y lo instala en otra órbita en la que se siente perdido. Además, repite machaconamente ciertas palabras que van predisponiendo poco a poco la sensibilidad del lector en el nivel que le interesa ("atávico", "numinoso", "inmemorial", "arcano"...).

Se suelen señalar en la evolución literaria de Lovecraft diversas etapas marcadas por el influjo de sus autores favoritos en esas épocas.​ Cada fase tuvo su periodo de apogeo, mas no es posible precisar una fecha exacta de inicio y término dado que las tres se superponen.

Etapa gótica (1905 - 1920), en la que impera el magisterio de Edgar Allan Poe. Compone cuentos con los elementos clásicos del horror: grandes y antiguos castillos, páramos lejanos y desolados, la noche como liberadora del mal. Destacan The beast in the cave (1905) y The outsider, impresa después (1921), pero compuesta antes.

Etapa onírica (1920 - 1927), profundamente influida por Lord Dunsany. Sus historias se desarrollan ahora en las fantásticas Tierras del Sueño, describiendo con detalle los paisajes de ensueño visitados. Siguiendo al Lord, tanto Lovecraft como su amigo y corresponsal Clark Ashton Smith (1893-1961), crearon relatos ambientados en mundos antiguos y mágicos, cercanos a la cultura y las leyendas mediterráneas, frente a la que reinventaba las mitologías y cuentos nórdicos, cuyo máximo representante sería J. R. R. Tolkien (1892-1973): The cats of Ulthar (Los gatos de Ulthar) (1920), The Silver Key (La llave de plata) (1926) o, su cumbre, The dream-quest of unknown Kadath (La búsqueda onírica de la desconocida Kadath) (1926-27; publicada en 1943).

Mitos de Cthulhu (1927 - 1937), en que se percibe la impronta de Arthur Machen. En los relatos de este periodo desarrolla los mitos de su imaginación en torno a los dioses primordiales y describe infinidad de criaturas que acechan a la Tierra. Destacan La llamada de Cthulhu (1926), El horror de Dunwich (1928) y La sombra sobre Innsmouth (1931), entre otros.

Como suele narrar desde el punto de vista de un erudito, usa un inglés arcaico y avejentado que le sirve para conferir una falsa autoridad polvorienta y la patina del tiempo a lo que narra, inventándose una bibliografía ficticia de grimorios en latín, árabe o hebreo (el Necronomicón de Abdul Alhazred, De Vermis Mysteriis, el Liber Ivonis aportación de su discípulo Robert Bloch, el Cultes de Goules del Conde D'Erlette etc.). También le ayuda a desorientar y desenfocar el juicio del lector el empleo de la primera persona, que funde lector y protagonista, pero con la argucia de que este último suele ser un solitario sin vida ordinaria ni necesidades sociales ni placeres confesos, ensimismado y cercano al suicidio y la locura, haciendo que asimile su psicología atormentada y acrecentando su miedo. Describe todo con prolijidad... pero nunca, salvo al final de su carrera -y quizá por la reescritura de su testaferro August Derleth- al monstruo, al que deja obrando en un plano abstracto mucho más ominoso. Gusta de esparcir sensaciones vagas e indefinibles que propenden a crear ilusiones de inseguridad y trascendencia, desordenando la realidad espacio-temporal. Su escritura tiende a una especie de religiosidad ritual de ecos paganos pero arreligiosa, pues el autor era ateo: Lovecraft excluye conscientemente la religión, que podría ofrecer algún consuelo ante el horror inevitable.

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