domingo, 18 de febrero de 2018

Juan Rulfo

Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, conocido como Juan Rulfo (Sayula, Jalisco, 16 de mayo de 1917 - Ciudad de México, 7 de enero de 1986), fue un escritor, guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la generación del 52.​ La reputación de Rulfo se asienta en dos libros: El Llano en llamas, compuesto de diecisiete relatos y publicado en 1953, y la novela Pedro Páramo, publicada en 1955.

Juan Rulfo fue uno de los grandes escritores latinoamericanos del siglo xx. En sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía cuya acción se desarrolla en escenarios rurales y posrevolucionarios de México. Sus personajes representan y reflejan la tipicidad del lugar con sus grandes problemas socio-culturales enhebradas con un mundo quimérico. La obra de Rulfo, y sobre todo Pedro Páramo, es el parteaguas de la literatura mexicana que marca el fin de la novela revolucionaria, lo que permitió las experimentaciones narrativas, como es el caso de la generación del medio siglo en México o los escritores pertenecientes al boom latinoamericano.

Huérfano de padre a los siete años debido a la Revolución Cristera que sufrió México en la época. Cuatro años después falleció su madre. En 1924 inició sus estudios de primaria. En 1929, se trasladó a San Gabriel y vivió con su abuela, pero posteriormente acabó en el orfanatorio Luis Silva —actualmente Instituto Luis Silva— en la ciudad de Guadalajara, del que no obtuvo muy buenos recuerdos y él mismo califica como "correccional" en una entrevista de 1977.​ En 1933 intentó ingresar a la Universidad de Guadalajara, pero al estar en huelga, optó por trasladarse a la Ciudad de México. Asistió de oyente al Colegio de San Ildefonso. En 1934 comenzó a escribir sus trabajos literarios y a colaborar en la revista América. A partir de 1938 viajó por algunas regiones del país en comisiones de servicio de la Secretaría de Gobernación y comenzó a publicar sus cuentos más relevantes en revistas literarias. A partir de 1946 se dedicó también a la labor fotográfica, en la que realizó notables composiciones. Trabajó para la compañía Goodrich-Euzkadi de 1946 a 1952 como agente viajero. En 1947 se casó con Clara Angelina Aparicio Reyes, con quien tuvo cuatro hijos (Claudia Berenice, Juan Francisco, Juan Pablo y Juan Carlos). De 1954 a 1957 fue colaborador de la Comisión del Papaloapan y editor en el Instituto Nacional Indigenista en la Ciudad de México.​


En 1930 participó en la revista México. En 1945 publicó, para la revista Pan en Guadalajara, los cuentos: La vida no es muy seria en sus cosas y Nos han dado la tierra, así como Macario. Establecido en la Ciudad de México en 1946 se publicó el cuento Macario en la revista América. En 1948 se publicó La cuesta de las comadres y en 1950 Talpa y El Llano en llamas. En 1951 la revista América publicó el cuento ¡Diles que no me maten! y en 1953 el Fondo de Cultura Económica integró El Llano en llamas (al que pertenece el cuento Nos han dado la tierra) en la colección Letras Mexicanas. En 1955 se publicó Pedro Páramo.

La breve obra de Juan Rulfo, que consta sólo de dos libros, le valió reconocimiento en todo el mundo de habla española, el que se concretó en premios tan importantes como el Nacional de Letras (1970) y el Príncipe de Asturias de España (1983); fue traducida a numerosos idiomas. En 1953 apareció el primero de ellos, El llano en llamas, que incluía diecisiete narraciones (algunas de ellas situadas en la mítica Comala), que son verdaderas obras maestras de la producción cuentística. En 1955, sale a la luz Pedro Páramo, la primera novela que escribió Juan Rulfo, el acontecimiento señala el final de un lento proceso que ha ocupado al escritor durante años y que demuestra toda la riqueza y diversidad de su formación literaria. Una formación que ha asimilado deliberadamente las más diversas literaturas extranjeras, desde los modernos autores escandinavos, hasta las producciones rusas o estadounidenses.

Entre 1956 y 1958 escribió su segunda novela, El gallo de oro, que no fue publicada sino hasta 1980.

En la narrativa de Rulfo los personajes apenas actúan. Fundamentalmente, piensan, recuerdan y transmiten sus miedos, sus odios, sus remordimientos... De este modo, podría calificarla como una narrativa de "conciencia", en un sentido no oficial. Los ambientes y los mismos personajes carecen de toda ubicación y rostro; pero no por eso parecen ser menos reales. Esto se debe a la recreación de personajes como si fueran "gente común y corriente que no tiene nada especial". Así bien, la magnificencia de estos recae en el lector por la historia de violencia que guardan tras de sí.

En el fondo de la creación tienen un lugar la Revolución mexicana y la Revolución Cristera, así como sus consecuencias. El campo mexicano descrito continúa con el problema del latifundismo, a pesar de las reformas de Cárdenas. La Revolución no consigue que el latifundismo mexicano se extinga. Juan Rulfo reflejará en sus obras la frustración de los campesinos y la soledad absoluta a la que los pueblos se enfrentan. Esta soledad no es más que un resultado de la revolución, al menos desde el punto de vista del escritor.

También puede observarse como tema principal la relación entre padre-hijo. Ambas revoluciones provocaron la destrucción de familias y dejaron a su paso muchos hijos en situación de orfandad (él mismo es ejemplo). Además, la estructura latifundista multiplicó la descendencia ilegitima (“El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque éramos hijos de Pedro Páramo. Y lo más chistoso es que él nos llevó a bautizar. Con usted debe haber pasado lo mismo, ¿no?”, pág. 9, Pedro Páramo, Ed. RM & Fundación Juan Rulfo, 2013). La figura del padre será el eje principal en la creación literaria de Rulfo. En primer lugar, se verá como una nostalgia, y por otro, como una presencia odiada.

La muerte, otro de los temas a destacar, casi nunca es narrada de una manera brutal, sino que procura una "estilización" en su tratamiento, basada fundamentalmente en el uso de la metáfora y la comparación. 

Después de haber concluido sus dos novelas, Rulfo abandonó la escritura de libros. En marzo de 1974, durante un diálogo estudiantil en la Universidad Central de Venezuela, Rulfo justificó ese abandono con la muerte de su tío Celerino, quien "le platicaba todo".​ El tío Celerino existió realmente y, con él, Rulfo recorrió muchos pueblos y escuchó sus historias, las cuales eran consideradas como fantasiosas.​

El escritor Enrique Vila-Matas, en su libro Bartleby y compañía, describe esta justificación como una de las más creativas que haya conocido.​ Para el escritor César Leante, Rulfo quiso evitar la repetición de evocar la crueldad y el dolor expresados en El Llano en llamas y Pedro Páramo.​ La esencia de la explicación de Leante se asemeja a la declaración de Rulfo acerca de que, al escribir Pedro Páramo, pensaba frecuentemente en salir de la ansiedad, porque la escritura llevaba al sufrimiento.

En 1956, el director de cine Emilio "el Indio" Fernández le solicitó guiones para cine, Rulfo en colaboración con Juan José Arreola realizó algunos de ellos. Muchos de sus textos han sido base de producciones cinematográficas. En 1960 se produjo la película El despojo basada en una idea de Rulfo. En 1964 El gallo de oro dirigida por Roberto Gavaldón y adaptada al cine por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez.

La película El Rincón de las Vírgenes dirigida por Alberto Isaac en 1972, es una adaptación de los cuentos Anacleto Morones y "El día del derrumbe" incluidos en El Llano en llamas.

Fue un incansable viajero y participó de varios congresos y encuentros internacionales, y obtuvo varios premios. Recibió el Premio Xavier Villaurrutia en 1955 por su novela Pedro Páramo. Fue ganador del Premio Nacional de Literatura por el gobierno federal de México en 1970.​ En 1974 viajó a Europa para participar en el Congreso de Estudiantes de la Universidad de Varsovia. Fue invitado a integrarse a la comitiva presidencial viajando por Alemania, Checoslovaquia, Austria y Francia. El 9 de julio de 1976 fue elegido miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, tomó posesión de la silla XXXV el 25 de septiembre de 1980.​ Rulfo ganó el Premio Príncipe de Asturias de España en 1983.

Durante mucho tiempo Rulfo tuvo una única novela publicada, Pedro Páramo. Esta obra tuvo una larga gestación. Rulfo sostuvo que concibió la primera idea de la novela antes de cumplir los treinta años, y ya en dos cartas dirigidas en 1947 a su novia Clara Aparicio se refiere a esta obra bajo el nombre de Una estrella junto a la luna, diciendo que le daba algún trabajo. Posteriormente, también declaró que los cuentos de El Llano en llamas fueron en parte una manera de aproximarse a su novela. En la última etapa de la escritura de esta cambia el nombre en Los murmullos, un título que muestra una aparente inspiración de la novela Las palmeras salvajes / If I Forget Thee, Jerusalem de William Faulkner, aunque él siempre reconoció la influencia de la literatura europea y en particular de la novela Gente independiente, de Halldór Laxness. Gracias a una beca del Centro Mexicano de Escritores puede concluirla entre 1953 y 1954. En este último año tres revistas publican adelantos de la novela y en 1955 aparece como libro. La edición fue de dos mil ejemplares, de los cuales solamente se vendieron la mitad, el resto fueron obsequiados. La novela fue traducida a varios idiomas: alemán, sueco, inglés, francés, italiano, polaco, noruego, finlandés.

Algunos críticos advierten de inmediato que se trata de una obra maestra, aunque no faltaron lectores habituados a los esquemas novelísticos del siglo xix que se desorientan frente a su innovadora estructura, reaccionando con desconcierto. Pero los estudios más recientes al respecto, como La recepción inicial de Pedro Páramo, de Jorge Zepeda, han puesto en claro, que desde el principio, el reconocimiento a esta obra, dentro y fuera de México, ha sido ininterrumpido y creciente. Los estudios dedicados a Pedro Páramo son muy numerosos y se incrementan cada año.

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