domingo, 25 de octubre de 2020

La Coca-Cola, la Pepsi y la Privacidad de los Animales


Marcelo Brignole


     “National Geo voyeuristas”, “Discovery Channel, go home”, “El primer traidor fue Darwin, ¡no lo olvidemos!”, “Walt Disney, chupasangre”, eran algunas de las leyendas que podían leerse en las enormes banderas que colgaban de los árboles. La noche era clara y la luna iluminaba  sin vergüenza aquel paraje ubicado en un lugar impreciso  entre el bosque y la selva. Los delegados de cada especie  fueron llegando de a poco, por lo que la segunda asamblea extraordinaria del mundo animal empezó media hora después de lo previsto: cada representante tuvo que sortear retenes y extremar medidas de seguridad con el fin de cerciorarse que nadie los seguía hasta el lugar elegido para la reunión.

El león rugió y el resto de los animales hicieron silencio. Pero cuando el melenudo cuadrúpedo iba a comenzar a hablar, una pequeña lagartija levantó la mano y sin esperar autorización, dijo:

-No estoy de acuerdo que el león presida la reunión. No es porque no lo respete como compañero, nada de eso. Baso mi moción en que si el león es el elegido para regir los destinos de esta asamblea, seguiríamos alimentando la patraña inventada en Disneylandia, que él es el rey de la selva y todas esas estupideces. Todos sabemos que es un compañero más, no sigamos avalando la mentira imperialista, compañeros. Nada más.

Se escucharon algunos tibios aplausos, pero en general reinó la incertidumbre. Hasta que una serpiente enroscada en un árbol, dijo:

-Me parece una cuestión de forma la que plantea la compañera. Supuestamente de esta reunión nadie está enterado, ninguno de los que han invadido nuestro mundo sabe que estamos acá. Entonces dejemos que el león presida; aparte es el que tiene voz más potente.


El murmullo ahora fue de menor a mayor; había quienes  estaban a favor de una y otra propuesta. El león volvió a rugir; cuando todos callaron, dijo:

-Por favor, no perdamos tiempo. Me da lo mismo presidir o no la reunión. Pero tengamos en cuenta que no tenemos todo el tiempo del mundo. Acordémonos lo que pasó la  otra vez.

        Las palabras del león provocaron que sobrevolara al cónclave un silencio grave y profundo tal vez porque gran cantidad de los animales presentes recordaban los trágicos sucesos a los que se refería. En las tratativas previas al primer encuentro habían pactado que los animales carnívoros y más poderosos iban a reprimir su instinto durante el término de dos horas. Pero olvidaron nombrar a alguno de ellos para que controlara el tiempo; enfrascados en coléricas y apasionadas discusiones, las horas pasaron y el instinto asesino no pudo ser sofocado por las bestias más feroces. Aquella vez todo acabó en un caos absoluto, luego que una hiena atacara sin previo aviso a un venado. Muchos huyeron, otros fueron devorados.

           Precisamente la hiena fue la que pidió la palabra:

-Asumo la responsabilidad de lo que ocurrió -dijo, aunque en  su voz no pudo percibirse un sincero tono de arrepentimiento- No volverá a ocurrir. Pero por favor, que la reunión no dure más de tres horas. Hasta ahí llego. Así que seamos expeditivos, compañeros.

      Ya sea por miedo o por convicción nadie efectuó una contra moción. Entonces, el león volvió a hablar:

-Las actas de la otra asamblea fueron devoradas por alguno de nosotros, cuando imperó el caos. Pero los sobrevivientes y los que representan a los fallecidos, saben de sobra que aquella vez habíamos coincidido en un punto en común- Hizo un silencio teatral; luego levantó una garra, se aclaró la garganta y levantando la voz, dijo- ¡Estamos hartos que invadan nuestra privacidad! ¡No queremos ser filmados día y noche! ¡Que se vayan de nuestra tierra los grupos preservacionistas! ¡Fuera la National Geographic y sus laderos! ¡Basta de europeos que nos tratan como payasos de circo! ¡Digamos basta compañeros, basta!

          El encendido discurso del león originó que sus últimas palabras se perdieran detrás de una catarata de aplausos y gritos. La indignación animal era unánime y pasó bastante tiempo hasta que  se restableció la calma. Cuando las exclamaciones y juramentos de venganza se apaciguaron, el león retomó la palabra.

-Percibo que en esto estamos todos de acuerdo, en el diagnóstico de...

-Todo está cada vez peor- interrumpió una araña viuda negra a la quien nadie autorizó a hablar- El otro día estaba copulando con un macho  y cuando ya estaba por comérmelo, de pronto se prendió una luz potente, como si se hubiese hecho de día. Y no va ser que era uno de estos invasores que prendieron una cámara para filmarnos......

-Ni  me hable, es verdad, todo empeora día a día- la que interrumpió esta vez fue una pantera- Mis cachorros me tienen cansada con que los lama todo el tiempo, porque dicen que quieren salir limpios y brillantes en los documentales.

-A mi me pasa algo similar- dijo una loba.

           Pero no pudo contar sus pesares, porque el león volvió a rugir.

-Compañeros, compañeros, por favor. No quiero parecer antidemocrático, pero no podemos pasarnos la noche exponiendo cada uno su drama particular. Más o menos todos padecemos vejaciones similares en nuestras vidas cotidianas. Estamos acá para coordinar una acción en conjunto que termine con este atropello constante. Es tiempo de buscar soluciones, los problemas ya lo sabemos. Sino vamos a terminar pareciéndonos a Tarzan y a Daktari.

La sola mención de estos nombres provocó un chiflido generalizado por parte de los presentes. Hubo quienes fueron más allá y corearon en conjunto: “Mono, amigo del hombre, siempre fuiste un traidor” Pero el león logró nuevamente que prevaleciera el orden.

-Que reine la unidad, olvidemos el pasado, necesitamos estar juntos en esta gesta compañeros- dijo- Tengo entendido que muchos de ustedes tienen propuestas que poner a consideración. Pasemos a discutirlas y a elaborar un plan de acción.

          Durante más de una hora, la asamblea escuchó y discutió las distintas alternativas que propusieron sus pares. Pero ninguna fue aceptada unánimemente. A las que pretendían una lucha frontal contra el hombre, se les hizo notar el poderío armamentístico del enemigo; a aquellos que se inclinaban por una guerra de guerrillas focalizada, se le hizo ver que solamente podían llevarla adelante los animales más fuertes y rápidos por lo que el resto quedaba desprotegido. Los insectos instalaron en el debate una medida drástica y que a la postre, fue la mas discutida: huelga de hambre total hasta que los reclamos fueran aceptados  y atendidos. Los carnívoros deshecharon de plano la idea. Fueron sinceros: no se podían comprometer a lo que sabían de antemano que iban a ser incapaces de cumplir. Un grupo de animales se tomó su tiempo para sopesar la propuesta; pero tal vez el hecho que los insectos, cuando fueron preguntados, dijeron que los encargados de llevar las negociaciones adelante con el mundo civilizado tendrían que ser los monos, dado que son los que más los entienden, la idea de llevar adelante  un ayuno generalizado tampoco prosperó. Parecía que ninguno podía poner las manos en el fuego por la lealtad de los primates.

          -Parece que ya no hay mas propuestas- dijo el león cuando vio que ninguno quería hacer uso de la palabra- Estamos en problemas compañeros.

          El corazón de la misma naturaleza dejó de palpitar por un segundo dada la pena y desazón que invadió la atmósfera de la asamblea. Nadie hablaba ni se movía; todos estaban cabizbajos  y pensativos, tristes.

Y cuando ya parecía que el intento por recobrar la privacidad del mundo animal naufragaba en la nada, una mariposa de color verde esmeralda levantó la mano. Luego que el león le otorgara el uso de la palabra, sobrevoló hasta la nariz de una jirafa y desde allí se dirigió a la asamblea:

-Amigos, tal vez todos ustedes, cuando termine de hablar, van a reírse de mí, y dirán esta mariposa está loca. Seguramente considerarán mi propuesta como un disparate sobre todo teniendo en cuenta, que justamente yo, que represento a una especie de vida efímera, les venga a proponer...

-Ya está bien- la interrumpió la hiena que a esa altura de la noche no podía disimular que ciertos jugos gástricos asomaran por la comisura de sus labios. Un jabalí que hasta ese momento había permanecido a su lado, se había ido corriendo disimuladamente- El tiempo se acaba y no quiero que suceda lo de la otra vez; así que basta de filosofía y decí de una vez de que se trata...

La mariposa entendió el mensaje a la perfección:

-Entre otros males que sufrimos por la continua invasión de estos intrusos, podemos mencionar la cantidad de basura que dejan tirada cuando levantan campamento; hablan mucho de ecología, pero bien sabemos nosotros, cómo nos tropezamos con papeles, plástico y latas que ellos dejan tirados por ahí.

Los animales la escuchaban con atención, porque se dieron cuenta que hablaba la mariposa con acierto; todos pensaban en cuánto había cambiado su hábitat desde que el batallón de grupos de documentalistas y estudiosos de especies pasaron a ser parte del paisaje.

-Es así como sin quererlo -continuó la mariposa- nos hemos ido familiarizando con elementos extraños, como ser plástico, aluminio, vidrio... Y no sólo esto sino que ya es común saber para nosotros que es Marlboro, Kodak, Firestone... Y sobre todo, sabemos que es la Coca Cola y la Pepsi, es más, muchos de ustedes han probado esas bebidas.

La misma lagartija que al principio había mocionado para que el león no fuera el presidente de la reunión, fue la que esta vez exclamó:

-Ni punto de comparación, ¡por favor! ¡Como se atreve a comparar a la Pepsi con la Coca Cola!-

-Yo me quedo toda la vida con la Pepsi- opinó una mosca.

-Pero ¡que dice!- terció el leopardo- La Pepsi, escuchen bien esto, la Pepsi no le llega siquiera a los talones de una Coca Light, miren lo que les digo.

La discusión se generalizó entre los partidarios de una y otra bebida. Ninguno escuchaba al otro sino que intentaban imponer sus puntos de vista a los gritos. Esta vez el león tuvo que esforzarse para llamar al orden. Cuando lo logró, la mariposa volvió a hablar.

- No es casual que haya traído este tema a colación. Del mismo modo que nosotros, somos partidarios de una u otra bebida, a los humanos les sucede lo mismo. Por casualidad me he enterado de una larga disputa  que mantienen las empresas que fabrican esta bebida.

A continuación explicó la mariposa que, perdiendo el tiempo días atrás en un campamento de belgas que estaban estudiando el comportamiento de los marsupiales, se había posado con el fin de descansar sobre una laptop. Y que curioseando en lo que uno de los del grupo estaba leyendo en Internet, se había enterado de ciertos pormenores sobre la cuestión.

-Lamento decirles a los partidarios de la Pepsi, que se estima que sobre diez personas que consumen bebidas colas, siete toman Coca Cola – los adeptos a esta bebida estuvieron a punto de estallar en vítores y aplausos, pero lograron contenerse- Según leí, la Pepsi hace años que quiere revertir esta tendencia y ha probado de todo: desde intentar elaborar una fórmula similar a la de su rival, pasando por chantajes y sabotajes, hasta sobornar gobiernos para que prohíban la venta de Coca Cola. Nada les dio resultado.

Aprovechando el silencio meditativo en el que habían quedado los animales como consecuencia de las palabras de la mariposa, la hiena volvió a insistir.

-La historia es muy interesante, pero yo estoy empezando a sentir hambre. No sé si soy clara.

-Ya termino y voy al grano- prometió la mariposa- Hace unos pocos años atrás directivos de la Pepsi tomaron una medida drástica: de ahora en más, la Pepsi ya no competiría con la Coca Cola, sino que, por decirlo de alguna manera, haría la suya. Decidieron dejar de rivalizar, y centrarse en imponer la bebida por sus cualidades propias.    Cualquiera que ahora ve un aviso publicitario de Pepsi se da cuenta que no está hecho en función de decir somos mejores que, sino, simplemente, somos la mejor bebida cola. Y lo que es más importante compañeros, y en esto es lo que quiero que presten atención, los ejecutivos comprendieron que los resultados de esta política, no los verían de un día para el otro, sino que sus frutos van a poder cosecharse a lo largo del tiempo, de muchos años, de generaciones y generaciones, hasta que alguna vez haya tanta gente que tome Pepsi como Coca Cola. Y es esto lo que debemos hacer amigos, apostar a un largo trabajo, pensar en el futuro, tener como meta que los hijos de nuestros hijos gocen de estas tierras libres de seres humanos que vengan a estudiarnos como bichos raros. No estamos en condiciones de cambiar esto de un día para el otro. Los animales longevos tal vez vean los resultados, los que tenemos vida efímera, nos contentaremos tan solo con saber que el mundo animal se ha puesto en pie de lucha.

Las palabras de la mariposa calaron hondo en el pensamiento y en el alma de los animales. Pero era indudable, porque así se presentía en el ambiente, que el estado de ánimo de todos ellos había cambiado: ahora veían o intuían que había cierta esperanza, que sólo tendrían que pensar en cómo llevar adelante determinadas acciones, pero que el objetivo, el por qué luchar y hasta dar la vida, estaba por demás claro. La luz del futuro era tan potente y diáfana como la luz de la luna que aquella noche bañaba sus cuerpos.

-Creo que el silencio al que tus palabras nos ha llevado, es por demás elocuente- dijo el león- Si nadie opina lo contrario, debemos votar por lo que proponés: un plan de acción a largo plazo.

          Un aplauso cerrado y emotivo emergió del mismo vientre de la asamblea. No hubo gritos ni exclamaciones: tan solo un largo y prolongado aplauso.

-Celebro que nos hayamos puesto de acuerdo en este punto- dijo un elefante que ya cansado por estar tantas horas de pie, se había acostado sobre el pasto- ¿Pero qué es lo que concretamente tenemos que hacer?

           Todas las miradas se dirigieron a la mariposa que permanecía aún sobre la cabeza de la jirafa.          

- Muy simple -dijo la mariposa. Su voz sonó un tanto pedante, quizás como consecuencia de saber que había pasado a ser la protagonista de la noche- Lo que tenemos que hacer es lo mismo que hizo la Pepsi con la Coca Cola durante tantos años: sabotear a los grupos de documentalistas, chantajearlos, dejarlos en rídiculo, pero ya sabiendo lo que a la Pepsi le tomó tanto tiempo en descubrir: que somos mejores que ellos. Y esto sin perder nuestra esencia. Pero repito, es un trabajo de muchos años. Nuestras acciones deben ser sutiles, esporádicas, pero señales inequívocas de que algo está pasando. Con el paso del tiempo, estoy segura, habrá un humano que...

          Justo en este punto, la lechuza, que había sido designada para controlar el tiempo de reunión, anunció:

-Lamento decirles, y muy a  mi pesar, que se han cumplido las tres horas de reunión.

El anuncio de la lechuza provocó que la reunión terminara en una desbandada sin orden, y durante la cual, hubo animales pequeños que perdieron la vida, cuando la estampida. Antes que esto sucediera, muy a las apuradas acordaron que durante la próxima asamblea se abocarían a delinear un plan estratégico de acción. Pero  ninguno cayó en la cuenta que para la mariposa no habría próxima reunión: moriría por propia naturaleza, en las horas siguientes. Apurados por retirarse sin que sucedieran hechos de sangre como los acontecidos durante el primer encuentro, no hubo animal alguno que se percatara que la mariposa se llevaría a la tumba los detalles que había ideado con el fin  que, con el paso de los años, en el mundo animal vuelva a reinar la privacidad que los seres humanos se empeñan en invadir. Sería entonces tarea de todos ellos, imaginar lo que la mariposa ya no les iba a poder comunicar.

De todas maneras, hubo un hecho auspicioso: el único  que se abstuvo de votar fue la hiena: prefirió ser el primero en retirarse antes que su instinto lo doblegara. Se marchó a toda prisa hacia su guarida, sin comprender por qué la mariposa había perdido tanto tiempo con esa historia sobre la Coca y la Pepsi. Pero concluyó que no era asunto suyo y que debía sentirse bien con ella misma por huir en el momento oportuno  y salvaguardar de esta manera el histórico acuerdo alcanzado aquella noche por los animales reunidos en asamblea soberana, en un lugar impreciso, ubicado a medio camino entre la selva y el bosque.


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