sábado, 16 de mayo de 2020

El Sueño Eterno

Años 30 en Norteamérica. Después de la Gran Depresión, los llamados felices años 20 dejan paso a una sociedad empobrecida, desconfiada, cínica y violenta. Esto acarreó muchos cambios sociales que inevitablemente tenían que quedar reflejados en su producción cultural. Así, este nuevo paisaje urbano transformó por completo la literatura de crímenes y detectivesca que habían protagonizado las mentes prodigiosas de Sherlock Holmes, Hercules Poirot y Mrs. Marple, entre otras.

La elegancia y el refinamiento de finales del XIX se convirtieron en cinismo y mala uva; los salones aristocráticos en burdeles y garitos de los bajos fondos; y los ingeniosos planes criminales dieron pie a la violencia absurda y gratuita de una sociedad en decadencia. Había nacido el hard-boiled, el género más negro que se pudiera imaginar, con autores como Dashiell Hammett y Raymond Chandler.

Este último, que empezó su carrera como escritor cuando ya rozaba los 50 años, publicó El sueño eterno en 1939. En esta novela apareció por primera vez el detective privado Philip Marlowe, un personaje característico por su cinismo e ironía, por sus agallas y por encarnar como pocos una figura que después se haría famosa por todo el mundo gracias al cine. Aquí en España, a mediados de los 80, Andreu Martín y Luis Bermejo decidieron ofrecer su propio homenaje al género con una adaptación al cómic de esta historia de asesinatos, pasiones y muchas, muchas mentiras. El argumento de la obra original es un tanto enrevesado debido a la cantidad de personajes que hay implicados en la trama, cada cual con un papel propio en esta farsa sin vencedores ni vencidos. Todo comienza cuando Marlowe recibe un encargo del general Sternwood. Por lo visto, alguien trata de chantajearlo por las deudas de juego de una de sus hijas. Vivian y Carmen, las dos herederas, representan el papel de femme-fatales de mente retorcida, pierna suelta y gatillo fácil.

Para no destripar nada, dejemos el argumento aquí y hablemos un poco de la adaptación. El aspecto gráfico de Marlowe está bien conseguido y, por supuesto, recuerda un poco al mítico Bogart. El punto fuerte del guión de Andreu Martín (que también ha escrito varias novelas y ha creado para el cómic al inspector Sam Ballunga) son los diálogos, que reflejan a la perfección el carácter del protagonista.

El dibujo en blanco y negro de Bermejo también casa perfectamente con el tono de la historia. Mujeres hermosas y hombres rudos que deambulan por escenarios sórdidos, documentados con rigor aunque sin exhaustividad. El estilo recuerda al de Jordi Bernet en la fantástica serie Torpedo. El dinamismo en las escenas de lucha y acción también es destacable.

La única pega, que proviene de la historia original, es que nos podemos perder un poco entre tanto follón de nombres y de personajes implicados en una misma situación. De todas formas, Martín consigue que centremos la atención en Marlowe y que disfrutemos por su peculiar sentido del humor y de la justicia antes que por las aventuras en las que pueda verse inmerso.

Esta obra se ha reeditado recientemente en la colección Viñetas Negras de la editorial Glénat. Esta colección recopila diversos cómics de género negro, desde adaptaciones como la protagonista de este post hasta obras originales. ¡La serie negra sigue viva también en el 9º arte!


Fuente:
https://papelenblanco.com/el-sue%C3%B1o-eterno-en-vi%C3%B1etas-bb6a3d7ed417


No hay comentarios:

Publicar un comentario